martes, 25 de enero de 2011

Del primer al tercer mundo

Multitud de pensamientos provocan un atasco en mi cabeza después de estos días. No hay nada como mover la tierra que pisas para poner en duda cosas que en la vida cotidiana carecen de importancia. Una semana en España, viniendo de Costa Rica. Ya mi contacto con el primer mundo se desvanece con el rugir de los motores del avión de vuelta.


Saltar entre el tercer al primer mundo es algo que no debe de ser demasiado frecuente, pero quien lo hace, sufre o disfruta con el cambio y puede darse cuenta que el color del cristal con que se miran las cosas, es una forma muy suave de describir las diferencias en la forma de vida de la misma especie animal.


El salto del primer al tercer mundo es muy difícil de explicar para quien no conoce. ¡Cómo explicar en un país de Centroamérica que hay una flecha pintada en el suelo en un carril, que no se borra, y que ¡los conductores la obedecen para girar! 


En el primer mundo pagamos para que nos sancionen, nos vigilen y nos corrijan. Si te pillan, pagas. Si te multan será porque no has hecho lo que te comprometiste a hacer por tu educación o por tu civismo. En el tercer mundo hay excepciones. Entiendes que no siempre pagas para que te vigilen. A veces es mejor negociar, llámale coima, mordida o, simplemente, discusión con una autoridad, que lo es porque le has pagado para que lo sea.


Porqué en el primer mundo es necesario que las cosas sean grandes, porqué no hay agujeros, huecos, en las calles. El simple orden genera progreso. En el tercer mundo la culpa de que las cosas no funcionen bien es del gobernante. En el primer mundo las cosas funcionan bastante mejor porque somos todos. La educación ha calado y el civismo,… Lástima que en España en estos momentos estemos toreando entre la depresión y la excusa de que el problema lo ha generado otro, un culpable, un mediocre dirigente.


Occidente, está llegando a su decadencia. Antes hacíamos las cosas para acercarnos a algo deseado, un objetivo común, un ideal o una utopía. Ahora este objetivo se convierte en un derecho adquirido No es necesario el esfuerzo para conseguirlo. Nuestra generación, la de nuestros primos mayores y la de nuestros padres trabajaron duro en España para convertir un país de opereta en un país de primer mundo en donde las cosas funcionan y podemos discutir acerca de la identidad de las naciones o la categoría de nuestros dirigentes.


Cuando alguien, de veinti-pocos años, ciudadano medio por su misma selección e imagen, le preguntaba en un programa de televisión a nuestro presidente acerca de lo suyo. La pregunta y la respuesta entraron en la misma categoría del sin sentido: “¿… y mi casa?”, “…no se preocupe, estoy en ello trabajando duramente por ayudarle…”. El valor de las cosas y el esfuerzo que cuestan ha desaparecido. 


Tal vez estemos en el mismo sitio que el Imperio Romano. ¿Estaremos a punto de entrar en la Edad Media de nuevo? ¿Durará tanto? ¿Es evitable? ¿Estamos preparados para redescubrir que las cosas cuestan?


Occidente ha sido incapaz de exportar su modelo, no lo creo capaz ni siquiera de definirlo. Está basado en muchas cosas y el sistema político no es lo más importante. Muchos países siguen sufriendo "bienamados" dictadores 30 años después de que nosotros perdiéramos al nuestro. En algunos países no nos ha convenido derrocarlos, en otros hemos sido incapaces de entender lo diferentes que somos.


Cuando pienso en esto no llego a conclusiones que resulten útiles. Tal vez todo depende de cada uno. La suma de voluntades es lo que movió a Occidente y nos hemos olvidado. Creo que todo empieza dentro de uno mismo y siempre acabo hablando de mis sentimientos y mis emociones, diciendo cosas que solo a mi me importan. 


Alguien a quien he admirado mucho tiempo decía que su mérito no estaba en saber hacer, sino en rodearse de la gente que realmente sabe hacer las cosas. Su mérito era contagiar a los demás, hacer que trabajaran más que su propia capacidad, empujarles a conseguir mas cosas de las que cada uno podía hacer. Lamentablemente Obama no ha podido con el mundo. Enfrentado a las fuerzas del conformismo, a las fuerzas que siempre te empujan a seguir haciendo lo mismo que ayer.

El destino está en nuestras manos, el destino se viste de futuro porque es un paso más. Dicen los poetas que la felicidad es un estado de ánimo, que es pasajera. La felicidad se consigue estando en paz con lo que uno hace. La raza humana será feliz cuando tengamos un planeta bastante más homogéneo que el que tenemos ahora.


La crisis de la economía solamente tiene razón de ser porque los especuladores aprovechan los desequilibrios. Acabemos con las desigualdades y tendremos a la vez un proyecto común y una ilusión más allá de nuestro propio interés y el de nuestra tribu. Además, atacaremos directamente la razón de ser de nuestra crisis actual.


El ser humano reacciona de forma muy diferente según el sitio en donde ha nacido, según el pasado en el que ha vivido. Pongamos un horizonte para todos.  


Al Gore ha sido una fantástica noticia para el mundo. Yo creo que el momento fue el equivocado y que había otro objetivo que podía ser enunciado de forma parecida a la de la salvación del planeta.


Imaginemos la película “Una verdad incómoda”, pero de otra manera, llamémosle “Un futuro para todos”. Ahora en lugar de ser el planeta el protagonista somos nosotros, todas las razas. Busquemos un futuro de esperanza para todos. Presentemos el desarrollo como un objetivo de todos. Hagamos las cosas bien, el mismo mensaje.


En lugar de presentar el catastrofismo de los desastres naturales y sus consecuencias, busquemos el futuro que son capaces de escribir los miles de millones de habitantes que tiene nuestro planeta. Un escenario en donde los derechos humanos se respetan, en donde la comida se reparte. Seguro que el único problema que tenemos es hacer un marketing tan bueno como el que ha desplegado Al Gore y llegará mucho más lejos.


No distribuyamos los ideales democráticos que llevan a sistemas políticos en donde una casta, como a lo largo de toda nuestra historia ha sucedido, dirigen el mundo y se perpetúan en el poder, o lo intentan. Distribuyamos higiene, salud, comunicaciones, los inventos del primer mundo que hacen más fácil nuestra vida cotidiana.


La red de distribución de agua, o la forma en que Occidente organiza los residuos que produce, o la electricidad como fuente de energía capaz de dar, aunque sea solamente luz, cuando nuestro sol se acuesta.


Ahora existen otras formas de comunicación que van en la dirección correcta, van entre personas, es difícil censurarlas, encauzarlas. El Internet es una herramienta que crece día a día, que nos une, es el marketing a gran escala. Es una herramienta que debe de llegar hasta el final en la mayor cantidad de sitios posible.  


Es curioso, pero la oportunidad está en las diferencias. La oportunidad está en hacer que nos parezcamos lo más posible, aparente contradicción, que no lo es.