Estoy sentado en el borde de la cama. Ya he pasado por la ducha, me he puesto el polo y los vaqueros, como cada día. He dudado unos segundos y antes de ponerme los zapatos he sacado un calcetín del cajón donde hay varios. Recuerdo que ayer pasé frio.
Al levantar el pie desnudo, una extraña sensación me cubre el alma. Todo me parece un poco más oscuro, afuera puede llover. Veo el sol en un campo verde, el mar y la brisa, los amigos, conversaciones transcendentes, lo que hice, de lo que estoy orgulloso pero nunca va a volver a pasar. De la suerte, del cansancio, de la soledad. Nostalgia de otros países en donde el clima no cambia. No se puede parar el mundo.
No sé porque me ha pasado esto. Ayer era verano y hoy es otoño.
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