viernes, 14 de mayo de 2010

¿Un objeto delicado?

A veces, muy pocas veces, lo notas con algún golpe, algo descascarillado, pero normalmente no necesita casi nada para funcionar. Su sonrisa y su mirada no necesitan baterías adicionales y siempre mira de frente. Sin necesidad de decírselo, hace siempre lo que tiene que hacer. Cuando le pides una opinión siempre obtienes una respuesta, más apasionada a más cerca la plantees de su tribu y de sus creencias. En general, de forma gratuita, te devuelve o una sonrisa o una mirada inquisidora que intenta averiguar el porqué de la pregunta. Cual animal salvaje protegiendo la entrada de su casa te la puedes encontrar, hinchada, aparentando lo que es y lo que no es. Nunca las respuestas o las posturas tienen un doblez, que para eso está el carácter, para eso está ella. A veces un metro sesenta y dos parece enorme, a veces un metro sesenta y dos parece tan concentrado.
Y cuando consigue algún tipo de energía, que para eso tiene paneles captores, siempre buscando, entonces es un derroche de actividad, un derroche de sensatez y de eficacia. Entonces disecciona las preguntas, da las respuestas acertadas y valiosas, más allá de su forma. Si además de energía consigues captar su interés y hacerte como de su tribu, entonces todo entra en resonancia y parece que el mundo es pequeño para quedar inexplorado. Los más grandes retos se convierten en certidumbres propias de un solo paso más en la vida.
Y cuando algo transmite energía negativa y roza a su tribu, entonces el cielo se llena de nubes tormentosas, los relámpagos se convierten en gigantes golpeando nubes y montañas y el mundo sabe que tiene que ir con cuidado, porque algo que tiene la fuerza de cambiarlo a golpes, anda suelto.
Sí, si le dices fuerte dirá que cuidado, que sus pilas solo son de litio. Pero dile a ella, cuídala, riégala un poco, dale energía y podrás disfrutar del espectáculo de la vida en primera fila.
Lo que pasa es que como parece que no necesita pilas a veces se te olvida, con lo fácil que es agarrar la regadora del jardín, o susurrarle cuatro palabras al oído,…, cuidarla. ¡Es tan fácil la vida con ella! !Es un objeto tan valioso! ¡Es tan fácil olvidarse,... porque no parece que sea un objeto tan delicado!. 

domingo, 9 de mayo de 2010

Como no podía ser de otra forma


Los domingos y el clima soleado y fantástico de Ciudad de México son una combinación imbatible para pasear por cualquiera de las calles sombreadas, al sol hace demasiado calor, comprar un periódico y sentarse a disfrutar de la lectura y de una comida en cualquier terraza, que si estuviera en París tendría magia, aunque la posibilidad de encontrarla mojada por la lluvia sería infinitamente mayor.

“Como no podía ser de otra forma”, el periódico que compro es español y refleja muchas de esas cosas que por venir de España y por estar tan lejos me afectan. Obviamente el Barca, que está un punto por delante para ganar la liga y solamente quedan tres en juego. También Fernando Alonso, hoy ha quedado segundo, aunque el periódico en papel no lo supiera.

El análisis económico es el mismo de hace días, solamente que un poco más reposado. Los “inversores internacionales” parece que ya le han pagado la comisión a los periodistas. Las comisiones no tienen porqué ser en dinero, pueden tener forma de traje gratis, o pueden tener forma profesional, por ser el primero en escribir, o en predecir la bancarrota de Grecia y ser el mayor de los “agoreros. Todas los buenas espadas tienen dos filos.

Pienso que esa mano oculta que hacía que la economía, los mercados y las ganancias de “los inversores internacionales”  se corrigiera, sigue sin estar controlada por nadie, incluso parece que las máquinas pueden hundir las bolsas, y tiene un ámbito superior que el máximo control que ahora podemos tener, que está en los gobiernos de nuestros países.

Miedo me da el tsunami de la pasada crisis financiera. Para mi el epicentro de la crisis fue en el mar y estamos esperando la ola que nos acabará de matar, porque no hemos hecho absolutamente nada con el terremoto. Felipe González parece decir algo parecido cuando dice que ya se está preparando la siguiente crisis financiera.

Sí, también creo que estamos necesitados de gente que ponga en duda las cosas, que examine los fundamentos de las cosas, e intente cambiarlas si es necesario. Ojala triunfen las recomendaciones a largo plazo que han elaborado para cambiar la UE, ya me gustaría que también se hiciera este estudio en el ámbito de los países para obtener la estúpida, por utópica, conclusión de que los países deberían desaparecer.

Me ha caído fantásticamente Lula al afirmar que la ONU tiene que cambiar si es que quiere gobernar y me pregunto si alguna vez ha tenido esa posibilidad y si algún día la tendrá.

Pablo Estefanía se pregunta porqué el gobierno y la oposición no se ponen de acuerdo en algo, educación, por ejemplo, o aparecen juntos en algo, como ha pasado en Portugal. Cada día se demuestra más claramente que tenemos los peores gobernantes de toda nuestra historia, no sé si superando, incluso, la era de dictadura.

Si todos estamos de acuerdo en que hay que bajar el déficit, se pregunta, porque no se ponen a hablar de ello. Creo que es fácil encontrar la explicación real: porque buscan votantes, aunque estén muertos. Sin embargo, creo que la explicación inteligente es mucho más elaborada. No se trata de bajar el déficit, se trata de ver qué queremos hacer con los dineros públicos, y se trata de ver cómo podemos obtenerlo más barato. Ninguno de los dos gobernantes tiene ni idea de cómo se hace este trabajo, que en una empresa privada es sinónimo de supervivencia, porque vienen de un partido político y no tienen ninguna experiencia. Algo que los “inversores internacionales” ya saben, frotándose las manos con el episodio griego.

Elvira Lindo añora a esos políticos de verdad, socialistas, que supieron qué hacer, que se han olvidado o han sido depurados por nuestro actual presidente, supongo que para que no le hicieran sombra. Ojala volvieran para ayudar; necesitamos gente eficaz, buena, a todos los mejores, con experiencia.

José Luis Rodríguez Zapatero pidió a los jóvenes en la misma noche que ganó por primera vez, que le avisaran si les fallaba. Entonces el talante era un bien escaso en contraposición con la bronca en la que Aznar había convertido su último reinado. El talante se ha convertido en una excusa para la inacción, para el no ejercicio de responsabilidades. El actual presidente del gobierno de España nos ha fallado a todos, no solo a los jóvenes.

Lo único que le salva es que la hipotética alternativa, aunque yo no le vote, volveré a votar en blanco, ¡pásalo!, prefiera votantes muertos, mientras le voten, que salvados. Algunos entendemos que eso es despreciable.

Y lo mejor, el artículo de Juan Cruz, a quien cada día me apetece más conocer, explicando la "coletilla" que los dos ineptos gobernantes que tenemos aplican por igual: “como no podía ser de otra forma”.

martes, 4 de mayo de 2010

Realidad

De las 14 noticias económicas de hoy, excluidas las que hacen referencia a empresas sin relevancia, de uno de los más influyentes periódicos de España, sus titulares son los siguientes:

Las nuevas dudas sobre Grecia causan otro varapalo en las Bolsas europeas y el euro.
Todas las bolsas europeas han bajado, no parece ser un problema español sino griego. La aportación española es la cuarta de la UE en cantidad. La deuda española (%) está muy por debajo de casi todos los países de la UE.
La prensa internacional advierte a España de que puede caer en la misma trampa que Grecia.
Dice la prensa que los inversores, sin citar nombres y apellidos, están preocupados. El análisis es bastante de Perogrullo: coste del estado de las autonomías, cajas de ahorros (banqueros a políticos o políticos a banqueros), el déficit y el paro. Como opinión, también cita que los sindicatos defienden más a Garzón que a los parados, que la corrupción está afectando a nuestras consciencias y que la justicia está politizada.
Las constructoras creen que el efecto de la rehabilitación de viviendas en el empleo será mínimo.
Otro plan del gobierno que tendrá efectos mínimos.
La confianza de los consumidores remonta en abril 5,5 puntos.
Algo está cambiando o los españoles somos unos optimistas.
La afiliación suma su tercer mes al alza tras subir en 53.852 trabajadores en abril.
Supongo que no se le podrá buscar interpretaciones negativas a esta noticia.
La CMT propone congelar la cuota mensual de Telefónica.
Me temo que esto es que gana demasiado dinero y que el teléfono fijo es una suerte de compensación por lo que Telefónica ha sacado de los españoles.
BBVA se sitúa como segundo banco privado de Uruguay.
Supongo que algún gen español será el principal culpable.
Zapatero y Rajoy sólo logran cerrar una reunión sobre Grecia y las cajas.
Lamentablemente, no nos merecemos a nuestros políticos.
Los bancos andorranos preparan su desembarco en España y la compra de una entidad catalana.
Supongo que tendremos que discutir acerca del juicio de los banqueros andorranos.

Resumiendo,
Que la situación Griega nos está afectando a todos,
Que tenemos problemas estructurales que entre todos hemos creado y que hay que enfrentar,
Que tenemos un gobierno mediocre,
Que a pesar de todo los españoles seguimos confiando en nosotros mismos, 
Que la situación laboral ya no puede empeorar,
Que nuestras principales empresas siguen yendo bien,
Que nuestros políticos son lamentables, y
Que nuestro mercado no será tan malo cuando los banqueros andorranos quieren entrar.

Es decir,
No podemos hacer nada más con Grecia.
Deberíamos despedir a todos nuestros políticos.
La situación no es tan mala como parece en los periódicos.

Ya es hora de ponerse a trabajar.

domingo, 2 de mayo de 2010

Pesimismo

España se ha convertido en un país de pesimistas. Vas en un taxi y la conversación deriva en críticas a quien gobierna y no hace nada. Vas a un restaurante de confianza y el camarero dice lo mismo. Cuando hablo con mi familia, la crítica es contra alguien que no hace nada por remediar la situación. Lees los periódicos que van desde la critica con la acción de gobierno hasta el insulto de la oposición.

No me gusta la política española. Nuestros políticos nacen de la mediocre escuela de unos partidos políticos, unas estructuras enormes y dominantes de la vida pública, que monopolizan el control del país.  Los partidos políticos son el único legado negativo que nos dejaron los “padres de la patria”. Desde hace 10 años he votado en blanco: ¡Váyanse todos señores!

La oposición, la alternativa de gobierno, se defiende de su escándalo de corrupción negando, callando o excusándose de que la corrupción no les afecta como partido, sino que afecta a algunos chorizos que pertenecían a su partido.  Ahora preguntan porqué un etarra se ha escapado de la justicia irlandesa,  o porqué los jueces han liberado a otro etarra en España. Prudencia, esa virtud que han perdido. ¡Cállense!

Y el gobierno se defiende de su inacción, de su falta de ideas, de su falta de liderazgo, con la excusa de la oposición y de la falsa prudencia. Culpables de que España será uno de los últimos países en superar la crisis económica dejando un reguero de 4 millones de parados. !Hagan algo!

Y lo peor que dejo es el pesimismo de la calle, contradictorio con nuestro carácter, contradictorio con la posición que ocupamos como país en el mundo, contradictorio con salir de esta, contradictorio con el éxito increíble de nuestra transición, contradictorio con nuestro carácter positivo, mediterráneo.

Me pregunto qué tenemos que hacer para volver a ser positivos, para aceptar los retos,… ¿Nos falta un pastor? Pues yo creo que no. En nuestra transición hubo varios. Tal vez ahora nos hace falta un detonante, un catalizador, pero entonces lo hicimos entre todos. Tal vez nos sobran los que tenemos.

Mi padre era un firme defensor del esfuerzo personal. Él pensaba que antes que poder hacer algo era necesario querer hacerlo. Que las capacidades y los conocimientos venían después. Lo primero que tenemos que hacer es querer salir, volver a nuestro optimismo, y confiar en el resultado de nuestro propio esfuerzo.

lunes, 26 de abril de 2010

Papá


Te recuerdo con una raqueta de tenis en la mano, ganándome siempre, cuando yo pensaba que ya era alguien. Recuerdo el orgullo con el que Mamá te describía, durante mi adolescencia, defendiéndote hasta el final y solamente hablando de tu difícil carácter. Ella me contó que pasaste de familia rica, de montar a caballo, de ir en barco a Mallorca, a descargar camiones en el puerto, cuando hizo falta.

Recuerdo tu soledad, cuando decidiste que lo mejor era llevarte a toda tu familia a Valencia. También recuerdo tu mirada dándome ánimo, sin decir absolutamente nada, cuando te volviste de Madrid sólo, habías venido a devolverme a Barcelona, y apenas te despediste, solo te parecía que era lo correcto.

Aprendí contigo pero no me enseñaste, solo lo hacíamos, yo notaba tu confianza y sabía que sería capaz de hacerlo,… nada más.

He recibido de ti la fe ciega en el esfuerzo personal. He intentado imitar tu saber estar en cualquier parte, ser capaz de disfrutar igual con un bocadillo que con una cena en Finisterre.

Luego te fuiste apagando, poco a poco, pero siempre digno y con un pie en la realidad, engañando a tu destino,... y seguías siendo tú.

Ahora ya no podré devolverte nunca lo que has hecho por mi.

sábado, 24 de abril de 2010

!Cómprelo ya!

En los múltiples canales que te encuentras en la televisión en Centro América es muy fácil encontrar un anuncio de venta de artículos por correo.

Garantizan la ausencia de bichos en su casa; o aparatos de ejercicio que prometen un cuerpo magnífico; o vibradores que dan todas las ventajas de hacer ejercicio sin necesidad de mover un dedo; o cremas milagrosas que anulan los efectos del embarazo, incluso mucho tiempo después de tenerlos; o esos tacones que te permiten crecer automáticamente; o almohadillas para que las mujeres se quiten el vello.

Todos tienen algunos puntos comunes.  Deben de tener un efecto increíble para que funcionen, tienen que generar algún tipo de milagro porque sino, no sería necesario comprarlos. Ver esos anuncios es una suerte de descubrimiento.

También deben de generar necesidad, alarma o apelar al amor propio. ¿Cómo vamos a permitir ser más bajos que nuestra novia? ¿Cómo vamos a permitir que nuestros bebés y mascotas mueran por la presencia de bichos y ratas en nuestras lujosas cocinas? ¿Y porqué su marido no va a preferir a esa mujer de estómago plano que usa el “aparato” en lugar de a Ud.?

Reconocen tener tan poco valor que, si lo compras, te regalan otro, eso sí, si lo compras en los siguientes segundos o eres de los 500 primeros en llamar.

Y por último tienen que ser culturalmente inútiles, no sirven para nada, es decir, nadie con un mínimo  nivel cultural creerá que los necesita, ni siquiera creerá en sus imposibles efectos, aunque te muestren en pantalla la transformación clara entre el antes y el después.

Cuando veo estos anuncios, es imposible no sufrirlos machaconamente cuando ves una película, me doy cuenta de que deben de funcionar, por el mero hecho de que existen.

Me pregunto si los políticos son una suerte de producto que ofrece efectos milagrosos, que no está claro para qué los necesitas, y por la alarma que, según ellos, produce elegir a su oponente.

Y pienso en la democracia y me siento un poco dictador al pensar que todos los que llaman, apremiados por el mensaje de llamar ya, y preguntan, y hasta compran, también votan y eligen una parte del destino de este mundo. Tal vez esa sea parte de la explicación de la elección de algunos de los presidentes de América latina.

En el océano equivocado

No me gusta demasiado contar esta anécdota, por lo mal que lo pasé. Resulta que yo desvié un avión de pasajeros en medio del Atlántico.

Un día me subí en un avión en Madrid rumbo a Santiago de Chile. Después de unas cuatro horas de vuelo, mi cabeza identificó los síntomas. El dolor producido por un cólico nefrítico, una piedra en el riñón, es imposible de olvidar.

Las siguientes horas hasta que pude avisar a mis amigos que esperaban en Santiago de Chile de que tenía enfrente el océano Atlántico fueron horrorosas.

Soy bastante alto y el espectáculo de verme tumbado en el pasillo del avión, rodeado de azafatas y botellas de cava con agua caliente, temblando de dolor debió de ser enorme.

Aunque no había ningún médico a bordo, todo se puso de mi parte para acortar la agonía. El protocolo dice que es necesario aterrizar en el aeropuerto más cercano, en este caso Las Palmas. Los pasajeros o las caras que alcanzaba a ver, sufrían conmigo y esperaban dejarme lo antes posible para que terminara mi sufrimiento. La tripulación de Iberia se portó magníficamente bien.

Cuando el médico subió a buscarme me preguntó si me ponía el calmante en el avión o en la ambulancia. Supongo que sabía que mi sufrimiento estaba a punto de terminar porque salí del avión con los pies por delante y lo suficientemente consciente como para oír a un pasajero discutiendo a voz en grito con el comandante reclamando sus derechos.

Cada vez que lo veo en la televisión diciendo tonterías me acuerdo de aquellos segundos. Era un político, el primer portavoz del primer gobierno de Aznar, para no dar nombres.

martes, 20 de abril de 2010

Comer sólo

Mi mujer, que es persona muy sociable, reconoce que no soporta comer sola en un restaurante. En los últimos meses he tenido ocasión de practicarlo muchas veces, y debo decir que he conseguido una cierta capacidad de hacerlo y de disfrutarlo.

Cuando entras y estás sólo en un restaurante alcanzas a ver muchas cosas que no tendrías en cuenta si vas acompañado. Los colores de la pared, de los manteles, las ventanas o las cortinas forman parte de lo que alguien quiere que sientas sentado y comiendo. A veces te encuentras dibujos imposibles, o cuadros que te impactan en medio de horrorosas maquetas de barco, o detalles y adornos que intentan crear un ambiente sin conseguirlo.

La luz, cuya intensidad es inversamente proporcional a la calidad de la comida con límites, pues en determinados restaurantes no puedes distinguir casi la comida.

El ruido, apagado cuando el restaurante es elegante, con risas de alguna mesa y el estridente ruido de los niños que se oye, estén en donde estén, en el restaurante y fuera de sitio,… siempre. A veces te encuentras con música ambiente, pero más se agradece cuando alguien con las manos floridas toca un piano en algún lugar del local.

La gente, a veces pintoresca, siempre rara, siempre desempeñando un papel. A veces me entretengo inventándoles historias, justificando quién es quién en cada mesa, descifrando sus caras y sus silencios. Analizando cómo estudian la carta.

Mario Benedetti tiene un personaje femenino despampanante, salido de un cuadro, con el que de vez en cuando sueña eróticamente para despertarse invariablemente antes de que pase nada. Las  camareras de los restaurantes hacen un poco ese papel, sobre todo cuando intentan armar mi comida, ya sea por su interés o el del restaurante, aunque parezca siempre que es por mi. La conversación de decisión se vuelve más agradable a más experiencia tiene el camarero o la camarera, unos segundos de conversación y compañía.

A veces casi me entran celos cuando veo al camarero que me ha atendido y con el que he conseguido entablar una sólida relación y confianza en algunos segundos, cuando repite escena con una mesa cercana.

A veces el rato es tan agradable que pido una malta con hielo, un papel y algo para escribir y relleno pequeños papeles con letra pequeña acerca de cómo hago para comer sólo en un restaurante sin morir en el intento.