martes, 21 de marzo de 2017

El desafío mundial

Más de una vez he pensado y escrito que nuestros hijos no se merecen el mundo que les dejamos, porque no han hecho nada por ganárselo, y porque les dejamos un problema muy considerable.

El mundo tiene varios problemas graves que a menudo se confunden porque están de moda las soluciones fáciles, las “recetas”. En el pasado, situaciones tan complicadas como la actual solamente se han resuelto con una guerra. Si encontramos de nuevo nuestra experiencia como seres humanos, las guerras generan un gran sufrimiento y solamente conducen a una situación nuevamente temporal de la que debemos huir.

En los años 80, cuando yo empezaba a trabajar, leí un libro con el mismo título que este artículo de JJSS (Jean Jacques Serban Schreiber) que se hizo muy famoso. Leerlo generaba una sensación de cierto agobio acerca de lo que nos iba a pasar cuando los robots nos quitaran nuestro trabajo. Los robots han tomado protagonismo en la fabricación, pero no nos han quitado nuestro trabajo.

Han pasado otras cosas impredecibles como Internet, que si lo han hecho. Ha permitido globalizar todos nuestros actos. Ahora nos enfrentamos probablemente al desafío más importante al que la humanidad ha tenido.

Creo que tenemos varios problemas:

1.El mercantilismo. Todas las decisiones se toman en base al dinero que generan.
2.El cambio climático. A pesar de que algunos no lo creen, estamos destrozando nuestro planeta. Las ciudades responden a un concepto que es necesario modificar.
3. Lo público. Lo público es diez veces más caro que lo privado, y eso genera corrupción. La  culpa es de los políticos corruptos que se han aprovechado de esa diferencia de costes, pero también de quien ha convertido en verdad esta afirmación.
4. Internet nos ha quitado nuestro trabajo. Un cambio de mucha importancia desmonta el edificio pasado de trabajadores sindicatos y empresarios. El trabajo es un recurso insuficiente más, algo ha cambiado.
5. La juventud. Mucho más preparados que nosotros, pero fuera de los ámbitos de decisión de nada.
6. El populismo. Ya nos hemos olvidado que problemas complejos tienen soluciones complejas, no recetas fáciles.
7. El regionalismo. La vara esa que me explicaban en el colegio que cambia 180 grados cada cierto tiempo ahora está empezando a girar, “todos” y “nosotros” no deberían ser conceptos antagónicos, “todos” es mejor, sobre todo ahora.
8. La globalización. La globalización ha hecho que la tecnología nos llegue a todos.
9. La redefinición de la CEE. Aunque ese problema solo afecta a unos pocos millones de habitantes de nuestro planeta, tenemos que cambiar el rumbo, es necesario seguir legislando y transponiendo leyes, tal vez los grandes objetivos nos queden muy grandes todavía (“todos” no es un concepto comprensible todavía).


No existen soluciones fáciles, e incluso creo que si intentamos resolver todos nuestros problemas a la vez no seremos capaces.

domingo, 12 de marzo de 2017

El destino

Roco siempre estuvo seguro de lo que iba a hacer. Apenas tuvo uso de razón se lo comunicó a su familia, una forma de hacernos partícipes y cómplices de su sueño. Papá le compró una pelota y Roco no dejó de ir a ningún sitio sin ella.

Al revés que a Roco, a mi nunca me preocupó a qué iba a dedicar mi vida. Cuando era pequeño vi el aterrizaje del hombre en la Luna y decidí que iba a hacer algo que tuviera que ver; luego tuve un profesor que me metió en la cabeza ser ingeniero; una serie que pusieron en la televisión casi me hace ser médico, y la primera vez que pude hablar a solas con una mujer, al borde del mar, supe que algún día sería capaz de bajarle una estrella.

Casi nunca tuve que tomar una decisión. Cuando mi vida tenía una alternativa por alguna razón desaparecía y todo quedaba tan claro que me quedaba sin opciones. Esto me pasó cuando era un niño y más radicales y decisivas me parecían las cosas, y ya de mayor cuando los grises han llenado mi vida.

Recuerdo un cuento en el que un tipo con barba y mochila equipado con un espejo vendía sus servicios para mostrar el futuro en el espejo, y sus clientes se daban cuenta que el destino era parecido a sus deseos, cuando no era el mismo, y se arrepentían de haber pagado por mirar.

En el cine cuando se reproduce una imagen se hace con colores vivos, para que te impresionen o los recuerdes. Rojos, verdes y rosas casi toman el protagonismo de la escena para que no tengas que preguntarte por los detalles. Tal vez la vida esconde los pálidos colores de la realidad mientras se va desenredando.

El destino es tozudo y te lleva por donde quiere, hagas lo que hagas por evitarlo.


viernes, 10 de marzo de 2017

El adulador (sigue leyendo IV)

Una tormenta de imágenes y recuerdos flotan en mi cabeza confundiendo gentes, nombres y fechas, alimentados por la vista del hotel La Franca, entre Asturias y Cantabria.

Hace años fundé y dirigía una empresa con mucho éxito. Una vez al año venía gente de todo el mundo, de Costa Rica, de México, de Portugal, de Barcelona, de Valencia,... y nos juntábamos para hablar y disfrutar.

Recuerdo la fantástica organización de aquel año en el hotel de La Franca. Mercedes era mi mano derecha entonces, y se encargaba de organizar aquellos viajes, se salió de sus objetivos: bajamos un río en piragua, montamos a caballo y el show de la noche fue la mas hilarante historia que yo recuerdo acerca de cómo un jefe de almacén era capaz de ponerle los cuernos a su mujer con adaia, el producto que vendíamos.

No me acuerdo en qué año fue aquel evento y no sé si ya entonces había empezado a meter la pata. Ahora sé que lo hice, no se si sirve para algo saberlo ahora y no sé si entonces podía haberlo evitado. Tampoco recuerdo cuando fue ni porqué, pero la eché. Ella lo había dado todo por mi, y por la empresa. Desde fuera se convirtió en el enemigo. Ahora entiendo que ella se llevó una parte de lo que fuimos, y que su resentimiento era eso.

Otra de las personas que formaban parte del proyecto era Ana. Ella se marchó sin que yo hiciera nada por impedirlo. Supongo que no supe darle lo que quería. Desde luego dejó un vacío en la empresa que nunca volvió a ser ocupado.

Más tarde todavía metí más la pata, y prescindí de la tercera persona que se dejó algo más que su trabajo en la empresa: Lluis.

Él, Ana y Mercedes fueron los verdaderos hacedores de nuestro éxito. Lluis y Ana fueron capaces de entender los problemas de un almacén, traducirlos y crear el mejor producto informático de gestión de almacenes que existió entonces,... ¡hay! aún ahora. Mercedes era capaz de traducirme delante de los demás e interpretarme, y hacer lo que teníamos que hacer.



Han tenido que pasar muchos años para que lo entienda. Fueron tres errores que casi destruyeron una empresa de mucho éxito. Eran mis amigos y los perdí, peaje que ahora sé que no pagaría. ¡Ojalá que me hayan podido perdonar! ¡De verdad que lo siento!  Yo pude contribuir para aglutinar voluntades, pero todo el mérito fue suyo. Después, eso sí, volví a incorporar al proyecto a otras personas que también me querían, y que me siguieron hasta el final, algunas todavía lo hacen.



Alguien que te quiere es incómodo, te dice cosas que a veces no quieres oír, pero el adulador te necesita y lo necesitas, aprende y aprende hasta que piensa que es capaz de hacer lo mismo que tú,... pero mejor. Piensas que el adulador será suficiente para mantener el proyecto, pero no aporta absolutamente nada, ni crea nada, ni mejora nada, ni siquiera te contradice. Se frota las manos cuando las cosas van mal y planifica su jugada porque tiene tiempo, taimadamente. Esto es muy difícil de ver, claro, porque solo te adula, eso sí, a un precio muy elevado.

En mi caso al menos, descubres que, además de adulador, es muy mala persona. Porque sus planes no solo incluyen hacerlo mejor, sino hacerlo en contra de ti. ¡Con lo fácil que le hubiera sido demostrar solamente que era mejor! Y sin embargo su única posibilidad era destruir, para que no se pudiera comparar, supongo, o tal vez porque no confiaba en él mismo. ¡Cuanto dolor provocó!

Me fui muy lejos, para salvar a la empresa de la crisis y solamente hablaba con el adulador. A pesar de que en la empresa nadie podía saber lo que yo pensaba de nada ni de nadie, todos sabían que era yo quien sobraba y que el adulador era el único dios. A pesar de que averigüé lo que había hecho, él se aseguró de que yo no pudiera hacer nada para arreglarlo, usando su poder de ruina para arruinar, sin decir nada, claro.

Ahora entiendo sus lágrimas cuando se marchó, ¡que sinvergüenza, eran de alegría!... ¡y se llevó la planta de su despacho!


Mire a donde sea o a cuando sea, no puedo quejarme de mi vida, que ha sido maravillosa. El adulador ha sido mi error más grave.

lunes, 6 de marzo de 2017

Tormenta de nieve

Habíamos planificado con mucha antelación el fin de semana. Ignorantes de que efectivamente lo habíamos hecho, los carteles en la carretera se empeñaban en recordarlo, en pleno temporal. La nieve azotó la península el fin de semana. Hubo grandes atascos para salir de la ciudad, enorme nevada. Unas horas más tarde, desde que llegamos  al mar, el tiempo nos dio una tregua todo el fin de semana.

Aprovechando el sol de primavera, en el valle, los abetos compiten con los verdes prados y estos con los eucaliptos y otros arboles grises, sin hojas todavía. Algunas vacas entre pelirrojas y negras salpican los verdes prados. La sensación es que estamos muy lejos de ayer, muy lejos de la nieve, de los coches, muy lejos de todo, un lugar perfecto para descansar. Abandonamos la carretera del valle por otra más estrecha. Una curva sucede a otra mientras la carretera sube y luego una curva sucede a otra cuando baja. Al final, allá abajo, aparecen los tejados del pueblo al que nos han enviado, apenas un centenar de habitantes. Nuestro destino hoy.

El puente, las casas, de piedra y verde; es antiguo y precioso; el olor a cuadra, no sé si de cerdos o de caballos, lo impregna todo. Buscamos el único bar del pueblo en donde un perro duerme tumbado la siesta mientras que varios vecinos disfrutan del sol en la terraza tomando cerveza. Unas calabazas color calabaza, naranjas, rojas y amarillas, con forma de pera, de pepino y de calabaza se ven a la entrada del bar.

Suena de fondo:

... me he portado como el culo...
... si es que mama copia mi estilismo siempre...
... en la fiesta estaba Craig, adoro a Craig, lo traté lamentable, pero esto le ayudará a darse cuenta...
...

Sorprendido por el lenguaje, me llama la atención una tele encendida que va mostrando personajes, ora haciendo cosas, ora explicándolas, diciendo cosas que no tienen nada que ver con lo que se ve, como si el doblador se hubiera vuelto loco.

Y a pesar de lo lejano del sitio, de la paz, del olor, de lo remoto, lo pequeño. A pesar de las calabazas y del perro, a pesar de las piedras y el olor, detrás de la barra del bar, la dueña, una mujer de unos cuarenta años, no se pierde un detalle de un capítulo de las Kardasian que están poniendo en la televisión.

viernes, 24 de febrero de 2017

Hades (corregido)

- ... hasta que no te enfrentas con la muerte no sabes de qué va esto.

Al hablar se le notaba una cara curtida por los años. El sillón de orejas en el que estaba sentado sobresalía por encima de su cabeza.

- Me alegra que me digas esto, contestó el otro.

Él también estaba sentado, pero era más joven y el sillón parecía más pequeño. Se notaba su interés en lo que decía el hombre mayor. 

El hombre joven siguió hablando, como para explicarse:

- Fue una de las cosas más difíciles de hacer. No podíais ser eternos, o tendríais demasiado tiempo para pensar.

El hombre mayor bajo sus ojos para asegurarse de que el otro lo entendía.

- Vives sin mayor problema, no te pasa nada malo y cuando crees que lo has entendido todo, entonces se acaba. Si tienes suerte se acaba mientras duermes, si no la tienes y todavía te queda mucho por vivir, el dolor es como si alguien te estuviera haciendo sufrir, para disimular y que no pienses en tu vida. Yo he visto esa mirada en mucha gente. Es injusto.

Por el tono de su voz creía que el hombre joven no lo estaba entendiendo. Se apoyaba en los brazos del sillón y por un momento parecía que su sillón de orejas  se hacía más pequeño. El hombre joven replicó,

-  ¿Injusto? ¿Acaso conoces el significado de esta palabra?. 


Para poder explicar vuestro final os dimos recursos suficientes: volver a vivir, otra vida, reencuentros, espiritualidad. La muerte tiene su liturgia, la hicimos importante, los cementerios no son vuestra invención ¿sabes?, existen desde siempre. ¿Acaso no te parece suficiente?

Dijo esto con un tono de convencimiento, tapando el sillón con su cuerpo, sus facciones eran como dibujadas, perfectas, parecía el busto de una estatua griega.


El hombre dijo enervado,


- Ud. no lo entiende.  Ni se puede imaginar de lo que estoy hablando. Tantas cosas vistas, tantas emociones creadas, tantos sentimientos vividos,… Eso no se puede borrar, ¡existe!. ¡De verdad!, no puede creer que seamos capaces de entender que tenemos que eliminarlo todo, olvidarlo todo.


Se le notaba un toque de indignación. Habló un poco más alto,  para reforzar lo que decía, intentaba hacerse entender.


- Pero ES así, nada ha sido real, todo ha sido creado, prestado,… El busto de escultura griega estaba muy convencido de lo que decía.


-  Pues igual ese es el problema: ¡crear algo real cuando no lo es!, decía el hombre, ya con indignación, mirando a ninguna parte.


-  ¿Acaso preferirías no haber sido? , preguntó convencido el busto griego.


El hombre mayor tuvo que hacer una pausa, no era capaz de explicar mejor lo que quería decir.


-  Es una pregunta retórica. Le doy mi opinión porque soy yo, si no lo fuera no podría dársela, no estaría aquí. El punto, de hecho, es que soy yo, creo que ni siquiera puedo explicarle esto.


- Espera, ¿acaso no recuerdas porqué te traje a hablar conmigo?


El busto griego puso cara de cansancio para seguir hablando.


- Claro que lo recuerdo, intento ser sincero con usted, no voy a engañarle ni adularle, me seleccionó a mi y, al menos, tendrá que soportar que haya acertado o que se haya equivocado.


La sala en donde estaban no parecía tener paredes, ni siquiera suelo. Los dos sillones de orejas estaban un frente a otro como sostenidos en el aire, quietos. El fondo parecía azul. Eso es todo lo que fue capaz de explicar el hombre mayor acerca de dónde había estado cuando lo dejaron otra vez en su casa.


-  Te traje aquí porque quiero conocer tu opinión, lo que realmente opinas de nuestro trabajo. Me lo han encargado.


- Pues yo ya le he explicado cual es el problema: no pueden crear algo que no sea real, algo que desaparece en un momento, estaba un poco desesperado al no conseguir explicarse.





- ¿Así que preferirías no existir?

-   …

-   …



En el Olimpo había varias estatuas, solo una hablaba o, al menos, transmitía una idea. No era una conversación normal, las ideas parecían fluir sin necesidad de voz; se

compartían y no era una conversación normal.

-  …creo que no lo han entendido, piensan que su vida no tiene significado, parece que nuestro trabajo no ha sido muy acertado, ellos no lo creen así.



-   …

-   …

-  … ¿no os dais cuenta eso es más que un problema? ¿para qué existimos nosotros sino para ser sus dioses?


viernes, 17 de febrero de 2017

El derecho a decidir

En Gran Betaña un gobernante mediocre confunde los términos: democracia y derecho a decidir. Convoca dos referendum, sin ninguna necesidad, y pierde el segundo: la mitad más uno de los ciudadanos que votaron no estaban de acuerdo con él, o no entendieron su pregunta o, simplemente, no entendieron las consecuencias que podía tener su respuesta. Cambiaron la historia: Brexit.

En España, otro gobernante ante la petición del derecho a decidir de una parte de su país responde, solamente, con la imposibilidad legal de hacerlo, lo que todavía alimenta más el deseo de pedir el derecho a decidir de aquellos que lo invocan y cada día de más ciudadanos.

Los independentistas catalanes invocan el derecho a decidir intuyendo que, tal vez, ganarían una votación de la mitad más uno, como sucedió en las autonómicas pasadas en donde entre los partidos Esquerra, la CUP y CsqeP ganan las votaciones en la cámara catalana, a pesar de no haber ganado en la calle la mitad más uno de los votos. Los nacionalistas españoles lo niegan por el riesgo que supondría una votación que tal vez, y solo tal vez, sería como la del Brexit.

Si yo tuviera algo que ver en este conflicto, cuidado, soy catalán, a mucha honra, y español, a mucha honra, daría la razón a los independentistas para seguir hablando: derecho a decidir, ¡pues claro que sí!. La ley actual no permite ejercer el derecho a decidir, pero está mal.

Yo diría:  cambiemos la ley. Si 2/3 de los catalanes, o una amplia mayoría, lo quiere sois independientes. Este razonamiento no podría ser puesto en duda por los independentistas, porque si lo hicieran se volvería en su contra.

¡Como! ¿No estáis tan seguros de que España os roba?¿No es tan claro el enorme apoyo que tenéis en la calle, de los inmigrantes, de vuestros fundadores corruptos, de los voluntarios...?¿No queréis  salvaguardar el derecho a decidir de la minorías, ni siquiera en vuestro nuevo país, al menos las amplias minorías?

¡No! ¡tendrían que estar de acuerdo!

Qué tenemos que hacer para cambiar las leyes, ¡hagámoslo! Nueva ley: "para decisiones que afecten a más del 20% de los ciudadanos del país (o la soberanía, por ejemplo), las decisiones se tomarán por una mayoría mínima de 2/3, y los parlamentos autonómicos pueden convocar un referendum de este estilo si lo pide un % mínimo". Votemos eso entre todos, tenemos que respetar las formas. Los independentistas serán suficientemente razonables como para esperar que todos votemos esta nueva  ley (derecho a decidir para todos también). España, dándoles la razón a los nacionalistas catalanes, propone la misma ley en la UE para dificultar otro Brexit.

Era una mañana soleada después del verano y Artur Mas estaba en la calle viendo a un millón y medio de catalanes. Ese día encontró su sitio en la historia. Wikipedia, 100 años después, diría:  "Artur Más (31/1/1956-11/11/2032). Fue el primer político en defender la independencia de su país, aunque eso le costara la destrucción de su partido, le costó el cargo de President (2000-2016) (que le quitaron los mismos independentistas que él lideró). Es considerado, por algunos, como un mártir por su país a pesar de su muerte natural en Fornells, Menorca.

domingo, 12 de febrero de 2017

Mano izquierda

No tenía mano izquierda, pero eso no le había causado problemas graves en su vida hasta ahora. Bien es verdad que era un poco arisco en las discusiones, pero era una persona especialmente eficaz. Cuando se trataba de emitir una opinión o resolver un problema, todos contaban con él. Bastaba con diseccionar las formas que contenía su juicio, casi siempre negativas, y lo que sobraba, su opinión, era generalmente la acertada. Le ponía muy nervioso, por ejemplo, que la gente tardara en decidir algo, o en tenerlo tan claro como él para tomar decisiones. Había sido capaz de ser apreciado por casi todo el mundo gracias a todo lo demás de su carácter: era generoso con su tribu, y muy buen amigo de sus amigos. A menudo mucha gente le demostraba su amistad. No tener mano izquierda le obligaba a hacer ciertas cosas que no le gustaban, pero había sido capaz de sobreponerse. Escribía con la mano derecha con una letra pulcra y clara. En el colegio se saltaba las clases de gimnasia, pero eso no le impidió tirarse al agua de la piscina con elegancia o correr lo que fuera necesario para llegar a algún sitio. Su tribu, su familia, era el único lugar de su vida en donde le importaba ser querido. Como contraprestación, su defensa en caso de repeler un ataque era la más encarnizada. Incluso en ese ámbito, a veces no tener mano izquierda era capaz de complicarle algunas cosas. Siempre eran otros los que resolvían los problemas que generaba la falta de mano izquierda. Su mujer cayó enferma el mismo día en el que el carro se estropeó. Sin una explicación evidente, se encendieron varias luces en el tablero. Después de un rato de la lectura del manual, él había identificado cuales eran los problemas que el carro tenía y lo que debía hacerse, de forma urgente y a largo plazo. Una de las cosas que era necesario hacer urgentemente era conducir mejor. Algunas de las luces lo demostraban y, aunque no se hiciera ninguna otra cosa, el carro iba a mejorar con esto. Por supuesto él tendría que hacer exactamente lo mismo de siempre, pero el coche lo conducían otros y era necesario cambiar su forma de conducir o el coche no lo aguantaría. Era grave la lucecita del cambio de marchas, el coche ya nunca iba a responder como antes, hasta que lo arreglaran, si es que tenía arreglo. Y lo más grave de todo era el motor. Era necesaria la opinión de un tercero, pero casi era evidente el cambio de carro. Había servido bien toda su vida, habían hecho magníficos viajes pero, tal vez, el cambio era inapelable. La decisión era tan gruesa, que era mejor buscar a alguien a quien ya le hubiera pasado antes. Como correspondía a alguien que hubiera nacido sin mano izquierda, y como correspondía con una cabeza bien amueblada comenzó a buscar una alternativa para su carro.