viernes, 3 de noviembre de 2017

El despertar

Ayer hablé con mi madre y no había recibido ninguna carta del estado español diciéndole que a partir de la pasada semana la República Catalana se hará cargo de su pensión. Tampoco ha recibido ninguna carta de la República catalana diciendo que asume su pago.
Empresas a las que he preguntado tampoco han recibido instrucciones para tributar, ni una carta del gobierno español diciendo que ya no tiene que pagar impuestos ni en qué forma se garantizará que los tributos se paguen a alguien. De hecho la República Catalana gestiona los impuestos especiales, pero no he leído que tenga un departamento/ministerio de Hacienda.
El otro día me fui a Barcelona en AVE. En Sants no había ningún control de pasaportes como pasa cuando sales de la UE.
Pagué un café en euros, no conozco la moneda catalana si la hay ni sé que exista el banco central de la República Catalana. Una de las cosas que cualquier autoridad debe hacer es garantizar el metálico que haya en el país, lo que se conoce como “corralito”, pero no hay instrucciones en ningún sentido.
Seguro que se me olvidan muchas cosas, pero la conclusión es que no existe la República Catalana y que Cataluña sigue siendo España. Parafraseando al número dos de Junqueras: “...cualquiera que tenga dos dedos de frente sabe que no estamos preparados...”. 
Y eso si a España le ha dado un ataque de locura (referendum que pacta y pierde) y se ha olvidado a muchos millones de los habitantes de Cataluña y acepta negociar económicamente activos y pasivos que traspasa, a perder el 20% de su PIB, a perder una parte de su territorio y a perder 7,5 millones de habitantes. Recomienda a la ONU que reconozca la República Catalana, convenciendo a Francia y a todos su socios de la UE que inicien los trámites para que la República Catalana ingrese.
La situación real es que el gobierno español, después de contrastar que los responsables de la autonomía incumplían las leyes y el deterioro de la situación económica (hoy son casi 2.000 empresas las que se han ido de la autonomía), aplica un artículo de la Constitución española (ley vigente en toda España) disuelve el parlamento y convoca elecciones.
...
Una parte del ex gobierno de la Generalitat está en la cárcel. La mesa del parlamento está imputada. El ex presidente está fuera de España. Esto es irrelevante, la justicia es independiente, no corrupta  y, además, sobre protege los derechos de los acusados. Por otra parte estas personas ya conocían las consecuencias que tenía saltarse la ley antes de saltársela. La justicia (jueces y abogados) resolverán lo que sea. Los Jordis y el ex-gobierno son personas normales solamente, no representan nada.
Personalmente, estoy convencido que los dirigentes de ANC y OMNIUM han sido culpables de destrozar la sociedad catalana. Estoy convencido de que la mesa es culpable porque los letrados de la cámara les avisaron. Estoy convencido que el comportamiento del ex gobierno los días 6-9 y 7-9 fue ilegal, que su actuación el 1-O también lo fue, y que esto, además, nos ha costado dinero. Pero mi opinión carece de importancia.





jueves, 2 de noviembre de 2017

A mi hermana

Tenemos que hacer de Cataluña un gran país. Seguro que éste siempre ha sido el objetivo de todos los catalanes. Los que tienen 8 apellidos catalanes, los emigrantes, los independentistas, los que no lo son...TODOS.
Creo que ya ha quedado claro que era imposible hacerlo poniendo el marcador a cero e intentando construir una ilusión: La República (La ONU, la UE, el resto de españoles, los otros catalanes y, finalmente, el mercado lo hacían, lo hacen y lo harán).
Y eso a pesar de lo bien que han hecho las cosas los independentistas, tanto la parte de la calle, que era suya, como sus políticos. Nos tienen que enseñar a todos cómo se crea una ilusión como esta, incluso aunque fuera imposible.
Es curioso pero los primeros gritos en el Parlament eran de “¡¡Llibertad!!”, algo que hace muchos años que nos hemos ganado. El objetivo político era lograr un mejor auto-gobierno y hemos conseguido quedarnos sin estatut siquiera.
Creo que la culpa de esto la tienen los dirigentes, no la gente catalana de la calle que conozco y sigo queriendo, y que los seguía. Si algo me resulta difícil de perdonar, y por eso le echo a culpa a los dirigentes, es el odio que han sembrado entre nosotros.
Hay muchas cosas que nos hacen pensar a menudo a algunos a emigrar (no lo harían si vieran como está por ahí fuera), o a emocionarnos con construir un nuevo país en donde esto no pase.
En España y en Cataluña tenemos un gran problema de corrupción CIU, PP y PSOE compiten en escándalos, tanto que todos creemos que todo está corrupto. Los jueces, y nosotros votando, los echaremos y conseguiremos que se aprueben leyes para disminuir o eliminar la corrupción (estoy convencido que hay una relación directamente proporcional entre la corrupción el tiempo que alguien gobierna).
Creo que para las inversiones públicas (infraestructuras), qué se hace primero, ahora que estamos saliendo de la crisis, deberíamos establecer un criterio transparente para decidir entre todos qué se hace primero (para que todos nos sintamos, además de serlo, iguales).
Hay otras cosas como la Monarquía que no son importantes en este momento y que creo que no nos afectan demasiado. La Monarquía se defenderá sola, no me preocupa.
Hay otras cosas con las que tenemos que ir con mucho cuidado, aunque sean tonterías, porque afectan a identidades que deberíamos respetar. La Fiesta Nacional o nuestro Ejercito son cosas que deben volver a ser de todos y no todas las cosas son compatibles con todas las identidades que formamos España. Deberíamos de dejar de pitar a Piqué y bajo ningún concepto pitar símbolos aunque no sean los nuestros. Todos deberíamos entendernos, como casi siempre hemos hecho, detrás de diferentes símbolos. Algún político de los que tenemos ahora, malo, se refiere a esto cuando dice que somos españoles pero diferentes. Los diferentes idiomas que hablamos deben ser tenidos en cuenta como se hace en Cataluña. Nada ha tenido nada que ver la lengua en este último problema, gracias a dios, aunque han intentado involucrarlo.
A mi también me da miedo lo que puede hacer el estado porque no puede permitir que esto se repita y me da miedo lo que puede hacer. Qué va a pasar con la educación
¿Que le tenía que decir a mi hermana? Era inútil, tenía su opinión y ya está. 
Esto es lo que le digo ahora, ojalá lo lea.