viernes, 27 de febrero de 2009

Think Tank CIIL

El 27 de febrero ha tenido lugar una reunión que IESE organiza periódicamente, el Think Tank del CIIL (Centro Internacional de Innovación Logística), patrocinada por MIEBACH, por DHL y por SAP. Estas reuniones no tienen como objetivo extraer conclusiones, sino compartir conocimientos y experiencias para mejorar la Logística.

Esta mañana, sin embargo, se ha podido establecer una conclusión: en el supuesto de reducciones en los ingresos de las empresas de distribución del 20/25%, la propia reducción de la actividad no se trasladará al coste, y casi nada de lo que podamos hacer, manteniendo nuestra forma de trabajar, por bien que algunos ya lo estén haciendo, permitirá acercarnos sensiblemente a la reducción de los ingresos, a la vez que se mantiene la calidad de servicio.

Bien es verdad que operaciones de flujo tenso, reducción de número de referencias, colaboración entre empresas (me ha gustado oír red frente a cadena de suministro) o reducción de artículos promocionales pueden mejorar las cosas, reducir en parte los costes derivados de los stocks que hoy se acumulan en toda la cadena. También que los precios del transporte sí serán más sensibles a la reducción de la actividad.

La verdad es que la conclusión es bastante demoledora, y evidente para mi: tenemos que cambiar nuestra forma de trabajar.

La pregunta final, planteada por Antonio Rodríguez, de MIEBACH es para la reflexión: "Hace 30 años nuestras empresas también conseguían cuadrar sus cuentas y aquellas que lo hacían bien obtenían beneficios ¿qué ha cambiado desde entonces?"

La pregunta tiene mucha más miga todavía, si tenemos en cuenta los recursos que ahora tenemos (tecnología, infraestructuras, información,…), y que antes no teníamos.

A partir de aquí mis reflexiones.

Hace 30 años, cuando yo entraba en el mercado laboral, no existía la sociedad del bienestar como la conocemos hoy en día. Uno ganaba o perdía su trabajo, no era un derecho adquirido. El afán de superación de los que competían conmigo nos hacía a todos trabajar con ahínco, más horas si hacía falta, teníamos auténtica ansiedad por aprender y triunfar.

La política era un reto, un país que cambiar, que construir, a imagen y semejanza de lo que existía en otros países, no había partidos políticos monolíticos y gobernantes como ahora, sino políticos que administraban un entusiasmo colectivo y que, como subproducto, crearon los partidos políticos.

El resultado es que, hubiera tecnología o no, las cosas salían adelante, gracias al entusiasmo y al esfuerzo. También nos conformábamos con mucho menos (colas en una sanidad por construir, esfuerzos no solo para pagar impuestos sino para calcularlos, una educación todavía no universal, los pisos en alquiler, nuestro parque automovilístico, las carreteras,…).

Los bancos se portaban como bancos, es decir, si tenías dinero (o era clarísimo que ibas a devolverlo) te lo dejaban, si no lo tenías no.

Ese entusiasmo colectivo era capaz de hacer una piña alrededor de un proyecto común (independientemente de si eras del Madrid o del Barça, como dice un amigo mío).

Hoy en día nuestros políticos son gobernantes contratados por los partidos políticos, no existe un reto común, y por lo tanto ningún proyecto, y nuestros políticos son incapaces de ponerse de acuerdo en absolutamente nada, lo que acaba arrastrándonos a todos a discutir y descalificarnos en la calle.

Y aquí llega la crisis y resulta que, o cambiamos la forma de trabajar o no saldremos adelante. Creo que esa conclusión no solamente se aplica a la logística.

Pedro Puig

lunes, 23 de febrero de 2009

Porqué nos odiamos

Cuando alguien ve salir del kiosko a otro con el ABC, El Mundo, o El País bajo el brazo, ya esta retratado: ¡con ese panfleto qué se puede esperar de él!

Por supuesto, los medios tienen una parte de culpa, pero la mayor parte de culpa, esta en origen, en la política. No es razonable pensar que el presidente que tenemos, a pesar de que no pasará a la historia como un estadista, le traiga al fresco que haya 4 millones de parados. No es razonable pensar que el jefe de la oposición diga que le llamen cuando el país este en quiebra.

No es verdad, ninguno de los dos es un inútil, ni esta en política para hacerse rico, ni porque no tiene otra cosa que hacer, ni porque atesore la verdad absoluta sobre nada.

El problema es que están obligados, siempre hay unas elecciones que justifiquen descalificar al contrario. ¿Acaso los chorizos que existen en el PP no existen en el PSOE? Pues claro, pero eso solo implica que tienen los mismos lógicos problemas, no que sean rematadamente malos.

Es necesario resolver el problema que están generando en la calle: rojos y fachas, educados y no educados, cultos e ignorantes,... ¡Basta!, nada de esto es cierto. Sobre todo con la que esta cayendo, vamos a necesitar la colaboración de todos.

Tenemos que acabar con la bronca gratuita en la que se ha convertido la política española en los últimos 10 años y que amenaza con arruinar nuestra convivencia, cuando más vamos a necesitarla.

He aquí, algunas ideas:

Compromiso de los líderes políticos
  • Estamos permanentemente en campaña electoral. ¿Porque no hacemos coincidir todas las elecciones en el mismo mes para dejar de trabajar al que gane 4 años?
  • Todas las votaciones en Las Cortes serán secretas, para favorecer el voto personal en lugar del de partido.
  • Todos los gobiernos estarán obligados a pactar al menos X leyes en cada año de sesiones, no solo con sus votos.
Compromiso de los periodista
  • Los periodistas llamaran Sr. Juez, omitiendo su nombre, a cualquier magistrado cuando comenten algo sobre su trabajo.
Compromiso de los presidentes de Senado y Congres
  • Las descalificaciones serán prohibidas en Las Cortes, al igual que los insultos.

Obligación para presentarse a unas elecciones


  • Todos los partidos políticos estarán obligados a organizar un departamento de asuntos internos.
¿Qué algunas obligan a cambiar leyes? Estoy seguro de que se podría hacer un gran pacto para respetar estos principios sin cambiarlas.

¿Qué algunas obligan a que los partidos políticos pierdan poder? No creo que una pequeña dedicación para convencer a los propios parlamentarios de lo que tienen que votar fuera negativa. No creo que un tiempo obligados a escuchar al contrincante para pactar sea negativo.

Estas ideas no resuelven por sí solas ninguna crisis, pero no son más de lo mismo. Ninguna acción concreta de ningún gobernante servirá para resolver esta crisis, pero muchas pequeñas cosas, de todos, una detrás de otra, si lo conseguirán.

Pedro Puig

jueves, 19 de febrero de 2009

Cuento: ¿Será eso?

Ya estaba, ya había perdido de vista a sus padres y, subida a medio tronco de un pino, miraba el bosque en el que había aprendido a buscar comida, a esconderse, a trepar,… Ahora estaba sola y tenía cierta sensación de ansiedad ante lo que pasaría mañana.

Varias semanas después, no le quedaba la más mínima duda. Bellotas, pinaza, árboles,… Podía encontrar comida en abundancia, de vez en cuando veía a alguno de sus congéneres trepando por un árbol. Todo estaba en orden. La sensación de libertad que le daba estar sola, cubría cualquier cosa que pudiera necesitar. El águila que flotaba en el cielo no conseguiría localizarla y, si no, tenía un agujero perfecto para esconderse en un enorme pino.

Y pasó la primavera, y el verano, y el otoño y llegó el mal tiempo. Ya no tenía tantas ganas de correr y trepar por el bosque, como antes. De repente todo se cubrió de blanco.

Y ya no había bellotas en abundancia, estaban enterradas debajo de la nieve, era muy difícil llegar a ellas, y las de los árboles eran pocas y medio secas. Cada día pasaba más tiempo en aquel agujero del pino, y su piel lustrosa empezaba a mostrar los huesos de debajo.

Aquel invierno fue especialmente duro. Lo intentó todo para encontrar alimentos. Podía comerse aquellas hojas puntiagudas que picaban, pero no tenían mal sabor y, después de comer, le parecía que seguía teniendo el mismo hambre.

Cada día, el manto de nieve era más profundo. Se preguntaba a cada momento qué es lo que había hecho mal. Cuando dejó a sus padres no pensaba que hubiera cometido ningún error.

Y empezó a buscar alternativas para buscar alimentos. Y cada día se cansaba más, sin obtener frutos a su esfuerzo. Encima, el águila volaba más bajo y cada día debía extremar más el cuidado. Al águila se le había añadido un buho enorme que cada día se despertaba más de día.

Un día, llegó a pensar que la nieve que seguía cayendo llegaría a la altura de su refugio. Más de una vez estuvo a punto de rendirse, dejar de estar pendiente del águila y dejarse llevar por su falta de ganas, por su impotencia. Su piel a duras penas cubría sus costillas.

El águila volaba bajo. Ella se despistó por un momento. Cuando se dio cuenta tuvo el justo tiempo de dejar de escarbar y salir corriendo. ¿Llegaría a su refugio?

Mientras corría, su cabeza no dejaba de plantearse preguntas. ¿Qué es o que había hecho? ¿Que le faltaba? ¿Acaso herramientas? ¿Acaso constancia? ¿Ganas? El mundo a su alrededor había cambiado y ella no estaba preparada para vivir en otro mundo, lo suyo era comer bellotas que estaban en el suelo. Cuando alcanzó el árbol, no sabía si había conseguido vencer al águila o solamente había conseguido una prorroga.

Su pregunta no la contestaba el bosque, ni el águila ni siquiera la nieve, probablemente el mayor culpable de sus problemas: ¿Qué debía hacer?

Nada hizo.

Y dejó de nevar. Y el arroyo empezó a cantar. Y en los árboles empezaron a encontrarse brotes tiernos despertando sabores en su boca que nunca había sentido. Y el sol volvió a brillar, un día sí y otro también.

Un día volvió a ver otra ardilla. Sobre el suelo del bosque volvían a verse bellotas

Pedro Puig

sábado, 14 de febrero de 2009

Asuntos internos ¿donde las dan las toman?

El mundo camina hacia la oscuridad. No sabemos si el destino se medirá con los criterios del orden establecido que el mundo civilizado ha conseguido en las últimas décadas, o si esto será inviable y será necesario volver a definirlo todo.

Mientras sucede todo esto, si examinamos a nuestros políticos, sin tener en cuenta el odio que uno y otro bando parecen obligados a manifestar, extensible parece a los de a pié.

Votamos a un partido, no a un candidato. Los partidos políticos son como empresas pero sin el objetivo de ganar dinero, solamente conseguir el poder. Por eso sus empleados hacen méritos por cómo se mueven dentro de sus partidos, porque hacen cosas que pueden ganar votos y estas empresas premian a los empleados que lo consiguen, no necesariamente por sus méritos en un cargo público.

Aunque los mejores vayan arriba dentro del partido, cuando por fin gobiernan, los cargos públicos se reparten entre todos, entre los eficaces, los menos eficaces y,... los chorizos. Es absolutamente inevitable que dentro de cualquier gran organización existan este tipo de personajes, en todos los partidos.

La reacción de los nuestros, cuando alguien descubre su existencia, es atacar a quien lo descubre y defenderse con el ¡y tú más! o ¡donde las dan las toman!. Otro ejemplo de lo lamentable de estas organizaciones.

¿Porque no asumen todos que tienen que existir los chorizos y que este es un problema de todos?

Si lo asumieran, todos tomarían cartas en el asunto y crearían departamentos de asuntos internos, como en las pelis de polis de los américanos, y conseguirían descubirlos antes que la prensa o el partido politico opuesto, y serían capaces de acotar el daño y destruir al que se descubriera.

Aunque no me gusta el presidente que hemos elegido entre todos, voila una frase de Rajoy: "Hundan el país y dspués llamennos para pedir ayuda" (En el Congreso esta semana).

¿De verdad que no deberíamos hacerlos dimitir a todos? Lo que falla de verdad en nuestra democracia son los partidos políticos.

Pedro Puig



lunes, 9 de febrero de 2009

Isaac Asimov

Isaac Asimov fue uno de los escritores de ciencia ficción más prolíficos de la historia. Para situarlo, es el autor de la novela “El hombre del bicentenario” llevada al cine con bastante acierto y de “Yo robot”, que Asimov hubiera impedido su estreno.

En casi todas las novelas de Asimov, el protagonista es el ser humano, no hay otros seres diferentes en la galaxia y el desarrollo es una copia de la sociedad humana, solo que en una escala geográfica mucho mayor, la galaxia.

Una de sus novelas más famosas es una trilogía: “Las fundaciones”. En la primera parte, un científico, Hari Seldon, predice la decadencia y caída del orden establecido, el imperio, y los posteriores años de barbarie y oscuridad en donde cualquier tipo de orden desaparece.

Por supuesto, como pasaría ahora, el científico es considerado por el gobierno como un terrorista y es exiliado con un pequeño grupo de sus partidarios. El grupo tiene una misión concreta: realizar una enciclopedia con el compendio del conocimiento humano, para impedir que se pierda.

Pero sobre todo tiene un objetivo: evitar los años de barbarie que parecen inevitables.

En las siguientes partes, el grupo, equipado con los conocimientos acumulados por la historia, armado con la simplicidad de la toma de decisiones, y la tecnología de que dispone es capaz de enfrentarse con el imperio en decadencia, pero fuerte todavía por su tamaño.

La realización de la enciclopedia era solamente una excusa. Es el la consecución del reto: evitar los años de barbarie, lo que mueve a todo el grupo. El desarrollo económico normal, la religión, los comerciantes, la tecnología, progreso.

Según confesó Asimov, su libro estaba basado en otro, escrito por un británico con el título “Decadencia y caída del imperio romano”, y los años de barbarie fueron los de la Edad Media.

Pedro Puig

sábado, 31 de enero de 2009

CRISIS: Origen, efecto y problema

Estoy convencido de que el origen e esta crisis está por descubrir y tiene que ver con dos cosas:

1) Las desigualdades que existen en el mundo. Cuando una empresa deslocaliza una fábrica, lo que está haciendo es aprovechar la desigualdad en el mundo, los costes laborales no son iguales en todas partes, pero es que el nivel de vida tampoco es comparable, y los costes tienen que ver con el nivel de vida.
2) El control de las empresas, las que se deslocalizan, sigue siendo local, en cada uno de los países, cuando su mercado es global, e incluso su ámbito de negocio, sus fábricas, también lo es.

En estos dos puntos se esconde el origen de la crisis. En mi fuero interno, cada vez más interno, pienso que esta crisis traerá, inevitablemente, acciones que intentarán resolver este problema de desigualdad y, por lo tanto el mundo mejorará cuando la crisis pase.

El origen directo de esta crisis es el descontrol del sistema financiero (nada que ver con la construcción y España) y nada que ver con uno u otro político. Tengo por seguro, que ningún político ‘normal’ se lo haya podido imaginar, y menos aún, hacer algo para aceler o acortar la crisis, y tampoco por arreglarla.

Sin embargo, las consecuencias de la crisis nos afectan a todos de manera muy concreta. Resolverla o no, pasa a un segundo plano, porque los efectos, las consecuencias creo que, sinceramente, pueden acabar con nuestra forma de vida. Lo urgente va a ser resolver las consecuencias de la crisis, para luego, cuando toque, buscar soluciones a los orígenes y hacer imposible que se repita.

Hace mucho tiempo, más de 25 años, cuando yo entraba en el mercado laboral, mi bagage era la ilusión por ser útil, por aprender. Mi entusiasmo no tenía límites. Las cosas costaban y era necesario trabajar duro para conseguirlas. Tenía que competir con otros que hacían lo mismo que yo.

Querías comprar un coche, varios años después de empezar a trabajar, y podías pagarlo con lo que habías ahorrado; si le pedías el dinero al banco. Entonces la respuesta era clara: si tienes el dinero, yo te lo dejo, y si no, búscate a un avalista que lo tenga. Por supuesto, lo de comprarse una casa era solo para los que habían nacido ricos o aquellos que habían conseguido éxito en su trabajo.

Después, hace unos diez años, el precio del dinero se hizo despreciable, ya era más barato comprar una casa que vivir alquilado. Los avances sociales en Europa nos llevaron a pensar que todo estaba resuelto, la jubilación, quedarse sin trabajo, el colegio de nuestros hijos. Durante todo este tiempo, se ha ido perdiendo la relación entre éxito y el esfuerzo que cuesta conseguirlo.

Igual, durante este tiempo han surgido personas sin rostro, especuladores, que se han aprovechado del poco coste del dinero y de la cantidad de personas que disponían de él. Las empresas han invertido en aventuras, a veces con éxito otras con fracaso, en las que el riesgo de abordarlas no ha sido uno de los parámetros necesarios para tomar la decisión de abordarlas o no.

Esta actitud de no tener que contar con el riesgo, ha traído consecuencias positivas y negativas. Las positivas han sido la globalización, la innovación tecnológica consecuencia de esta sobre actividad (existían mayores posibilidades, solo por el número de intentos), de que algo saliera bien y aportara ventajas que otros podían aprovechar.

También considero una buena consecuencia a la competencia. Los riesgos de tomar una decisión y acertar o fallar eran premiados o castigados por el mercado, esa mano negra que era capaz de reajustar cualquier desviación de nuestro modelo.

La consecuencia negativa es que la relación entre éxito y esfuerzo se ha perdido.

Hace solo seis meses, la falta de control de los bancos americanos ha generado una crisis financiera de falta de liquidez, que ha desembocado en una crisis de confianza de proporciones devastadoras. Los gobiernos parecen haber encontrado el botón para resolver la falta de liquidez de los bancos y han puesto en marcha las máquinas de hacer dinero y han garantizado fondos, nacionalizado o cualquier cosa que se les ha ocurrido. La crisis de liquidez de los bancos está resuelta o camino de estarlo.

El siguiente problema ha sido la liquidez de las empresas y este problema está por resolver. Los gobiernos no tienen ninguna fuerza para convencer a los bancos de que lo que tienen que hacer es lo que hacían hace menos de diez años. Los bancos harán lo que hacían hace 25 años, para sanear sus negocios. Por cierto, en España tenemos alguna ventaja que no somos capaces de aprovechar. La regulación española es ejemplo a seguir por todo el mundo, la solidez de los bancos españoles es espectacular pero,… ¿quien les va a decir que deben de relajar su forma normal de proceder?

La falta de liquidez de las empresas es lo que ha originado la falta de confianza a todos los niveles. La falta de confianza ha provocado que las cifras de paro hayan escalado hasta límites casi increíbles. En España, gracias a la construcción y a la situación históricamente no estable de nuestra economía, esto nos ha afectado más que a los demás.

La falta de liquidez en las empresas las ha puesto en manos de los financieros, que no están preocupados por el futuro a largo plazo sino por el futuro inmediato, el cash de que disponen. Seguidamente, los directivos han dejado de correr riesgos, es verdad que una cierta dosis de prudencia era necesaria, pero además, han decidido no pedir dinero a sus financieros para ganar a sus competidores, han decidido no hacer nada hasta que el consumo se estabilice para ellos y sus competidores y aplazar cualquier decisión de cambio, diferente del ‘madrecita me quede como estoy’ hasta que toquemos fondo.

Los parados, victimas de la construcción y los despidos por falta de liquidez, han sido consumidores 'pequeños', poco consumidores. Esta actitud de las empresas genera un paro mucho más importante. Disminuye drásticamente el mercado, la capacidad de consumo y genera un efecto de falta de confianza, inacción, más paro y el bucle sigue.

Los gobernantes actuales están actuando en dos direcciones: le dan a la máquina de hacer dinero y generan todavía más desequilibrios, o intentan generar confianza, confianza que no tiene ningún tipo de repercusión en los consumidores ni en las empresas ni bancos.

Así que, el reto está en generar una situación para recuperar la confianza perdida y no sé cual puede ser el mecanismo. Lo que pongo en duda es que con las únicas dos herramientas que los gobernantes del mundo entero están trabajando, se pueda conseguir algún resultado. Falta imaginación y la situación no está para fomentar la imaginación.

El nudo gordiano de esta situación es el de acabar con la falta de confianza.

Pedro Puig

domingo, 25 de enero de 2009

Crisis: Competencia

Ahí fuera hay un mercado: una montaña de gente que consume los productos de una empresa o de su competidora.

Los ejecutivos de estas dos empresas cobran un bonus, en función de la cuota de mercado que consiguen, y pasan día y noche para mejorar sus productos y servicios.

Hacen presupuestos de marketing, y contratan cada uno a la mejor empresa de publicidad (entre estas también compiten), para convencer a los consumidores de que sus productos y servicios son mejores que los de su competidora.

Contratan a otras empresas que tienen conocimientos y herramientas para mejorar los productos y servicios que producen, al menor coste posible.

Mientras tanto, los financieros de cada empresa se empeñan en buscar a los mejores especuladores, blandos (bancos) y duros (fondos, swaps, etc.), para hacer más rentable el dinero que tienen, y más barato el que necesitan.

En 'La Bolsa' analizan lo novedoso de los productos, su cuota de mercado. Miran el dinero que las empresas ganan (en general, una buena medida de lo bien que lo hacen las empresas), e invierten para alimentar a los especuladores.

Los directivos hacen planes. Intentan innovar: ahorrar costes; incentivar a sus comerciales para vender más; le piden a sus financieros que busquen dinero para hacer nuevas inversiones cuando creen que servirán para ganar a la empresa competidora.

La competencia es feroz. El mundo empresarial, la economía de mercado, evoluciona gracias a la competencia.

Pero eso ya no es verdad.

La montana de consumidores ya no esta.

Los especuladores ya no pueden ganar dinero: la bolsa se ha hundido y nadie se fía de swaps ni de cosas por el estilo.

Los financieros han tomado el control en las empresas. Se trata de ser prudente. Hace mucho tiempo ellos eran los más prudentes, ahora lo ha recordado. Y los bancos han recordado que solamente prestaban dinero a quien tenía dinero (¿suerte que lo hayan recordado? ¿suerte que lo olvidaran?).

Ningún ejecutivo está pensando qué puede hacer para mejorar su empresa con respecto a su competidora. Saben que ellos tampoco están haciendo nada. La auto complacencia que transmiten los financieros, de saber que su empresa es la mejor, hace el resto.

Las empresas que venden a otras están desapareciendo. Pronto lo harán los ejecutivos, empezando por los de las empresas proveedoras de otras ¿para que sirven ahora?

Los directivos ya no se atreven a pedir a sus financieros que busquen dinero, ahora solamente preguntan si lo tienen.

¿Cuando lleguemos a una cuota de paro determinada no será seguro ir por la calle?

Y con la desaparición de los ejecutivos trabajando, la montaña del mercado se seguirá reduciendo. De nada servirán las inversiones públicas. Los que van a hacer los trabajos, los que se 'beneficiarán' de la inversión pública, son un número importante de la montaña, pero no tan importante en dinero. Y, además, por definición, se trata de trabajos en un mercado en donde no se priorizará en función de dónde son necesarios los recursos, sino su esparcimiento sin criterio mas que el de su gasto (sin competencia).

Ningún gobernante en el mundo se ha dado cuenta de que algo está mal.

Cuando las empresas des localizan, lo que hacen es sacar provecho de la no existencia de unas condiciones mínimas para todos.

Esto es fruto del inevitable desequilibrio entre países, pero también lo es la inexistencia de un control global de un mercado global.

Ningún gobernante se ha dado cuenta por eso, porque son gobernantes y no políticos, porque gobiernan en países, localmente y, por último, porque más allá de 8 años es un plazo que no les importa los más mínimo.

Puede ser que los especuladores vivan de las rentas; también, que las inversiones públicas den algún fruto; también, que la capacidad de liderazgo del único político que existe, en la primera potencia mundial, genere algo de confianza.

Si pasa todo eso, a la vez, entonces cerraremos esta crisis en falso, pero estaremos sólo algo mejor que ahora, nunca mejor que hace un año, y sensibles a cualquier error o falta de control de un país o de una empresa importantes.

Alguien o algo tiene que corregir los desequilibrios y hacer crecer la montaña del consumo. O convencer a todos de que existen retos que puedan ocupar el papel de la competencia.

Pedro Puig

sábado, 27 de diciembre de 2008

Política: Políticos y gobernantes

El 1/1/08 le enviaba el siguiente correo a un amigo, era antes de la últimas elecciones generales en España.

POLÍTICOS Y GOBERNANTES
Una institución como la Corona, basada en el principio menos democrático y más arbitrario posible, es el único elemento político que tenemos en nuestro sistema democrático. Bien haríamos en buscar algo que lo sustituyera, antes que el azar genético.

Nuestra clase política, los que actúan de políticos, son mediocres, generados por una estructura de partidos políticos, con un horizonte temporal limitado, incompatible con la tarea política. El papel que representan es solamente el de gobernantes, administrativos y criticables.

Una brillante generación de políticos alumbró nuestra transición. Pudo ser casual, y ellos crearon los partidos. Hoy, son los partidos los que crean a los candidatos. Bien haríamos en buscar formulas para restar poder a los partidos, para incrementar las posibilidades de que surgieran líderes, capaces de mirar mas allá de 4 u 8 años, que pusieran en duda las cosas: políticos, en lugar de gobernantes.

El otro día leí un articulo que apelaba a la calidad humana de un candidato: "... vote aquel que le salvaría en un accidente". Yo diría, además: "Vote a aquel que considere mucho mejor que usted". Necesitamos quitarle poder a los partidos: listas abiertas, independencia real de poderes (empezando por el legislativo y el ejecutivo: ¿que el legislativo elija gobierno?), ¿como es posible que... ¡los partidos políticos!, elijan a los jueces? Cambios en la ley electoral para que los buenos sigan, y los malos tengan más difícil ser re elegidos (mayor porcentaje de votos necesario para la reelección). ¿Donde esta escrito que un sistema no es mejorable? Solamente un sistema sospechoso de tirano no es mejorable.

¿Tendrán consciencia los partidos? ¿Se darán cuenta por si mismos de que ya no cumplen el objetivo para el que fueron creados? ¿Se autodestruirán? ¡NO! Necesitamos políticos capaces de poner en duda las cosas, de cambiarlas, de ilusionar. ¿De donde vamos a sacarlos? Este es nuestro PRIMER problema. Volvamos a dar ejemplo al mundo y no votemos a ningún partido:

"VE A VOTAR Y HAZLO EN BLANCO; PÁSALO."

(1/1/08)

Hoy en día, después de oir el menasje de Navidad del rey D. Juan Carlos le he enviado el siguiente:

Hace tiempo que te envié el correo que te adjunto. Mi opinión sigue siendo la misma que entonces, tal vez el fenómeno Obama aporte algún cambio.

Se me ha ocurrido un símil de nuestra clase ‘política’. Es una famiglia con dos hermanos mayores que no consiguen ponerse de acuerdo en nada pensando los dos que el otro va a desmontar la famiglia, oponiéndose con vehemencia a cualquier decisión u opinión del otro hermano. En la defensa de sus ideas por defender a la famiglia ya se han olvidado de esta.

Luego tenemos algunos hermanos más pequeños. Estos no discuten y solamente persiguen la idea de hacer las cosas a su modo, da igual si coinciden o no con algunas de sus hermanos mayores, pero es tan grande el cristo que contemplan, que no quieren líos, les bastará con que les dejen hacer a su forma,… la famiglia es sagrada, pero con el tiempo este barrio será nuestro.

Y luego está el padre, no tiene ni voz ni voto, pero es respetado por casi todos en buena medida. Sigo pensando igual que hace años, es el único elemento verdaderamente político que tenemos en nuestro sistema, y es el más anti democrático posible.

Y sino quién iba a decirnos que, con la que está cayendo, que ánimo, que las hemos pasado peores, que se trata de esforzarnos, de tener confianza (mensaje del Rey estas Navidades).


(27/12/08)

Cada día me cae mejor este señor y rezo porque la formación que le hayan dado a su hijo sea la mejor.