viernes, 10 de enero de 2014

Una muerte anunciada

Fue mi hermana, pero durante la niñez y la adolescencia no es normal que se formen relaciones especiales, así que "sólo" era mi hermana.

Su marido salió corriendo y se ha desentendido siempre de cualquier responsabilidad. Su hijo mayor tampoco parece que haya sentido ninguna obligación para con ella, supongo que él piensa como su padre: que no recibió nada.

Muy enferma desde hace mucho tiempo, no sé sí se daba cuenta de cómo la cuidaban mi madre y sus hijos, los gemelos, algo impresionante.

Cualquier expresión que usara diría mucho menos de lo que me gustaría acerca de una vida que no ha sido normal. Sería muy pobre para gritar lo injusta que puede resultar esta vida.

Me gustaría pensar que sí, que hubo algún momento que ella disfrutará de su vida. Y cargar a los gemelos con la única responsabilidad de aprovechar su vida, que es el único fruto que conozco de la vida de Ana.

¡Descansa ahora!