Vivía en un barrio de Indiana con las casas exactamente iguales. Su mujer le esperaba en la cocina. Tres de sus hijos estaban tirándose una pelota de baseball en el jardín.
¿Qué ha pasado hoy? Tienes una cara que no te puedes aguantar, le dijo su mujer.
La repuesta no podía ser corta y Frank le volvió a contar a su mujer lo que llevaban haciendo los diez últimos años, su idea y, finalmente, la confirmación de hoy que era correcta y parecía que habían encontrado un medicamento para curar el cancer.
Frank se aseguró de que su mujer le entendía.
Hemos encontrado una cura para el cáncer.
John, lo hemos logrado.
La cara de John adquirió el mismo reflejo de felicidad que la que se había instalado en la de Frank. Se conocían desde hacia mucho tiempo y John sabía la cantidad de trabajo que había costado. Desde luego la noticia era importante, de lo más grande que se podía dar, un paso gigante para la humanidad y la demostración de que las investigaciones de una empresa farmacéutica como Llili servían para algo. Era necesario aplicar el protocolo verde, solicitar las oportunos permisos de la DEA, ver como fabricar aquel medicamento de forma industrial, registrarlo para que otros no se aprovecharan,... Faltaba todavía mucho tiempo, pero su trabajo se había terminado.
Frank esperó semanas y meses, mientras otras pruebas que había hecho daban los mismos resultados, pero John todavía no le daba ningún noticia. Un día lo abordó y le preguntó.
¿Que pasa con esto?
Dame más tiempo ya lo hemos planteado en la junta y hemos pedido un estudio.
Cayeron los primeros copos de nieve del invierno y Frank pidió una insistió de nuevo.
John, ¿que más necesitas? Los resultados son inapelables.
Tú y tu gente habéis hecho un trabajo fantástico, pero la junta quiere paralizar el proyecto.
¡Pero si hemos curado el cáncer! No entiendo.
Dicen que los ingresos que tenemos ahora bajarán sensiblemente. Tenemos otras líneas de medicamentos para bajar el dolor, para resolver parcialmente algunos tipos de cancer, que dan mucho más dinero.
La evolución de la humanidad está solamente en la mano del poder económico. Cualquier niño le pega patadas a un balón, pero si juega en la champions,...