Una vez más lo políticamente correcto ha invadido nuestra televisión pública, pagada por todos, a la par que la privada, contagiada de la emoción de unos pocos mortales que manifiestan tener agujeros que serán tapados por la enorme suerte de haber sido los afortunados de un juego de azar.
Hace unos pocos años lo hubiéramos tomado como una tontería “digna del régimen”, en donde el trabajo y el esfuerzo se ve sustituido por la fortuna concedida por una institución pública, pagada por todos, a la que es necesario dar gracias.
Ya está bien que periodistas que uno cree buenos, se presten a esta ceremonia anual en dónde las tremendamente falsas frases en donde figura la palabra “repartir”, dejen de participar.
Lo absolutamente cierto es que, de promedio todos invertimos 70 euros, para que unos pocos, muy pocos, ricos o pobres, reciban 35 euros concentrados, esta es la palabra correcta, de forma aleatoria. Los otros 35 quedan para pagar al calvo, o para pagar la complicidad de esos buenos periodistas. Me gustaría saber cuánto nos queda para nosotros de esos 35 euros.
Ya se que la mayor parte de los que invierten los 70 euros anualmente apelarán a la tradición, para justificar la ludopatía selectiva, y que aplicarán la misma medicina que se le aplica a los que pretenden eliminar la salvajada de los toros: la tradición. Supongo que exceptuarán la tradición de la ablación del clítoris, el velo, tener un harén y otras tradiciones similares.
Lo único de lo que me quejo es de que la lotería de Navidad me cueste dinero, tan difícil de entender?