miércoles, 10 de diciembre de 2014

Ella

Yo creo que los ingenuos que piensan que van a vivir una vida excepcional, están condenados a vivir una vida en la que cada cosa es consecuencia de la anterior ganándose casi todos los números de vivir una vida mediocre. Hoy, ahora, yo quiero confesaros que mi vida ha sido excepcional, desde el momento en que tomé una decisión en mi vida.

La sucesión de cosas que me han pasado no han dependido de mi, es cierto, pero han sido muchas y variadas. Muchas no han sido fáciles ni dulces. Pero mientras tanto, la “tribu” en la que Paloma ha convertido mi familia no tiene nada que envidiar, ni siquiera, a los mismísimos García de la Vega. La educación que Paloma les ha dado ha construido algo más: cinco universos llenos de futuro con montañas de buenas páginas en blanco para escribir.

Las cosas y casos que ha generado mi vida llenarían muchos libros. Supongo que como cualquier otro hombre (dicho con desprecio), la he sometido a todas y cada una de las pruebas, que ha pasado con éxito, para que mantener su decisión firme como una roca haya tenido mérito.

No he acabado de entender si su objetivo era vivir, o su objetivo era disfrutar viviendo. Pero os aseguro que, a pesar del carácter que tiene, y que se necesita para conseguir cualquiera de las dos cosas, he sido inmensamente feliz compartiendo mi vida con ella.

Sí, la decisión a la que me refiero fue la de compartir mi vida con ella.



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