domingo, 1 de enero de 2017

Populismo

Mafalda, el personaje de Quino, lo sentenciaba hace años: nos enseñan lo bueno que tiene el bien y lo malo que tiene el mal, pero nos dejan que descubramos lo malo que tiene el bien y lo bueno que tiene el mal.

Estamos en una era en la que la humanidad ha conseguido muchas cosas y parece que esto hace suponer que todo sea fácil. Los ingenieros ya no lo son, ahora son expertos.

La ONU escribió la declaración universal de los derechos humanos. Una pancarta, muchas pancartas, pero también guerras, sacrificios, muertos, tiempo y muchas otras cosas ha sido necesario que pasaran. Ahora parece que el origen, la pancarta, tiene la suficiente capacidad para mejorar la declaración o hacerla respetar, lo demás parece que no importa.

Según la ideología dominante, los países definieron sus sistemas económicos que permitieron hacer más o menos prósperos sus países, que sus habitantes fueran felices o no, que tuvieran buenos servicios, un buen sistema sanitario, una buena seguridad que permitiera que sus jóvenes llegaran a casa en la madrugada, un sistema educativo que permitiera seguir mejorando, pero también, cómo y quién pagaba todo eso, quien definía qué era lo mejor o lo primero que se debía hacer. Ahora parece que la ideología es suficiente para resolver todo esto, para ver si vale la pena pagarlo, para ver si tenemos o no dinero para hacerlo, si lo necesitamos o no.

Cada vez menos, pero todavía quedan dictadores por el mundo. Esos que creen dirigir la liberación de sus pueblos, en beneficio propio o de forma "altruista" (seguro que es peor aquel que incluso se cree sus propias mentiras). Ahora parece que sus propuestas, siempre simples y comprensibles, vuelven a ser válidas para ser examinadas, a pesar de los resultados.

Intuimos que el mundo estaba tremendamente entrelazado, y que una mariposa en Brasil podía generar una tormenta en Asia, pero ahora todo es muy fácil, se trata de evitar, prohibir o destruir que las mariposas nos puedan hacer daño.

En los países civilizados de occidente, hemos creado un sistema democrático en los que algunos, quiero creer que porque tienen algo que ofrecer, y mayor capacidad que yo, se meten a políticos. El sistema no es perfecto, a veces se nos meten políticos que solamente buscan su lucro personal, la corrupción. Ahora parece que las elecciones, la separación de poderes, las leyes, el parlamento, las formas,... no son tan importantes, que solamente es necesario tener muchos militantes, tomar la calle, hacer lo que la gente quiera.

Este año se ha elegido populismo como la palabra del año. Tal vez esté equivocado pero creo que a mi me enseñaron que el populismo eran esas cosas fáciles y simples que debían ser descartadas porque el mundo era mucho más complicado de gestionar. Si dejábamos que entre todos tomáramos las decisiones, estas no iban a funcionar. Pensábamos que era lo fácil, el populismo, y lo despreciábamos por ello. También podríamos llamar a esto anarquía. Pero solo entonces, porque ahora sería una palabra gruesa, movimiento asambleario ¿tal vez?.

Nos tiene que dirigir una clase de personas, teóricamente los más capaces, que nosotros escojamos, que averigüen lo bueno que tiene el mal y lo malo que tiene el bien.