lunes, 5 de mayo de 2014

El rio de la vida

La vida es tozuda. La vida sigue su curso aunque no queramos. El curso de la vida se compone de aciertos, errores y casualidades. Solo un pequeño porcentaje de las vidas dejan de soportarse. En general, casi todos los "yo" son capaces de soportar cualquier tozudez, cualquier meandro que te desvía solo temporalmente de la dirección a la que vas. A veces, yo diría que siempre, necesitas algo indefinido, una ayuda externa que, invariablemente, descubres en tu interior. Es necesario hacer, vivir cada día todos los días, hacer brotar la ilusión, aunque sea de tus decisiones no acertadas. Cuando eres capaz de darte cuenta que ese algo indefinido eres tú, y tu circunstancia, que decía el filósofo, es que has llegado a la línea de salida. 

El rio desemboca y alimenta el mar. El rio también es un conjunto de equivocaciones que lo hacen desviarse de su destino, el río es pasajero, lo es ahora,… y ahora es diferente.


Por eso el ánimo no es lo que buscas, que eso lo pones tú si eres un buen "yo". Lo que buscas son escenarios normales susceptibles de error, susceptibles de placer. Esos escenarios te permiten vivir y encontrar otros "yo" que tal vez no sean los buscados pero son otros tan reales como la goma de borrar. 


En el momento en el que descubras que no necesitas goma de borrar, entonces es que has llegado a tu línea de salida. ¡La historia! ¡El futuro! Cuando sepas contar tu historia podrás saber que existe un futuro. Ni lo sueñes, un lienzo en blanco de olvido es incompatible con cualquier "yo".
 
La mochila la has llenado tú. A veces un momento de vaciarla y ver qué contiene es gratificante. Pero ¡cuidado! no por ver lo que metiste sino por el descanso obligado para mirarlo. Lo que hay en la mochila no es la historia, la historia es el camino al que te han llevado tus pasos, el que te hace pararte a mirar, el placer del descanso y ver cuantos errores superados, y cuantos por cometer, esa es la línea de salida.


La vida es tozuda, pero tu "yo" lo es más.