domingo, 15 de diciembre de 2013

La Ley y el Orden

En alguna cadena de televisión se puede ver una serie americana en donde unos policías mantienen el orden en Nueva York e intentan que la justicia dicte su ley, haga del orden algo definitivo. Cada día soy más consciente de que las cosas pasan cuando tienen que pasar, que existe una inexorable ley de la vida, independientemente de los esfuerzos que los seres humanos hagamos por alterar el orden de las cosas.

Hay algo inmutable en el destino, la ley, y nada se puede hacer para cambiarlo. Tal vez el secreto  de esta vida sea aceptar la ley, pero ocupar nuestras vidas en luchar contra el orden, para mantener la esperanza de que podamos cambiar el destino del mundo. Las utopías se basan en esto, en luchar para cambiar, pero sabiendo que no vamos a llegar a conseguir lo que pretendemos.

Mi padre se apagó después de una larga enfermedad, a mi hermana le está pasando lo mismo, se está apagando, a pesar de todo el esfuerzo que podamos hacer. Mi madre siempre cuidó de los dos,… y de todos nosotros, llenando su vida en este empeño, de este empeño.

Es verdad, nadie tiene derecho de alterar esta decisión, por el bien de nadie,… ni siquiera por el suyo. No hay culpables cuando hablamos del destino, solamente seres humanos capaces de aceptarlo. Ella dice que a nadie molesta, a nadie pide y,… sin embargo, explicarle que la ley se va a cumplir, inexorablemente, que tal vez ahora pueda ser, por fin, una realidad sin las obligaciones que le ha impuesto el destino, que todos podamos disfrutar de ella.

Muy injusta sería esta vida, que lo es, cuando no nos permite ver lo bueno y largo que hemos hecho. Nadie que conozca el caso podrá poner un solo "pero". Nadie será capaz de no sentir pena. Y cualquiera sabrá que la recompensa tiene que estar fuera del duro destino, aunque nadie pida ni busque una recompensa.