lunes, 26 de noviembre de 2012

Pinceladas (También para Ignacio)

Los mejores cuadros que he visto son los que se pintan en una ventana cuando vas en tren o en coche. Cambian continuamente, eso es lo bueno que tienen. 
Ahora el verde con lluvia que lo impregna todo de humedad. Otras veces la frustración del trabajo rutinario o la tozudez del mundo que lo ensombrece todo; y la niebla cuando cambias de tren, casi siempre al comienzo, por la mañana. Y el orgullo de ser independiente que tiene un color de dorado a naranja. Otras veces el verano con sus azules luminosos de mi Mediterraneo parecen ser lo único existente. Otras veces ves liebres, o lloras o eres feliz o estás solo o ves aviones,... ahora los verticales troncos del pinar. 

De repente cambias de tren en la estación y el cuadro ya no es verde, tal vez azul, tal vez lejano, de otro color, de otro tiempo. Todo se pinta en tu ventana, y dos personas ven cuadros diferentes a pesar de mirar la misma.

Cuando te acercas al final del viaje te preguntas porqué no le has hecho fotos a las cosas, 
¿qué es el viaje sin fotos? Te preguntas porqué no has sido capaz de captar las pinceladas. Pero no es verdad, sí que las tienes, y van contigo a cuestas y a veces alguien escribe unas cuantas en un papel. Siempre en un recuerdo que se te manifiesta en los ojos o en la mente dispuestos a saltar de improviso, sin llamarlos. Felicidad ¿cuanta?. Lo innombrable mejor no nombrarlo.

Muchos momentos, muchos recuerdos
. Sigue mirando por la ventana, el paisaje cambiará pero el viaje es tuyo; los cuadros son tuyos y recuerda que las pinceladas en un buen cuadro son parte de él

Gracias

Añoranza (para Ignacio)


La añoranza es un caballero con armadura que te hace más difícil disfrutar de la vida.
La añoranza te hace ser "bien nacido", es decir agradecer a tu vida pasada quien eres y porqué.
La añoranza se dispara por los sentidos, colores, olores, sabores, ruidos y, a veces, por el tacto, aunque este tenga menos memoria.

Con la añoranza sumas lo que eres a lo que fuiste.
A la añoranza se la combate con mi frase favorita, que tú ya conoces: "hagas lo que hagas, ¡ámalo!".
Estoy seguro que a ti la añoranza te aporta, tú eres el caballero de la armadura orgulloso de llevarla.
Me siento orgulloso de ti con añoranza y sin añoranza…
¡Aunque te añoro!