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sábado, 3 de noviembre de 2018

Blade runner

He visto cosas que no creeríais...
El mar estaba rojo. Habíamos planificado le excursión para ir a la playa. La costa estaba plagada de entrantes en donde se depositaba la arena fina formando innumerables playas. La vegetación, que casi tocaba el agua en algunos sitios, recordaba que estábamos en el caribe. Un lugar tan hermoso no podía estar exento de construcciones hechas para disfrutar del lugar.
La terraza era una prolongación del gran apartamento que habíamos alquilado. Durante la partida de cartas, la tormenta se paseó a toda velocidad desde la izquierda a la derecha. Una columna oscura iluminada de vez en cuando por rayos que surgían de su interior.
La alarma saltó en plena noche. Multitud de expertos sabían qué había que hacer, mientras sus caras de sueño se juntaban en el jardín.
Un caserón se veía desde la terraza y una mancha de color rojo, un guacamayo o lapa, resaltaba en el jardín.
No se puede describir el espectáculo que al atardecer organizaban el cielo, el mar y el horizonte.

domingo, 23 de mayo de 2010

Las brasas

Parece existir un velo en el ánimo,
indeterminado, difícil de describir.
Envuelve el vaso de agua, 
el paseo por la calle,
o el rostro del niño con su hermana pidiendo un peso. 
Pensamientos negros.



Tienes ganas de luchar, de salir, de revelarte,
no es justo, no es posible,
no, ¡a mi no! 
La realidad como enemigo.



Es necesario filtrar y bajar la voz de la guitarra y el teclado, 
estropean la noche. 
Pero la voz, sin saber porqué, reconforta. 
La suave voz del bohemio.



Rebuscas en lo positivo, compulsivamente, 
insistiendo en los éxitos que te encuentras. 
Buscas detalles para pintar con luz, de noche. 
Las algunas, pocas, alegrías.



La realidad que te esfuerzas por torcer. 
Terco balance.
La realidad casi siempre te gana. 
Y siguen las sombras empujando. 


Pero es normal,… si es difícil. 

¿Qué esperabas? 
¡No hay alfombra! 
Natural, es parte del mérito.



Y te falta algo, sólo no puedes. 
Te falta el objeto delicado, fundamental: apoyo. 
Eres un maldito objeto incompleto. 


La inspiración está a punto de salir. 
Parece que será solución. 
Está a punto, pero… no sale, 
y no hace de bálsamo siquiera.



¿De verdad, no es posible bajarse de la rueda? 
Me equivoqué, yo realmente la quería azul, 
yo realmente la quería normal, 
realmente la quería calma, 
la quería sin esfuerzo. 
¿A dónde voy?



La brocha no tiene pintura. 
El pincel no tiene colores, 
pero tiene un nombre: soledad.



La noche es cálida, 
y me da cierta sensación de paz, 
menos mal. 
La luz es poca, es acogedora.

Déjalo estar, 
mejor se pasa. 
No te preocupes, solo es ahora, 
dentro de un rato será distinto, mejor. 
La tozuda realidad.



Se te escurre entre los dedos, 
pero pasa sin darte cuenta,
pero poco a poco, 
pero muy poco a poco. 
Son las arenas del tiempo.



La escalera, la cuesta, el esfuerzo, 
siempre subiendo. 
¿Dónde está la bajada? 
Es el cansancio.



Son resultados, son actitudes. 
Nada concreto, todo inspiración. 
Retos, vallas, distancias que recorrer. 
Brasas que se ven solo al soplar. 


La ilusión, difícil de mantener.

Y entre las pocas alegrías, 
las risas diferentes,
las caras, los acentos, 
las voces diferentes. 
Las infinitas personas diferentes. 
Consuelo en la sorpresa.



La malta fría, compañía. 
Mirando desde la mesa. 
Observando lo que pasa, 
excusa para mirar afuera, ayuda.



Dentro y fuera. 
Sorpresas y rutina. 
Ilusión y realidad. 
Color y noche. 
Tan fácil soñar,… tan difícil vivir.



El mundo ignora lo que haces por cambiarlo. 
Para hacerlo, hay que empezarlo. 
La fuerza consiste en lograr la pasión. 
Lo oscuro es el abandono. 
Mañana será otro día.