sábado, 21 de noviembre de 2009

Carta a mis hijos

El mundo en el que vivimos tiene un porqué, muchas realidades, una historia. La vida y las obras de muchísima gente antes que nosotros nos ha llevado a la luna, pero también a nuestro coche azul; a la literatura y al Internet; a las injusticias y a la comodidad; a las falsas y emocionantes películas que vemos en el cine, pero también a la dura realidad que no conocemos.

En mi opinión, vosotros no merecéis el mundo en el que estáis. No os lo merecéis porque no me gusta y no os lo merecéis porque no es vuestro. La sensación que tengo es que, además, no os estamos educando para daros algún derecho o alguna posibilidad de cambiarlo. El mundo no se puede permitir el lujo de desaprovecharos.

Tenemos que hacer algo diferente, algo que os pueda dar una ventaja a lo largo de vuestra vida. Algo que no esté dentro de algodones de la educación que me han dado a mi, y que os estamos dando, de mi entorno y del sitio en el que hemos nacido. Una ventaja que ojala sirva para que alguno de vosotros, contribuya, aunque sea con algo pequeño, a cambiar el mundo en el que estamos convirtiendo nuestro planeta.

Espero que os convirtáis en unos seres humanos que el mundo no pueda ignorar. Al mundo le hace falta gente que sea capaz de sacudir la comodidad, de arreglar injusticias. Mi generación y yo nos equivocamos y pensamos que la situación a la teníamos que llevar al mundo es la que tenemos.

Los genios son capaces de hacerse entender con pocas palabras. Yo no soy un genio y estoy seguro de que no vais a entender todo lo que quiero decir. Ojala podáis guardar esta carta y analizarla dentro de unos años para ver si habéis conseguido algo diferente, meritorio, reconocido, o, simplemente, bueno.

Besos a todos.

No hay comentarios: