domingo, 23 de julio de 2017

LA IGLESIA CATÓLICA PONE SUS ANUNCIOS EN CATALAN

Cuando yo era pequeño y vivía en Barcelona se podía ver a la entrada de todas las iglesias un cartel como este:

Misses
10:00 En català
12:00 En Castellá
14:00 En Inglés
18:00 En català
20:00 En català

Entonces este cartel nos parecía de lo más normal, fueras catalano hablante o no. El cartel tenía por objetivo que todo el mundo lo entendiera y así pasaba. No había sensibilidades extrañas en Cataluña, y las de fuera (franquistas) no se tenían en cuenta. Los catalanes siempre fueron defensores de eso de “la pela es la pela”, e intentaban responder en inglés o hasta en swahili si era necesario. Entre dos personas cualquiera hablaban catalán. Mi abuela siempre hablaba catalán incluso en la intimidad. Tengo amigos que después de toda su vida siguen sin hablar una sílaba en catalán y me temo que nunca han tenido el más mínimo problema para entenderse. Sus hijos, sin embargo, sí hablan catalán, … también. Si cualquiera se dirige en castellano a un catalán este, salvo descuido, contestará en castellano. 
Cierto es que siempre ha habido un conjunto de personas que nunca han entendido eso de "la pela es la pela”, los tontos, y estos del 30% que nunca han salido de su casa y piensan que solo los catalanes podrán arreglar el mundo, pero eso pasa en toda partes y ahora, uno de esos es el presidente de EEUU.

No hay que boicotear a nadie por rotular en catalán, ya lo decía Pepo: “el català és tan oficial com el Castellà, esta en la Constitució.”. De hecho boicotear los productos catalanes equivale a boicotear una parte de los productos españoles.

La ley es la ley, por mucho que a todos nos parezca una afirmación evidente, solo ha sido la respuesta de un gobernante mediocre ocupado en otras cosas, y que lo ha convertido en un solo gran problema, a pesar de que tenemos dos bien diferentes: los catalanes quieren votar, los han convencido, ¿cómo se puede impedir a alguien votar? (mayoritario deseo) y quieren ser independientes (minoritario deseo).

Confundir a unos catalanes (que básicamente quieren tapar su corrupción con una “estelada” ) con todos los catalanes es un ejercicio que nunca debe acabar en “que hagan lo que quieran…” o en boicotear sus productos, ni en decirles que no hablen su idioma, ni siquiera en pedirles explicaciones de las cuentas cada semana, con la amenaza de que si no las dan o si no son ciertas (imposible de verificar), el gobierno de España acabará con el sistema de financiación que ha sido diseñado para todos, sí, sí, que incluye la parte del dinero que han pagado los catalanes en impuestos (más excusas reales para los independentistas).

Y por si alguien no entiende que mi cabreo y mi preocupación es el de un catalán inteligente, que sabe que la República Catalana no pagará mi pensión, que no me dejará votar, que su moneda, sea la que sea, se devaluará un 20%, que la corrupción seguirá existiendo, que sus leyes se harán en asamblea, porque rechazan cualquier sistema, como el nuestro actual, no es un broma …:


que piense que yo debería sacar un pasaporte para ir a ver a mi madre.