domingo, 10 de septiembre de 2017

NO ENTIENDO NADA

Desprecio profundamente a Artúr Mas, a Nicolas Puigdemont, JUnqueras y compañía. Han jugado irresponsablemente a generar emoción en algunos catalanes construyendo un futuro idílico y falso, a costa de generar el odio en otros, separación, incomunicación, incluso entre familias. El odio ha llegado incluso a hacer decir a españoles normales: “que los catalanes hagan lo que quieran”, a pitar a Piqué, algunos a biocotear productos españoles solo porque están hechos en Cataluña. Sobre todo los desprecio por intentar obligarme a ir a una manifestación con banderas, mezclando churras con merinas, cuando se trataba de demostrar dolor por mi amada Barcelona. Y finalmente los desprecio profundamente por haber roto la baraja, por hacer algo absolutamente contrario a lo que harían un catalán con seny.

Odio a los gobernantes españoles que no supieron encontrar una respuesta, y parar la irresponsabilidad y miraron para otro sitio.

Me preocupa el omnipotente estado que deberá tomar medidas para que esto no se vuelva a repetir.

Me odio a mi mismo y al resto de catalanes que no estamos de acuerdo con esta emoción colectiva que no somos capaces de gritar que “paren esto”, “no en mi nombre”, “no para mí”.

Pongo en duda nuestro sistema político en el que un pequeño grupo, la CUP,  puede imponer sus estrafalarios criterios en una situación como esta.

No entiendo a los independentistas, muchos menos de la mitad de la población catalana, no entiendo que para conseguir la emoción que la irresponsabilidad ha sembrado en su cabeza, impongan su criterio al resto de catalanes sin importarles cuántos son ellos. Porque están de acuerdo en cómo quieren hacerlo.

No entiendo que  ignoren lo que significa ser independientes. Ser ilegales. Perder el 20% del valor de su riqueza (como ha pasado con la libra). Que la moneda no será el euro hasta que a España se le pase el enfado en años. Que será necesario hacer dos fronteras nuevas, hasta que la UE decida, si le deja España, que Cataluña pertenece a la UE. Que Messi se va a ir del Barça, como Neymar porque tiene que jugar en una liga importante. Porque el dinero que se va a ahorrar Cataluña en pagarle a España no compensará el sobre coste de los servicios que necesita. Porque lo que se va a ahorrar en ejército lo gastará en voluntarios que tendrá que formar para defender sus fronteras.  Porque todas las empresas que venden en el mundo se irán fuera de Barcelona y su cinturón (Como está pasando con la “city” londinense). Y las que venden en España se irán a Madrid.  El único negocio de Barcelona (de Cataluña) será el turismo y este decaerá a medida que no se pague el mantenimiento de sus infraestructuras.

Si ya sé que será un país en donde las uvas serán como melones y donde no habrá corrupción (increíble que alguien piense eso) y al cerrar fronteras no habrá terrorismo (también las fronteras de Ripoll, supongo), y todo costará la mitad.

Yo era partidario de votar, tal vez sea necesario, pero todos los implicados, con todas las garantías, ¡así no! Ahora desde luego que no.

Emocionado y esperanzado, o como decía mi hermana: Un país precios i obert, que bonito ¡no me lo puedo creer! ¡Quieren hundirlo!¿No lo entienden? No se trata del derecho a decidir sino a ejercerlo.


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