domingo, 3 de mayo de 2009

Quien mejor lo hace, gana.

Hablar de Fútbol en España es como hablar de política, es decir, da igual como lo haga el equipo del que uno es 'fan'. Lo único que pasa cuando el equipo lo hace mal es que va menos al estadio, siente menos interés en ver los partidos por la tele,... Jamás va a cambiar de equipo, como en política.

Decir que uno es del Barça o del Madrid, inmediatamente le hace acreedor de ser odiado por el que no es de su equipo,... como en política.

La lección del partido del sábado, famoso derbi, el partido esperado, este año más que nunca, si uno se sienta delante de la televisión para ver un gran espectáculo, es que el espectáculo se produjo, y no fue por demérito para nadie.

Se había hablado mucho, antes de este partido. El Barça durante todo el año, jugando fútbol, dando espectáculo y ganando casi siempre. El Madrid, no dando espectáculo, demostrando coraje, y ganando casi siempre. La alternativa era que el Barça se cayera que, a pesar del fútbol que regala, se cayera con todo el equipo, frente al coraje, a los resultados. La alternativa era darle la razón a aquel que la sigue la consigue, o dársela a aquel que hace bien su trabajo y obtiene el éxito.

Ojalá que esta vida tan dura que tenemos, en cualquier ámbito, siempre fuera verdad que cuando lo haces bien, las cosas siempre salen: quien mejor lo hace, gana.

Pedro Puig

Cuba tiene Swing

En mis esfuerzos por vender en tiempos de crisis, he tenido que viajar al otro lado del Atlántico para ayudar a LEUTER en México. Allí la crisis no es como aquí, y los posibles clientes siguen escuchando frases mágicas como: ‘…si invierte esto, ahorra esto otro en menos de un año…’. Argumentos como este es lo que realmente sabemos hacer en LEUTER.

Me invitaron a un congreso de logística para empresarios Mexicanos y Centro americanos en Cuba; era mi primera vez en la isla.

Cuando uno ve varios kilómetros de malecón con una sucesión de ‘palacios adosados’,… en ruinas; cuando mira a través de los cristales de la habitación de uno de los mejores hoteles de La Habana,… apenas, porque llevaban muchos meses sin limpiarlos, cuando uno trata con la gente de allá, no sé si solamente pude hablar con la gente que está en contacto con los turistas (resolver esto se ha convertido en una asignatura pendiente para mi),… y cuando escucha música por todas partes,… le entra a uno una sensación de pena y frustración enorme.

La mejor cosa que he encontrado al otro lado del Atlántico, en México y en general en centro América, es que la crisis no inunda todas las conversaciones; la gente sigue pensando en esforzarse, igual que antes. Tal vez deberíamos recordar cuando nos esforzábamos en mejorar las cosas. Hace 30 años en España teníamos una sana envidia por emular a los países avanzados, aprendimos que para llegar a donde estaban ellos era necesario trabajar todos los días, esforzarse. Teníamos corrupción, amiguismo, las cosas siempre eran mejores fuera,… ¿Nos hemos olvidado de lo que hemos conseguido? ¿Teníamos más recursos que los que tenemos ahora, con la crisis, para superar todos los obstáculos y avanzar?

Hasta hace unos meses la gente nos pedía poder hacer MÁS cosas con MENOS recursos. Hoy, se mueve menos mercancía y la gente nos pregunta cómo hacer para mover MENOS cosas por MENOS dinero. Esa es la única ecuación que parece valer estos días.

Con Cuba de canción de fondo, intenté sacarle punta a la situación que veía y algún paralelismo a mi trabajo y a la logística.

Cuando un cliente confía en nosotros para resolver los problemas que nos plantea, casi nunca somos capaces de transmitirle que, además de resolver los problemas de los que es consciente, hay otras muchas cosas que no se ha planteado y que nosotros somos capaces de aprovechar para mejorar la eficacia de sus almacenes.

De eso se trata cuando una empresa contrata a un especialista, contrata a la experiencia de quien sabe qué cosas funcionan y cuales no, y a quien huele las situaciones y es capaz de hacer las preguntas adecuadas.

Cuando una empresa intenta resolver los problemas de su almacén por sí misma, si dispone de buenos recursos, tiene oportunidades de hacer bien las cosas. Igual, si su opción es hacer un sistema de gestión de almacenes internamente. Con buenos recursos una empresa puede hacer un buen sistema. Si los logísticos son buenos transmitirán buenas ideas a los informáticos. Si estos son buenos harán buenos programas, y los buenos logísticos serán capaces de implementar los mejores procedimientos en el almacén.

En caso de elegir esta opción, me gustaría que no les pasara como a los bien intencionados cubanos que han intentado hacer todo a su propio estilo, internamente, poniendo en cuarentena cualquier experiencia, buena o mala, consiguiendo que ningún imperialista o capitalista se robe nada, pero no consiguiendo casi nada de lo que el imperfecto mundo occidental ha conseguido.

Claro que, oyendo hablar a algún dirigente, la situación, medida con parámetros occidentales que nadie puede contrastar, viendo el nivel de educación de la gente para no saltarse un semáforo, para no aceptar dólares, para no saltarse las reglas básicas en general, algo chirría.

Chirría escuchar que la culpa de su situación es de los americanos y su bloqueo, de los huracanes y de la caída del imperio soviético. Cuando las culpas siempre son ajenas, es casi una demostración de que el verdadero problema está en su interior.

Este mes encontrará en la revista una hoja que resume mis artículos de diciembre, enero y febrero, que le servirá para analizar la situación del almacén y ver qué cosas está haciendo bien y cuales son manifiestamente mejorables. Está escrito con palabras simples para que cualquiera pueda entenderlas. Espero que les sea útil.

Pedo Puig (pedro.puig@leuter.com)