lunes, 23 de marzo de 2015

Rugby

Todos mis hijos varones se han apuntado a jugar a rugby. Descubrí el rugby jugando con La Salle cuando estudiaba ingeniería naval en Madrid y, desde entonces, sé que es algo más que un deporte.

El rugby exige esfuerzo, y éste, como en la vida, no siempre es recompensado: a veces se te cae la pelota de las manos, estúpidamente, a pesar de que has recibido esa bola miles de veces, y has puesto las manos como tienes que ponerlas; o se te escapa al que tienes que placar, a pesar de haber placado abajo; o, simplemente, no eres suficientemente bueno. 
A veces recibes una bronca de los que tienen experiencia y no puedes abrir la boca y decir en tu defensa que te has esforzado, sino soportar la bronca y seguir intentándolo. Coraje es la palabra que describe esto.

Estar en fuera de juego perjudica al equipo, no eres tú el que provocará que castiguen a todo tu equipo. Curiosamente, las reglas hacen que estar en fuera de juego sea una temeridad: todavía te acuerdas de lo que te hicieron la última vez. A veces te sale un partido redondo, pero tu equipo no ha sido capaz de hacerlo bien, …esos fallitos, …el entrenador tenía razón y te pones igual de triste que si se te hubiera caído la pelota de las manos. Lo que cuenta es el equipo, no solo tú.

Las normas se cumplen siempre, si no te retiras 10 metros inmediatamente cuando te han castigado, te castigarán más. “Señor” es algo que se aprende a pronunciar con respeto y no se puede discutir con él. 

Y qué feo resulta pegarse, a pesar de que te hayan metido un dedo en el ojo, o dado una patada en la boca. La forma de responder a esto es olvidarse y seguir esforzándose. 
¡Cuantas broncas tendríamos en esta vida si pensáramos que nos hacen daño adrede!

Es difícil calentar estas manos frías si tienes empapado hasta el bucal. Jugar ha sido más difícil de lo que creías. Después de jugar, descubres que el campo estaba embarrado. En la ducha descubres las múltiples heridas que te ha dejado el partido y que ni habías sentido. 

Qué bonito es que todo un estadio se calle para que el zaguero del equipo contrario pueda patear a palos y ganar el partido. O pedirle al de al lado que deje de meterse con el árbitro, a pesar de ser el padre o la madre de uno de tu equipo. 

Al rugby puede jugar el pequeño y el grande, el rápido y el lento, el gordo y el flaco. Los que ven el partido desde fuera recompensarán cualquier esfuerzo con un aplauso. A eso se refiere ser todos iguales, no a que todos seamos los más capaces.

El rugby te enseña que ganar no es la verdadera meta. Debes aplaudir al adversario, hayas ganado o no. Podrías discutir, con alguien que no sabe de rugby, que la charla del final del partido no ha sido una “comida de coco”, sino que has aprendido un poco más a ganar o a perder, que has aprendido cómo hacer para que el esfuerzo sea más rentable la próxima vez. ¿Nos damos cuenta de esto?¿Es igual en otros deportes?

Los valores que se crean dentro del campo, “el tercer tiempo”, se extienden fuera y el conjunto de amistades que haces perdura. Increíble ver un partido de la selección en “El Central”, y luego invadir el campo para ver a esos que son muchísimo más grandes que tú, para saber que compartes sus valores o, simplemente, para hacerte una selfie.

Todo esto, que tú sabes, y que es muy difícil de explicar: es rugby.

Hay un rugby amateur y otro profesional. Aparte del dinero, la única diferencia que hay entre los dos, es que los profesionales necesitan ganar. Tal vez por eso tardamos tanto en olvidarnos de que el médico certificara que el jugador no podía seguir, cuando veíamos el “Cinco Naciones” en la tele, y disfrutar ahora de auténticos atletas a los que pagamos para que lo sean, y nos enseñen cómo se placa, cómo se percute, cómo se corre la línea o cómo empuja una delantera. El rugby profesional también es rugby, pero no es lo que yo quiero para mis hijos

Es una lástima que un magnífico club como es el Alcobendas haya gente que piensa que es necesario ganar a toda costa, incluso poniendo siempre a los mejores, olvidándose de que es educación lo que la mayor parte de padres, creo, buscamos.



Pedro Puig

domingo, 1 de febrero de 2015

Azul

El aeropuerto de Madrid tiene las columnas pintadas de diferentes colores, rojas a un extremo (caliente) y azules al otro (frío). Es muy fácil orientarse con un simple golpe de vista. Rojo extremo sur, caliente; azul extremo norte, frío; amarillo, en medio.

"Azul" es un concepto muy difícil de explicar a menos que tengas algo azul a mano: el cielo, por ejemplo. Y aún así cuesta explicarlo, ya que ni siquiera se parecen el azul del cielo, que compite con el azul del Mediterráneo, y el azul del cielo de Panamá, que compite con el plateado del Pacífico.

Rojo. El calor tiene un culpable, está arriba, en el cielo, y hace que la piel de tu cara se tense. La única solución es buscar una sombra, algo que se interponga entre el sol y nuestra piel. Placer el de sumergirse en el mar o en una piscina.

Azul. El frío es la ropa que pesa, y el culpable no está en ningún lugar, sino en todos. El frío es un enemigo al que sí se puede vencer, no como al calor. El placer que se siente al entrar en un lugar cálido viniendo del frío, es un placer que solamente provoca el frío.

Cuando hace mucho calor sudas. Cuando hace frío es el cielo el que suda, cubriendo todo de un manto blanco, el color ni caliente ni frío, la suma de colores, la nieve, que pinta de quietud el paisaje, llena de quietud las voces, y hasta silencia las pisadas.


¡Es tan difícil explicar el azul como el frío!

domingo, 11 de enero de 2015

Leones por corderos

Nuestra educación nos ha enseñado que debemos entender cualquier cosa, por diferente que sea de lo que nosotros pensamos. Nos queda mucho tiempo todavía para construir un mundo en donde las desigualdades solo estén generadas por las diferencias que existen entre cada uno de nosotros. 

Los sindicatos ayudaron a eliminar la explotación laboral en el siglo XIX, las religiones occidentales nos han ayudado a construir una forma ética de pensar, tenemos leyes, y propiedad privada, y derecho a la intimidad, ... la política creó la separación de poderes, las elecciones, ... tenemos libertad. Mucha gente se ha esforzado, mucha gente ha tenido que morir para conseguir esto.

Sin embargo, hay otros que no tienen los mismos principios, y solamente entienden que los suyos son tan elevados, que justifican que no existamos, y nos matan para demostrar que tienen razón.

¿Que tenemos que hacer?
Podemos intentar eliminar el origen de sus principios, pero me temo que esto metería en el saco a muchas personas "normales".
Podemos intentar que no vengan, que no se mezclen, pero esto es contrario a nuestros principios, lo mismo que intentar echarlos sino se "convierten".
Podemos iniciar una guerra o amenazar, pero amenazar con la muerte a alguien que está dispuesto a morir, no parece muy eficaz.
Podemos aumentar nuestra seguridad, pero con el cuidado necesario para que nuestra libertad no se resienta. Uno de los principios básicos de nuestra civilización es la libertad, y si la limitamos, también limitamos nuestra civilización.
Podríamos intentar que cuando vinieran aceptaran algunas costumbres inherentes a nuestra civilización, como la igualdad de sexos, la eliminación de "uniformes" relativos al sexo, la religión, o la posición social.

No puedo entender esta barbarie, igual que no puedo entender que otros no compartan que se pueden entender sus principios, sin asumirlos. Nuestro argumento me parece mucho más evolucionando que el suyo, ha necesitado siglos de evolución. Mi rabia me dice que acabemos con ellos, que si vienen será para asumir nuestros principios, y que no deben quedarse, si no los aceptan. Mi razón me dice que es imposible que actúen de esta forma a menos que no estén en sus cabales, a menos que sean delincuentes. Lo que hacemos con los delincuentes es meterlos en la cárcel, para intentar rehabilitarlos, a los que no están en sus cabales los metemos en un manicomio hasta curarlos.

Ya hay una película de Hollywood que explica qué puede pasar, y lo que pasó, después de un crimen del mismo estilo: "Leones por corderos". Un político vela por nuestro bien, independientemente de nosotros (los leones), y una periodista confiesa que la barbarie les ha hecho auto-censurarse, y no denunciar a los leones, mientras un profesor universitario se sorprende de cómo el sistema les "vende" a los jóvenes la civilización y las ganas de luchar por ella, hasta perder su vida, ... aunque los estudiantes sean candidatos a ser rechazados por el sistema.

Je suis Charlie es algo más que una frase, es el derecho que nos hemos ganado para decir cualquier cosa sin que nadie crea que debe pensar lo mismo, somos civilizados. 

¡Je suis Charlie!

lunes, 5 de enero de 2015

Nuestros políticos no están preparados

El otro día oí algunas cosas con las que no estoy muy de acuerdo.

Rodrigo Rato
Dimitió como presidente del FMI el 19/7/2007. Mariano Rajoy lo puso al frente de Bankia en el año 2010. No es cierto que renunciara al FMI para hacerle un favor a nadie. Estaba sin hacer “nada” (Lazard, consejero del Santander, La Caixa,…) desde hacía años.

Cajas de ahorros
Las cajas de ahorros son un invento del régimen anterior, que intentaba que un banco tuviera una acción social importante, para lo cual inventó (no existe en ningún otro país del mundo) que las dirigiera gente que se iba a beneficiar de ellas.

Los legisladores de nuestra era moderna se olvidaron de esta anomalía. 

Esto ha permitido que diferentes desalmados se aprovecharan: Narcís Serra se aumentó su sueldo, un sacerdote, D. Santiago Gómez, gestionaba Caja Sur, Miguel Blesa, sin ninguna experiencia ni formación  (solo era amigo de alguien), se ha hecho inmensamente rico gestionando Caja Madrid.

El “descontrol” de las cajas permitió que invirtieran en el mercado inmobiliario y que perdieran millos y millones de euros. Para impedir que los millones de cuenta-correntistas perdieran su dinero, hemos tenido que poner entre todos su dinero. Las cifras más grandes, para ponerle tamaño a las cosas: Bankia (hemos tenido que poner 22.424 + 4.465 + 17.959 = 44.848 MM€), Caixa Cataluña (hemos tenido que poner 12.024 MM€), las Cajas gallegas (pusimos 9.000 MM€ y la vendimos a un banco venezolano por 1.000 MM€).

Además de esto se han usado como instrumentos políticos, el que tenía la pasta mandaba, como en Caja Madrid.

Las notas de gastos se miran en todas las empresas privadas, supongo que en las grandes se ocupa una secretaria. 
Pero las tarjetas de Caja Madrid eran un instrumento inventado por Miguel Blesa para que su consejo no dijera nada y le dejaran hacer. Son un fraude y se han usado como tal. Es posible que Rato y su equipo no se dieran cuenta. Efectivamente han sido “solo” unos pocos millones de euros.

El caso de Bankia es especialmente escandaloso porque el equipo de Rato engañó a todos, incluida la Comisión Nacional del Mercado de Valores, presentando unas cuentas fraudulentas (declaró beneficios de 309 MM€ cuando realmente perdió 2.979MM€). Yo hubiera esperado de alguien como él, que se negara a hacer una operación que no se podía realizar, o que supiera que no podía hacer de Bankia el cuarto banco español en 2015 (como le oí decir muchas veces).

La pasta que sacó de MI tarjeta de crédito (100.000€), no se puede entender como “liquidación de gastos”, ni explicarla por desconocimiento.

Están los banqueros que jugaban con pólvora del rey y los ex políticos que se han subido el sueldo como Narcís Serra. De Guindos ha resuelto, ¡por fin!, este problema esta legislatura.

Los seguros de responsabilidad civil
Cuando un tercero reclama a una empresa o a un profesional porque le ha causado algún daño, las empresas de seguros tienen productos que pueden pagar las indemnizaciones solicitadas o encargarse de la defensa legal. En ningún caso cubren las posibles conductas delictivas de un profesional o de un administrador. Seguro que es la primera “letra pequeña” de cualquier contrato de responsabilidad civil.

El caso de Bankia trata de esto (las cuentas eran ilegales, un delito; y que yo sepa, ni Blesa, ni Rato, ni Serra están en la cárcel). No es verdad que el juez haya rechazado nada.

España
Antes de Adolfo Suárez, todos los ministros que trabajaron por España la dejaron liderando la comunidad africana y a España era un país del tercer mundo.

Adolfo Suarez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González y José María Aznar (después de su primer mandato), dejaron a España como el séptimo país del mundo en PIB, lo que, viniendo de donde veníamos, se ha llamado el “milagro español” y se enseña en cualquier universidad del mundo. Creo que quien llevó a cabo esta transformación fuimos todos, los basureros, los periodistas, los trabajadores, los empresarios,… y fuimos dirigidos por una generación (muchas veces he hablado de mis primos), de la que me siento increíblemente orgulloso. 
España es hoy uno de los mejores países para vivir del mundo. Tenemos unas infraestructuras envidiables, la civilización de la gente ha permitido una cantidad de paro insoportable sin alterar el orden,… La capacidad de relación humana que existe en España no la he encontrado en ninguna otra parte del mundo. Algunas de las empresas creadas en España (Santander, Telefónica, ACS, Grifols,…), son de las mejores del mundo.

Un amigo me decía que corrupción ha habido siempre la misma. Es muy posible porque la financiación ilegal de los partidos es muy antigua, empezó con Alianza Popular (Sanchís), con el PSOE (Filesa), con el Partido Popular ahora, (Bárcenas),… todos los partidos se cubren entre ellos. Esta corrupción se puede resolver con leyes, aunque es difícil.

La corrupción debida a la ambición personal la ha habido siempre: el caso Matesa en el franquismo, Ruiz Mateos, el Pocero, Roca/Gil en Marbella, caso Palau, Granados,… Esta no se puede resolver con leyes.

La corrupción que mezcla las dos cosas, Gurtel, Malaya, Granados, Pujol,… Esta se puede resolver si se le quita a la acción política los enormes efectos que la política tiene sobre la realidad.

Podemos
La corrupción, Zapatero y Rajoy, está a punto de tirarnos todo el edificio que hemos construido. La gente es capaz de votar algo que no conoce, ni sabe cuales serán sus efectos, con la única condición de que sea diferente de lo que tenemos. 
Estoy convencido que los únicos que pueden resolver nuestros problemas son los partidos políticos tradicionales. Gestionar exige una preparación, una experiencia. En mi fuero interno, pienso que no necesitamos un gobierno en Cataluña, pero tampoco en España. Tenemos un parlamento europeo que homogeneiza todas nuestras leyes, poco a poco. Estoy convencido de que debemos tender a esto, acercar la política (local) al mercado (global) y que esto jamás lo van a permitir los partidos políticos tradicionales,… pero eso solamente sería una argumento para votar a Podemos. 
No sé si los partidos políticos maniobrarán y se darán cuenta de que deben cambiar: hacer caso a Podemos y quitar a cualquier candidato mayor de los 50 años. Si es así, Podemos se desvanecerá igual que ha aparecido. Si no, ganará pero será solamente un fenómeno temporal, que se morirá en cuanto tenga que aprender a gestionar.

martes, 23 de diciembre de 2014

Una siete con picante

Sentado en el sofá de mi casa estaba esperando que llegara la cena. Mientras tanto, la música sonaba en mi equipo de video y música. Hacia tiempo que no oía tan atento un concierto de Tchaikowsky dirigido por von Karajan en 1.985, en Berlín, el mejor según los críticos.

Oí un chasquido en la ventana y el aviso del equipo externo sonó claro: ya había llegado mi cena. Fui hasta la cocina en donde el visor del artefacto mostraba el pedido que había llegado. No, no se habían equivocado esta vez, y mi pizza favorita estaba en la caja.

Repasé las cosas que habían pasado en los anteriores 30 minutos. El equipo que ahora estaba reproduciendo en sonido e imagen del concierto, una mezcla de la televisión y el equipo de música del siglo pasado, conectado a Internet, incorporaba un sistema de control por voz, que no recordaba si había aprendido a manejar en el colegio, o el instalador me lo enseñó.

A una orden, apareció la página de la pizzería que estaba a dos manzanas de mi casa. Me identifiqué y el sistema me ofreció mi pizza favorita. Casi que pude imaginar cómo, en la tienda, un empleado ponía la masa en el molde de metal, rellenaba los ingredientes y la metía en el horno. El proceso de elaborar la pizza final, "una 7 con picante" iba a ser lo mas largo de todo el proceso, pero valía la pena, porque las pizzas de "la esquinita" eran las mejores.

Caliente y recién salida del horno, el empleado la metió en una caja de dimensiones estándar y la mandó a su estación de drones de envío. Hacia tiempo que los sistemas de comunicación terrestres se habían saturado, y en coche, moto o bicicleta hubiera sido imposible recibir la cena en menos de 30 minutos,... a menos que llegara volando.

Cuando aparecieron estas máquinas el fenómeno fue una moda. Los gobiernos intentaban regular su uso desarrollando complicadas fórmulas que lo único que hacían era dificultar su uso. Se había limitado su velocidad máxima a 30 km por hora. Circulaban a una altura suficiente para que fuera difícil que algún delincuente los capturara y usaban un GPS convencional para encontrar su destino. Usaban calles superpuestas de las terrestres. Estas calles eran iguales, solamente que siempre se podía circular en los dos sentidos. Usaban un GPS y pronto se desarrollaron sistemas capaces de dirigir con seguridad al dron hasta su destino.

Los GPS militares tenían una precisión máxima de unos cinco metros y los comerciales de 40 metros. La respuesta para manejar el tráfico de los drones no era establecer costosos sistemas de tráfico centralizado, que algún gobierno había probado. La forma de controlar a los miles de drones que volaban encima de las ciudades nació del desarrollo privado, en Madrid creo. Una empresa desarrolló un chip que todos los drones clase DSD llevaban, y que era capaz de hacer tres cosas:

- Detectar la presencia de otro dron (chip), y cambiar automáticamente su trayectoria para esquivarlo, si encontraban.

Para poder certificar un nuevo dron era necesario pasar diferentes y exhaustivas pruebas. Las pruebas intentaban forzar las condiciones en las que dos o tres drones chocaran en el aire. El chip era capaz de detectar la presencia de otro dron en una esfera de 20 metros. El dron debía ser capaz de cambiar su posición en menos de dos segundos. Para que dos drones chocaran se tenían que dar circunstancias excepcionales y las pruebas se hacían a velocidades del doble de las permitidas.

- Una vez localizado el punto de aterrizaje, era capaz de negociar con el chip del punto de aterrizaje, sus posiciones relativas, y hacer un aterrizaje controlado y suave.

Aunque casi todos los drones disponían de paneles solares, energía barata, los drones todavía tenían problemas de autonomía.

- El chip era capaz de conocer la energía disponible y compararla con la necesaria para llegar al punto de repostaje mas cercano. Se encargaba de dirigirlo hasta allí en el caso de que la energía fuera insuficiente para llegar mas lejos.

Cuando un dron era certificado, el chip se conectaba al sistema de mando. Al dron se le dejaban todas las otras tareas de la navegación, si podía entregar, recoger,... solamente debía tener registrada la dirección de destino. Era difícil que un dron se perdiera. Todos los drones hacían una búsqueda al llegar a su destino, hasta que contactaban con el chip de aterrizaje.

Así pues, 20 minutos después de ver mi pizza en el video, el dron salía de la azotea de la pizzería con destino a mi casa y, 5  minutos después, esta llegaba, caliente, a mi ventana.

Hacia un año que había pedido la instalación de una estación capaz de recibir drones. Cuando el dron llegó con su pedido depositó la pizza en la caja y se comunicó con el sistema para comunicarme lo que llevaba. Pasé mi tarjeta por la ranura para confirmar y pagar el pedido después de analizar que era lo mismo que había pedido (única intervención humana que quedaba, ademas de comerla). El artefacto de mi ventana era capaz de recibir y entregar una carga de tamaño estándar

En el caso de que pasara un tiempo sin recogerlo, recibiría un mensaje en mi teléfono y, en el peor de los casos, y me olvidaba de la pizza, podría sacarla después bien fría, aunque en este caso, "La Esquinita" me cargaría el importe del pedido. Si la pizza seguía en la caja un tiempo, otro dron para devoluciones retiraría la mercancía. Mi pizzería no cobraba si fallaba en la entrega, y se comprometía a recoger el pedido no consumido. Si no fuera así, me tocaría limpiar el artefacto.

Mientras sacaba mi cena del artefacto, no pude mas que observar la maniobra de aterrizaje de otro dron en el artefacto de la ventana de un vecino, levantando la vista se podían ver las luces de dos o tres drones mas, el paisaje había cambiado, era la hora de la cena.



jueves, 11 de diciembre de 2014

Luchador de Sumatra

El Beta Splendens es un pez que, en Occidente, se cría para acuarios de agua caliente. La selección lo ofrece en color rojo aterciopelado o azul intenso. Cuando se encuentra con otro macho despliega sus aletas y se pelea, por eso se le conoce como el luchador de Sumatra.  En origen vive en los arrozales y hace un nido de burbujas para criar a sus hijos.

Aquí en Panamá hace calor, y se puede mantener un acuario de agua caliente sin calefacción controlada. 


Estaba esperando por un cliente en la entrada del edificio, cuando me sorprendió una pecera circular con un Beta Splendens que desplegaba todas sus aletas hacia su propia imagen reflejada en un espejo.

Estaba esperando por una cita que había esperado por mucho tiempo. Para obtenerla había hecho lo imposible: le mostré lo que sabia, hice gala de mi educación, le mostré los colores rojo y gualda. Finalmente accedió a negociar conmigo y ahora estaba en la recepción de su edificio, un recinto con enormes cristales por donde empezaba a entrar el sol del incipiente verano caribeño.

Mientras tanto, mi mujer, está a más de 10.000 km de distancia. Quiero pensar que en su cabeza puede ver los cristales de la ventana desde donde me puede ver en Panamá.

La vida no deja de ser una forma de mostrarnos ante los demás con nuestros mejores colores, que solamente le importa, y no demasiado, a nuestro entorno inmediato, mientras, tal vez, alguien mira lo que hacemos a través de diferentes paredes de cristal.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Ella

Yo creo que los ingenuos que piensan que van a vivir una vida excepcional, están condenados a vivir una vida en la que cada cosa es consecuencia de la anterior ganándose casi todos los números de vivir una vida mediocre. Hoy, ahora, yo quiero confesaros que mi vida ha sido excepcional, desde el momento en que tomé una decisión en mi vida.

La sucesión de cosas que me han pasado no han dependido de mi, es cierto, pero han sido muchas y variadas. Muchas no han sido fáciles ni dulces. Pero mientras tanto, la “tribu” en la que Paloma ha convertido mi familia no tiene nada que envidiar, ni siquiera, a los mismísimos García de la Vega. La educación que Paloma les ha dado ha construido algo más: cinco universos llenos de futuro con montañas de buenas páginas en blanco para escribir.

Las cosas y casos que ha generado mi vida llenarían muchos libros. Supongo que como cualquier otro hombre (dicho con desprecio), la he sometido a todas y cada una de las pruebas, que ha pasado con éxito, para que mantener su decisión firme como una roca haya tenido mérito.

No he acabado de entender si su objetivo era vivir, o su objetivo era disfrutar viviendo. Pero os aseguro que, a pesar del carácter que tiene, y que se necesita para conseguir cualquiera de las dos cosas, he sido inmensamente feliz compartiendo mi vida con ella.

Sí, la decisión a la que me refiero fue la de compartir mi vida con ella.