viernes, 25 de octubre de 2013

La motivación


Hace muchos años que estamos en crisis, tantos que ya casi se nos han olvidado los motivos, o ni siquiera recordamos haberlos entendido.

Algo que los sobrevivientes han aprendido, aunque solamente les sirva para transmitírselo a sus hijos, es que algunas cosas que durante un tiempo consideramos un derecho, algo que teníamos sin hacer nada para merecerlo, vuelven a ser algo que hay que luchar para conseguir.

Los que ahora nos quejamos de la crisis, tenemos una casa que nuestros padres nunca consiguieron. Tenemos un país en el que es una delicia vivir, que tiene cosas que hace 30 años eran impensables. Cierto es que los que antes tenían un trabajo asegurado, ahora descubren que es necesario arrebatarselo a otro o luchar por él; los que todavía lo tienen saben que pueden perderlo y eso será a pesar del esfuerzo que hagan, y debido a causas que jamás podrán entender, ni compartir.

Durante un tiempo nos olvidamos de esto, porque todo era fácil, y nadábamos en la abundancia. El entusiasmo y la motivación son cosas que los seres humanos llevamos dentro, son intransferibles y también nuestro mérito. Cuando uno encuentra un buen profesional y/o una buena persona una de sus características es que casi siempre la encuentra positiva. Independientemente de sí el día amanece soleado y su mujer o su jefe le han sonreído o las pesadillas de la noche solitaria han sembrado de tinieblas su cabeza, o que su jefe se preocupe por cosas tan alejadas de sus problemas como que trabaje de forma eficiente para cobrar su sueldo al final de mes.

Si, en los tiempos que corren la motivación o la ilusión de hacer bien tu trabajo parecen un lujo y en verdad lo son. Eso distingue a los buenos, a los que van a sobrevivir en esta fase en la que lo personal y lo humano es más importante que lo general.

Tenemos que recuperar nuestra ilusión, esto es lo primero, y una vez encontremos que esta está en nuestro interior, y no depende de nuestro entorno, entonces estaremos en la línea de salida y el mundo volverá a poder ser conquistado por nosotros, con capacidad y con mérito.