Los cantos a las excelencias de las economías emergentes tienen versos que sólo hablan de contextos para grandes empresas en operaciones de compras, ventas y deslocalizaciones. Pero, ¿qué ocurre con las pequeñas y medianas? ¿Y con la mejora de la cadena de suministro, algo que hemos venido denunciando como una debilidad corporativa en el contexto de la globalización? De la mano de Leuter, veremos cómo abordó su trabajo en un mercado emergente. Por José Gutiérrez
Si en la Edad Media, se diferenciaba entre el tiempo de Dios y el secular, en este período marcado por la globalización habría que hablar del tiempo social y el de las empresas. Fue hace tan sólo 10 años cuando se produjo el desembarco de las grandes corporaciones españolas en América Latina al socaire de las privatizaciones y oportunidades que presentaba una región llena de economías emergentes. Ahora bien, ¿hay sitio para pequeñas y medianas empresas, en el sector de la logística en medio de todo esto? La respuesta puede parecer sencilla: sí, si se sabe buscar un nicho de mercado. Pero todo esto puede presentar peculiaridades, demasiadas como para pasarlas por alto.
En este sentido, es interesante conocer la experiencia de la firma española Leuter, especializada en Sistemas de Gestión de Almacén y que posee un software propio. Esta empresa trabaja en España, Portugal y Francia y lleva tiempo trabajando en mercados emergentes tan diferentes como el mejicano, el ruso y el centroamericano. A pesar del tópico de la facilidad de las empresas españolas para operar en América Latina por tener un idioma común, el trabajo de implantación de esta firma en el mercado mejicano rompe muchos tópicos.
Méjico es un mercado de más de cien millones de habitantes e integrado, junto con Estados Unidos y Canadá, en una de las zonas de librecomercio más importantes del mundo, el NAFTA*. Pero su propio carácter emergente hace que su tejido empresarial esté lleno de fuertes contrastes: “Desde el punto de vista de una firma especializada en SGA había cuatro grandes líneas de corte: las empresas denominadas como maquilas*, que no tienen un afán de pervivencia en el largo plazo, y que son netamente exportadoras; aquellas familiares de tamaño mediano y mercado regional, que o bien tienen a su generación dirigente con un alto nivel de formación y apuestan por mejoras continuas, o bien continúan ancladas en inercias fundamentadas en bajísimos costes laborales; y grandes corporaciones gestadas durante el período de aplicación de políticas ISI*, que dio lugar a grandes empresas públicas y que tras su privatización, conservan gran parte del monopolio del mercado interior”, explica el director general de Leuter, Pedro Puig.
Premisas de implantación
La primera premisa de la firma española, de tamaño medio, al dirigirse a un mercado emergente era clara: “Las oportunidades más sonadas parece que son para grandes empresas que, con sus tecnologías y culturas corporativas, producen en ese país para exportar a los grandes núcleos de consumo mundial. Pero también está claro que estos mercados emergentes, que poseen variables macroeconómicas estables, como es el caso de Méjico, tienen un mercado interior interesante generado por este desarrollo económico. Este mercado y su tejido empresarial se mueven con criterios y culturas de empresa heredadas de épocas previas a ese despegue económico, y la gestión de la cadena de suministro es una de ellas. Y son mercados donde hay que ejercer un trabajo casi apostólico a la hora de querer jugar el rol de proveedores, pues les cueste entender las bondades de implantar procesos de modernización en su cadena de suministro. Pero también es cierto que si se consigue una implantación estable, se obtienen los réditos del trabajo de todo buen pionero: mayores márgenes de beneficio que en un mercado maduro y, sobre todo, convertirse en referencia en un mercado que converge hacia una realidad similar a la de Europa o Estados Unidos”, continúa el director de producto de la compañía, Federico Muñoz.
“Durante mucho tiempo, se había trabajado en Méjico a través de un distribuidor, pero nunca se conseguían buenos resultados. Y todo el que conoce la realidad de este país sabe que hay oportunidades. Por lo tanto, se decidió llevar a cabo la apertura de una delegación comercial propia, que sería el germen de una filial con plantilla del país, pues una de las lecciones más importantes que se sacaron era la necesidad de gestionar directamente la atención al cliente” .
“En los primeros momentos, la intuición comercial gestada en un mercado maduro hace que los esfuerzos por vender sistemas innovadores de SGA se orienten hacia grandes empresas. Eso fue un error en nuestro caso. Las grandes corporaciones mejicanas son prácticamente los únicos actores en su mercado y consideran que no necesitan de grandes inversiones en innovación para tener una posición cómoda. Además, reflejan mucho la idiosincrasia del país en cuanto a una estructura muy jerarquizada donde se toman decisiones de forma muy lenta”.
“Por otro lado, están las maquilas* que por su carácter totalmente cortoplacista tienen su logística externalizada. Quedaba, pues, el mercado que representaban las pequeñas y medianas empresas familiares enfocadas en el mercado interno mexicano. Como se dijo anteriormente están aquellas que mantienen una cultura de trabajo basada en los bajos costes y aquellas que desean alcanzar un nivel de excelencia empresarial similar al de una empresa estadounidense. Es en éstas últimas donde la firma encontró su nicho de mercado”.
¿Cómo abordar al cliente?
Ya se tenía un objetivo ajustado a las posibilidades de la firma española. Pero, ¿qué pasos seguir para conseguir que pasara a ser cliente? “El primer factor competitivo es tener una delegación comercial propia frente, por ejemplo, a empresas de Estados Unidos, con mucho más prestigio a nivel tecnológico. La presencia directa proporciona el contacto diario necesario para descubrir lo que se demandaba: ejercer de consultores a la medida de sus necesidades. Y también daba una señal fundamental para este tipo de clientes: el interés por tener presencia directa en el mercado y no depender de distribuidores que, en un mercado emergente, suelen caracterizarse por estar cambiando constantemente de proveedores y de ámbitos de actuación y no poder asegurar un buen servicio postventa”.
La persona correcta
En segundo lugar, había que conocer cuál es la persona a quién hay que abordar en la empresa para hacer ver la necesidad de contar con un SGA moderno. La tendencia natural sería dirigirse al jefe de informática o al director de logística: “Sin embargo, cuando este tipo de empresas se plantean adquirir un nuevo sistema, no se trata tanto de renovar su software como de buscar soluciones a problemas ante los que se ven desbordadas por afrontar con criterios de mercado en desarrollo problemáticas propias de uno de masas. Saben que no pueden responder a estos retos con las respuestas elaboradas de la cultura tradicional corporativa, pues aprovecharse del bajo coste de mano de obra trae consecuencias incompatibles con el mantenimiento de los niveles de servicio requeridos: fuerte rotación del personal, alto nivel de incumplimiento de horarios laborales, fuerte gasto en seguridad para evitar robos por parte del personal, etc... Asimismo, se dan cuenta que la flexibilidad en cuanto al cumplimiento de las normativas sobre seguridad laboral y transporte de mercancías tiene un límite si se quiere estar a la altura de los retos que se les van presentando. Hay conciencia de que la logística y, en consecuencia, la gestión de los almacenes, son consecuencia de un cúmulo de problemas organizativos ante los que el entorno más inmediato no puede dar respuestas. Por ello, con quien hay que hablar es con el director general de la empresa”.
“Otro elemento esencial para conseguir la cercanía con el cliente es aprender a manejar el argot usado en el mundo de la logística. Hasta hace muy poco, la logística era un sector donde la formación se adquiría en el mundo laboral, habiendo desarrollado términos muy diferentes en cada Estado mejicano. Por ello, se debe hacer el esfuerzo por poner estas palabras junto con el estándar técnico usado (por ejemplo: un ‘patinador’ es el equivalente a carretillero) para conseguir mantener una comunicación fluida”.
“Finalmente, otro elemento que se debe tener muy en cuenta es el de la desconfianza latente, provocada por el ‘caos creativo’ propio de este tipo de mercados de alto recorrido. Los clientes están muy acostumbrados a que los proveedores de software o de cualquier otro elemento necesario para mejorar la cadena de suministro, les prometan, por unos precios muy bajos, unas funcionalidades y rendimientos que nunca se cumplen. Esto, unido a que los proveedores no suelen estar de poder ofrecer un servicio postventa adecuado, provoca que los clientes, a pesar de mostrar su sorpresa ante los rendimientos ofrecidos, realmente no tengan confianza en la oferta propuesta y ralenticen mucho su toma de decisiones”.
Arrimar el hombro
Como se puede ver, mayores potencialidades de beneficio ante una gran cantidad de riesgos: la radiografía propia de un mercado emergente. Por ello, tras un primer contacto se ofrece un primer servicio: el diagnóstico del almacén.
“Se realiza una visita a su almacén para ver sobre el terreno qué se puede ofrecer. A continuación, se le explica qué problemas se detectan en el almacén y cuáles tienen solución. Este punto es importante, pues estos problemas pueden ir desde la falta de estanterías hasta aprovechar los anacronismos de la legislación mejicana para acumular producto en demasía en épocas concretas del año, llegando a colapsar los pasillos internos de la instalación logística”.
Problemas comunes
“Méjico es un mercado con fuertes contrastes, encontrándose gran parte de estos clientes con afán modernizador en torno al núcleo industrial de Monterrey (norte), frente a los que aprovechan al máximo los bajos costes, que son mayoría en el sur. Sin embargo, hay una serie de problemas comunes a muchos de ellos, observados tras muchos años de realizar diagnósticos”.
“En primer lugar, como se ha venido diciendo, está la tendencia a incrementar el uso de mano de obra en igual proporción al crecimiento que experimenta la empresa. En segundo lugar, los fuertes gastos en plantilla dedicada a controlar al personal. En tercer lugar, no se realizan varias operaciones de forma simultánea, por el miedo a no poder controlar a la plantilla de base: no se concibe realizar al mismo tiempo operaciones de carga y descarga, recepción, picking y registro, lo cual conduce a muchos tiempos muertos o ‘de brazos caídos’. Asimismo, hay desconfianza en el poder de los automatismos, por lo que a pesar de instalarlos se sigue insistiendo en contar con personal encargado de controlar el correcto seguimiento de las operaciones. Finalmente, todo esto conduce a falta de exigencias en cuanto al logro de una rotación óptima de stocks y la prestación de una adecuada atención al cliente pues, en muchos casos, no se sabe, literalmente, qué hay en almacén y si se pueden ofrecer unos plazos adecuados de entrega, así como estar en condiciones de poder ofrecer un producto similar en caso de que el demandado no se encuentre en stock”.
ROI pedagógico
El segundo paso, tras ofrecer este diagnóstico es escuchar, por parte del director de la empresa, qué problemas tiene la firma y detectar aquellos que están relacionados con la gestión del almacén para, a continuación, averiguar a qué niveles quiere mejorarlos. Este trabajo exhaustivo será la fuente para un ROI*, “mucho más descriptivo y pedagógico que el que se elabora para una empresa europea, pues se trata no sólo de que adquiera productos y servicios avanzados, sino de que consiga entender la ventaja de realizar una fuerte inversión y que sea capaz de modularla a sus necesidades. No se debe pretender deslumbrar con un “know how” pretendidamente superior, pues hay conceptos y realidades que se van asumiendo con su uso y no con escuchar exposiciones de expertos”.
“Por ello, hay que esforzarse al máximo por no mostrar sólo los ahorros que se pueden conseguir, sino que su lectura sea una guía para entender las ventajas de modernizar la gestión logística y, al mismo tiempo, ofrecer todas las opciones posibles para que el cliente escoja. Habrá un primer elemento que serán los datos iniciales del almacén en cuanto a superficie, personal, etc... y, a partir de esto, se observarán los costes y tiempos en las operaciones básicas de almacén, siguiendo un orden lineal (recepción, ubicación, etc...). El cliente podrá tener la opción de poder cambiar los datos iniciales (número de registros, plantilla por categorías, metros cuadrados, etc...), con el fin de ver cómo los datos ofrecidos en las siguientes variables cambian”.
“A continuación se ofrecen dos tipos de ROI, dependientes de todo esto: uno estándar y otro ideal. El estándar se corresponde con el usual en un mercado maduro, fundamentado en ofrecer ahorros de tiempo, y estos traducidos en costes, de forma que se pueda ver el retorno de la inversión a corto y medio plazo. En el ideal, se expone cómo se atenúan las debilidades y riesgo que se han venido citando anteriormente: ingente cantidad de personal, rupturas de la cadena por retrasos, rotura de materiales, etc...”.
“Con estos datos en la mano, el director general, apoyado en su decisión por el director de logística o el de informática, podrá estar en condiciones de decidir qué opción escoge. Puede ser que escoja la más básica, pero esto hay que tomárselo como un período de prueba pues la experiencia demuestra que en cuanto se comprueba que los rendimientos prometidos se cumplen el cliente irá aumentando su demanda de servicios y mantendrá relaciones a más largo plazo que las que mantiene con las que ofrecen firmas que trabajan en mercados donde no hay un desfase tan grande entre los distintos proveedores”.
De esta forma, se puede ver como cualquier empresa de prestación de servicios logísticos debe intentar conocer bien el mercado donde va a trabajar antes de desarrollar su operativa comercial, ya sea por que esté en un contexto social diferente al de los mercados donde ha trabajado anteriormente o por tener un nivel de desarrollo completamente distinto.
jueves, 6 de noviembre de 2008
Logística Integral: Luces y sombras del Voice Picking
Voice picking es la aplicación de la tecnología de la digitalización de voz para transmitir información entre un sistema de gestión de almacén y el preparador.
El preparador de picking va equipado con unos auriculares a través de los cuales recibe las órdenes de preparación y de un micrófono mediante el cual confirma las órdenes del sistema.
Actualmente, en el mercado se pueden encontrar dos sistemas de Voice Picking. La primera consiste en terminales especializados (solamente usan transmisión por voz), terminales TALKMAN de la empresa VOCOLLECT. La segunda opción es instalar un software de reconocimiento de voz sobre terminales de radio frecuencia con sistema operativo Windows, el engine MCL, también del grupo VOCOLLECT.
Últimamente ha aparecido un nuevo fabricante con un sistema de reconocimiento de voz, VOXWARE, que también se puede instalar en terminales de radio frecuencia con sistema operativo Windows. Los modernos sistemas de gestión de almacenes aprovechan la ventaja que significa disponer de la información en tiempo real en los almacenes. Las diferentes operativas que soportan hacen que los procedimientos en el almacén estén aprovechados al máximo actualizando la información en el mismo MOMENTO en que se produce.
Últimamente ha aparecido un nuevo fabricante con un sistema de reconocimiento de voz, VOXWARE, que también se puede instalar en terminales de radio frecuencia con sistema operativo Windows. Los modernos sistemas de gestión de almacenes aprovechan la ventaja que significa disponer de la información en tiempo real en los almacenes. Las diferentes operativas que soportan hacen que los procedimientos en el almacén estén aprovechados al máximo actualizando la información en el mismo MOMENTO en que se produce.
En el modelo tradicional de radio-frecuencia, el sistema de gestión de almacén transmite la información al preparador usando la pantalla del terminal de radio frecuencia, que el operario puede leer mientras se desplaza a la ubicación de picking. La confirmación de la acción de picking se realiza leyendo con un lector láser el código de barras de la ubicación de donde se realiza el picking (la excepción es en los mecanismos automáticos o de pick to light).
Desde el inicio del uso de los terminales de radio frecuencia, en España se puso de moda la utilización de terminales embarcados, más grandes y visibles, en donde se puede leer la información de forma simultánea con la preparación, sin coste. Fuera de España y en entornos de preparación donde el Terminal no puede ir embarcado, se usan distintos modelos de terminales portátiles en los que es necesario realizar de forma exclusiva la lectura de la información.
Usando la tecnología de voz se puede ahorrar tanto en el tiempo de lectura de la información como en la confirmación de la acción. En un sistema probado con el suficiente número de instalaciones, con operarios entrenados, los tiempos son los siguientes:
a) En el caso de los terminales portátiles:
El tiempo que un operario emplea en fijar su vista, sujetar la terminal e interpretar la información es de unos dos o tres segundos.
El tiempo que el operario emplea en sujetar el terminal, apuntar sobre el código de barrasy disparar es de uno o dos segundos.
En total, por cada acción de picking podemos ahorrar entre tres y cinco segundos.
b)Y en el caso de los terminales embarcados:
El tiempo que un operario emplea en sujetar el lector láser, apuntar sobre el código de barras y disparar es de uno o dos segundos.
En total, por cada acción de picking podemos ahorrar entre uno y dos segundos.
Cualquier ahorro, por pequeño que sea, justifica la utilización de una tecnología a menos que el coste o su fiabilidad lo hagan inviable. La tecnología de transmisión de información por voz, los auriculares que se usan y que filtran el ruido, y los sistemas de entrenamiento parecen ya fiables.
En el caso de la tecnología de voz para transmitir información solamente depende, pues, del estudio de los costes de la inversión para averiguar si es rentable su uso o no en cada caso.
Los elementos de coste son los siguientes:
Terminales. Las dos opciones disponibles actualmente (TALKMAN y MCL) tienen un coste similar de alrededor del doble de un Terminal de radio frecuencia sin lector láser. Los auriculares y el micrófono deben comprarse para cada usuario diferente.
Lectores láser. En el caso de usar tecnología de voz no son necesarios.
Sistemas de gestión de almacén. Cualquier sistema moderno de gestión de almacén podrá incorporar la tecnología de voz, y no debe suponer un sobrecoste sobre una instalación sin voz.
Restricciones. Determinadas operativas que se involucran en la transmisión de gran cantidad de información son difícilmente resueltas con la transmisión de voz. En este caso, el uso de los terminales TALKMAN, que solamente pueden usarse con la voz, puede hacer su uso inviable (desde luego para algunas operativas diferentes del picking). Con terminales que puedan usar las dos tecnologías este inconveniente no existe.
En sistemas de picking que requieran las manos libres, existe un volumen de preparación que exige el uso de tecnologías eficaces y hace que sea necesario el uso de terminales portátiles la ecuación saldrá muy favorable para quien trabaje, por ejemplo en escenarios de frío, de pequeñas piezas o de textil, por ejemplo.
Cuando un comercial se acerca a nuestra empresa para vender voice picking, el argumento principal es el ahorro. Los argumentos son exactamente los mismos que si solamente vendiera un sistema de gestión en almacenes en tiempo real. Es un hecho aceptado que entre una gestión sin terminales de radio y otra con un buen sistema de gestión de almacenes en tiempo real se pueden estimar ahorros entre el 20 y el 25% del trabajo de picking. Los vendedores de voice picking ofrecen un 50%, lo cual parece bastante exagerado si se analiza el origen de los ahorros.
Lo que realmente se está ofreciendo hoy en día es un sistema de gestión de almacenes que usa excesivamente la tecnología de transmisión por sonido. Tratando la transmisión de información por voz como una tecnología más, que tiene aplicaciones en el picking, es posible obtener mejoras de entre uno y cinco segundos por cada acción de picking, por lo que su uso puede suponer un ahorro de tiempo y coste significativo.
a) En el caso de los terminales portátiles:
El tiempo que un operario emplea en fijar su vista, sujetar la terminal e interpretar la información es de unos dos o tres segundos.
El tiempo que el operario emplea en sujetar el terminal, apuntar sobre el código de barrasy disparar es de uno o dos segundos.
En total, por cada acción de picking podemos ahorrar entre tres y cinco segundos.
b)Y en el caso de los terminales embarcados:
El tiempo que un operario emplea en sujetar el lector láser, apuntar sobre el código de barras y disparar es de uno o dos segundos.
En total, por cada acción de picking podemos ahorrar entre uno y dos segundos.
Cualquier ahorro, por pequeño que sea, justifica la utilización de una tecnología a menos que el coste o su fiabilidad lo hagan inviable. La tecnología de transmisión de información por voz, los auriculares que se usan y que filtran el ruido, y los sistemas de entrenamiento parecen ya fiables.
En el caso de la tecnología de voz para transmitir información solamente depende, pues, del estudio de los costes de la inversión para averiguar si es rentable su uso o no en cada caso.
Los elementos de coste son los siguientes:
Terminales. Las dos opciones disponibles actualmente (TALKMAN y MCL) tienen un coste similar de alrededor del doble de un Terminal de radio frecuencia sin lector láser. Los auriculares y el micrófono deben comprarse para cada usuario diferente.
Lectores láser. En el caso de usar tecnología de voz no son necesarios.
Sistemas de gestión de almacén. Cualquier sistema moderno de gestión de almacén podrá incorporar la tecnología de voz, y no debe suponer un sobrecoste sobre una instalación sin voz.
Restricciones. Determinadas operativas que se involucran en la transmisión de gran cantidad de información son difícilmente resueltas con la transmisión de voz. En este caso, el uso de los terminales TALKMAN, que solamente pueden usarse con la voz, puede hacer su uso inviable (desde luego para algunas operativas diferentes del picking). Con terminales que puedan usar las dos tecnologías este inconveniente no existe.
En sistemas de picking que requieran las manos libres, existe un volumen de preparación que exige el uso de tecnologías eficaces y hace que sea necesario el uso de terminales portátiles la ecuación saldrá muy favorable para quien trabaje, por ejemplo en escenarios de frío, de pequeñas piezas o de textil, por ejemplo.
Cuando un comercial se acerca a nuestra empresa para vender voice picking, el argumento principal es el ahorro. Los argumentos son exactamente los mismos que si solamente vendiera un sistema de gestión en almacenes en tiempo real. Es un hecho aceptado que entre una gestión sin terminales de radio y otra con un buen sistema de gestión de almacenes en tiempo real se pueden estimar ahorros entre el 20 y el 25% del trabajo de picking. Los vendedores de voice picking ofrecen un 50%, lo cual parece bastante exagerado si se analiza el origen de los ahorros.
Lo que realmente se está ofreciendo hoy en día es un sistema de gestión de almacenes que usa excesivamente la tecnología de transmisión por sonido. Tratando la transmisión de información por voz como una tecnología más, que tiene aplicaciones en el picking, es posible obtener mejoras de entre uno y cinco segundos por cada acción de picking, por lo que su uso puede suponer un ahorro de tiempo y coste significativo.
Por otra parte, la seguridad en la transmisión de información no se ve afectada por el uso de la tecnología decidida, sea ésta por terminal o por voz.
Sin embargo, no se debe confundir la decisión de comprar un sistema de radiofrecuencia con el sistema de gestión de los almacenes. Por tanto, no se trata de la adquisición de un paquete completo con un tratamiento individualizado con una integración de ambos. Lo que realmente mueve al almacén y posteriormente hay que buscar es la solución de radio-frecuencia que vayamos a complementar. Como siempre, la aplicación de una tecnología es mucho más importante que la propia tecnología. Es necesario saber para qué sirve antes de decidir usarla.
Sin embargo, no se debe confundir la decisión de comprar un sistema de radiofrecuencia con el sistema de gestión de los almacenes. Por tanto, no se trata de la adquisición de un paquete completo con un tratamiento individualizado con una integración de ambos. Lo que realmente mueve al almacén y posteriormente hay que buscar es la solución de radio-frecuencia que vayamos a complementar. Como siempre, la aplicación de una tecnología es mucho más importante que la propia tecnología. Es necesario saber para qué sirve antes de decidir usarla.
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VOICE PICKING
Opinión: Discusiones normales
Una discusión entre amigos, acerca de los temas normales entre gente 'de derechas' y gente 'de izquierdas', no sé si es una buena definición y me gustaría que en mi país no hubiera 'estados rojos y estados azules', sino gente orgullosa de su país.
La discusión se inicia, creo recordar, porque no parece admisible que tengamos un presidente con la categoría suficiente como para estar en ningún G, y es vergonzoso que él se lo crea.
A partir de este hecho, se deslizan opiniones relativas a nuestro país y a nuestros problemas, opiniones que, en general se pueden encontrar de forma absolutamente 'objetivas' en el periódico ABC.
Entre las más comunes tenemos:
La Educación para la ciudadanía.
Nadie se ha leído el programa de la asignatura. Nadie que lea el periódico mencionado puede creer que otros países de Europa tienen asignaturas parecidas. Parece claro que el gobierno debería haber negociado con todo el mundo para que no se creara el follón que se ha montado (en Valencia la imparten con un traductor simultáneo, existen poderes púbilicos que se esfuerzan porque muchos se opongan,...)
Por supuesto, la culpa es solo de una parte.
La alianza de civilizaciones
Idea peregrina y estúpida, sin paliativos.
A lo mejor resulta que el presidente de la mayor potencia del mundo, heredero del íntimo amigo de nuestro anterior presidente, piensa que tenemos en el mundo algo que él llama 'la guerra de las civilizaciones' y que tenemos que atacar este problema.
Alguien, algún día tendrá que abordar el problema, ¿alguna idea? Quiero decir aparte de la descalificación total de entrada.
Por supuesto, Garzón.
La independencia de los tres poderes es una falacia. Garzón es Zapatero. ¿Quien para a Garzón? No es opinable lo que hace. De hecho, incluso él es prescindible, lo van a juzgar (¿rumores?¿noticia?¿el mundo?) Pero no esta claro si hay que defender o no a los jueces, o a todos menos a ese. Que el fiscal, ministerio publico, haya recurrido no es relevante.
La responsabilidad de no avisar de la crisis.
La opinión:
El problema de esta crisis es que no nos han avisado desde el gobierno. Todo el mundo sabia qué pasaba y qué pasa.
El regulador español es muy malo, obviamente, solo el de los últimos 4 años.
Se han dado hipotecas a 100 años, y ahora la gente no puede pagarlas y este es el problema. La culpa, obviamente es del Presidente Zapatero.
Una alternativa:
Pues no, esta no es la causa de la crisis y ni dios sabia que vendría.
El regulador americano es infinitamente peor que el español. Allá el dinero ha estado al 1% mucho tiempo, es decir te pagaban por darte dinero. A la luz de esto, maravillosos hombres de negocios daban hipotecas a quien no podía pagarlas (ninjas) y las revendían (vendían el derecho a cobrarlas) a muchos otros, varias veces.
El resultado es que los 300KM$, se convierten en 1500KM$ (o más), y se extienden por todo el mundo.
El ministro de economía americano, antes de hacer nada, deja quebrar al banco mas contaminado por estas practicas; los bancos de negocios no necesitaban regulador. No contento con esto, sale diciendo que el mundo se hundirá si no se le da a sus amigos banqueros 500KM$. Obviamente, el mundo entra en pánico.
Antes de que llegue el pánico, en España, el poseedor de una hipoteca a 100 años sigue rezando para que dejen subir la inflación, y baje el euribor. Y vive mirando el precio del petróleo, pero pagando religiosamente los plazos (el índice de morosidad en septiembre sigue en mínimos).
Y llega la crisis de los bancos de negocio americanos, las hipotecas basura, y la inacción y la generación de pánico gracias al ministro de economía del peor emperador que hemos tenido nunca, y todos nos asustamos, pánico. Y los bancos dicen que no tienen liquidez.
Las empresas hacen presupuestos restrictivos para el año que viene, y deciden despedir gente.
Los despedidos por esto, añadidos a los trabajadores de la construcción que ya no tienen trabajo (estos sí están en paro gracias a Zapatero y Aznar, que forjaron el milagro español gracias a ellos y a la sobrevaloración del suelo, y es posible incluso que anteriores dirigentes), ya no pueden pagar sus hipotecas, el sistema ya no es estable en su inestabilidad y va hacia su ajuste, una situación de retroceso de 10 años.
IRAK
Estamos en más guerras, igual que fuimos a IRAK, Zapatero es tan mentiroso como Aznar (¿o tan honrado?).
Nunca estuvimos en IRAK, nunca debimos de marcharnos. El desprecio de EE.UU. nos lo merecemos. Zapatero hace bobadas como no levantarse al paso de la bandera americana (obviamente si lo tuviera delante le diría que fué un estúpido; ¿de verdad que Bush ve la tele?).
Nos olvidamos que a IRAK fuimos sin que la ONU lo hiciera necesario; fuimos porque tenían armas de destrucción masiva; fuimos porque era necesario abaratar el petróleo.
El problema parece ser que a él le invitaron al rancho del emperador a poner sus zapatos encima de una mesa y a Zapatero no; me siento orgulloso y me da vergüenza ajena.
La discusión se inicia, creo recordar, porque no parece admisible que tengamos un presidente con la categoría suficiente como para estar en ningún G, y es vergonzoso que él se lo crea.
A partir de este hecho, se deslizan opiniones relativas a nuestro país y a nuestros problemas, opiniones que, en general se pueden encontrar de forma absolutamente 'objetivas' en el periódico ABC.
Entre las más comunes tenemos:
La Educación para la ciudadanía.
Nadie se ha leído el programa de la asignatura. Nadie que lea el periódico mencionado puede creer que otros países de Europa tienen asignaturas parecidas. Parece claro que el gobierno debería haber negociado con todo el mundo para que no se creara el follón que se ha montado (en Valencia la imparten con un traductor simultáneo, existen poderes púbilicos que se esfuerzan porque muchos se opongan,...)
Por supuesto, la culpa es solo de una parte.
La alianza de civilizaciones
Idea peregrina y estúpida, sin paliativos.
A lo mejor resulta que el presidente de la mayor potencia del mundo, heredero del íntimo amigo de nuestro anterior presidente, piensa que tenemos en el mundo algo que él llama 'la guerra de las civilizaciones' y que tenemos que atacar este problema.
Alguien, algún día tendrá que abordar el problema, ¿alguna idea? Quiero decir aparte de la descalificación total de entrada.
Por supuesto, Garzón.
La independencia de los tres poderes es una falacia. Garzón es Zapatero. ¿Quien para a Garzón? No es opinable lo que hace. De hecho, incluso él es prescindible, lo van a juzgar (¿rumores?¿noticia?¿el mundo?) Pero no esta claro si hay que defender o no a los jueces, o a todos menos a ese. Que el fiscal, ministerio publico, haya recurrido no es relevante.
La responsabilidad de no avisar de la crisis.
La opinión:
El problema de esta crisis es que no nos han avisado desde el gobierno. Todo el mundo sabia qué pasaba y qué pasa.
El regulador español es muy malo, obviamente, solo el de los últimos 4 años.
Se han dado hipotecas a 100 años, y ahora la gente no puede pagarlas y este es el problema. La culpa, obviamente es del Presidente Zapatero.
Una alternativa:
Pues no, esta no es la causa de la crisis y ni dios sabia que vendría.
El regulador americano es infinitamente peor que el español. Allá el dinero ha estado al 1% mucho tiempo, es decir te pagaban por darte dinero. A la luz de esto, maravillosos hombres de negocios daban hipotecas a quien no podía pagarlas (ninjas) y las revendían (vendían el derecho a cobrarlas) a muchos otros, varias veces.
El resultado es que los 300KM$, se convierten en 1500KM$ (o más), y se extienden por todo el mundo.
El ministro de economía americano, antes de hacer nada, deja quebrar al banco mas contaminado por estas practicas; los bancos de negocios no necesitaban regulador. No contento con esto, sale diciendo que el mundo se hundirá si no se le da a sus amigos banqueros 500KM$. Obviamente, el mundo entra en pánico.
Antes de que llegue el pánico, en España, el poseedor de una hipoteca a 100 años sigue rezando para que dejen subir la inflación, y baje el euribor. Y vive mirando el precio del petróleo, pero pagando religiosamente los plazos (el índice de morosidad en septiembre sigue en mínimos).
Y llega la crisis de los bancos de negocio americanos, las hipotecas basura, y la inacción y la generación de pánico gracias al ministro de economía del peor emperador que hemos tenido nunca, y todos nos asustamos, pánico. Y los bancos dicen que no tienen liquidez.
Las empresas hacen presupuestos restrictivos para el año que viene, y deciden despedir gente.
Los despedidos por esto, añadidos a los trabajadores de la construcción que ya no tienen trabajo (estos sí están en paro gracias a Zapatero y Aznar, que forjaron el milagro español gracias a ellos y a la sobrevaloración del suelo, y es posible incluso que anteriores dirigentes), ya no pueden pagar sus hipotecas, el sistema ya no es estable en su inestabilidad y va hacia su ajuste, una situación de retroceso de 10 años.
IRAK
Estamos en más guerras, igual que fuimos a IRAK, Zapatero es tan mentiroso como Aznar (¿o tan honrado?).
Nunca estuvimos en IRAK, nunca debimos de marcharnos. El desprecio de EE.UU. nos lo merecemos. Zapatero hace bobadas como no levantarse al paso de la bandera americana (obviamente si lo tuviera delante le diría que fué un estúpido; ¿de verdad que Bush ve la tele?).
Nos olvidamos que a IRAK fuimos sin que la ONU lo hiciera necesario; fuimos porque tenían armas de destrucción masiva; fuimos porque era necesario abaratar el petróleo.
El problema parece ser que a él le invitaron al rancho del emperador a poner sus zapatos encima de una mesa y a Zapatero no; me siento orgulloso y me da vergüenza ajena.
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Logística Integral: tecnología
En nuestro afán de hacer lo mejor posible las cosas, la tecnología viene a nuestro auxilio para aportarnos alguna ventaja que permita un paso adelante, sin que el esfuerzo sea proporcional al avance conseguido.
El almacén es una parte de la empresa en donde los avances se ven marcados como en los anillos de crecimiento de un árbol.
Carretillas y estanterías son tecnologías que hoy nos parecen la cosa más normal del mundo, pero que se empezaron a usar en un momento determinado. La gente compra tecnología, una estantería drive-in, por ejemplo, y luego tiene que lidiar con el aprovechamiento de los huecos. Una carretilla puede subir un pallet hasta más arriba de siete metros, pero es necesario saber lo que hemos dejado allá arriba para poder encontrarlo. Igual el papel y la informática sin los cuales sería imposible imprimir la relación de mercancía a preparar para un cliente.
Si pensamos un poco, descubriremos que, para que estas tecnologías se hayan podido usar como las conocemos, ha sido imprescindible aplicar otras como la definición de un pallet, normas de tamaños de pallets, estándares de códigos de barras de los productos,…
En el círculo interior del árbol, las empresas preparan sus pedidos con un listado, ‘a mano o a máquina’, en donde cada línea representa un artículo y una cantidad. En algunos casos, esa línea tiene también la ubicación que tiene asignada el artículo, para facilitar al preparador construir la ruta que debe seguir para prepararlo. En algunos, incluso, la hoja de papel en donde puede proponer un orden establecido. La tecnología del bolígrafo es imprescindible.
Obviamente, para que este sistema asegure el stock, es necesario establecer los oportunos controles posteriores. Los sistemas de control físicos evolucionan en este anillo hasta construir jaulas en los muelles de salida en donde el repaso de los pedidos lo puede hacer un encargado (con responsabilidad), o incluso lo puede hacer el que va a transportar la mercancía (responsabilidad a la fuerza: si no lo hace bien, lo paga).
La mercancía que hay en el almacén, y que debe de guardarse a la espera de preparar los pedidos, se sube a huecos en altura, bajo el atento control de cada operario que, si tiene responsabilidad para manejar una carretilla, la tiene para acordarse más o menos en donde están las cosas. La mercancía en pallets del almacén se coloca encima de las ubicaciones de picking de forma que el encargado de las reposiciones lo tenga fácil, o se guarda ordenada por formatos o tipos.
Un anillo más en la evolución del almacén nace con la tecnología de las impresoras y etiquetas. Se imprimen un número de etiquetas igual al de bultos. De esta forma, el preparador, al terminar su trabajo de pegar una etiqueta en cada caja, comprueba si le sobra alguna. Esto permite reducir el coste de los sistemas de control de pedidos a la salida del almacén.
Pero el almacén se llena y no se puede colocar toda la mercancía encima del hueco de picking, y el carretillero no es suficientemente fiable, y tiene vacaciones. En el siguiente anillo del árbol, se re-inventa un sistema de gestión equivalente al contable. Unas fichas situadas en cajetines en las estanterías reflejan los movimientos de entrada y de salida para saber qué ha entrado y salido en cada ubicación. La informática aporta la tecnología que hace posible guardar las fichas, para poder encontrar después el producto en el almacén. Incluso se pueden hacer un listado de las reposiciones pendientes, diciendo desde donde hay que sacar el producto.
Los códigos de barras y las pistolas de código de barras, otro anillo, permiten identificar la mercancía y los huecos del almacén, de tal forma que leyendo la etiqueta de la mercancía y después la del hueco, se puede guardar la información del lugar en donde se pone un pallet. Esto permite un control riguroso de los inventarios, salvando los problemas que hasta ese momento produce la necesidad de capturar manualmente los datos.
Una de las líneas de crecimiento más importantes tiene ya más de 15 años, es el tiempo real. Disponer de la información en tiempo real, de lo que un operario hace, permite saber en donde están las cosas y, lo que resulta todavía más útil, saber en donde está un operario.
A partir de esta información, que solo es posible por el uso de terminales conectados por radio frecuencia con un sistema informático, se puede diseñar una especie de gran hermano que tome decisiones acerca de lo que un operario debe de hacer a continuación.
Es un sistema el que busca un hueco libre para la mercancía, lo más cerca posible del hueco de picking y es el mismo sistema el que busca la mercancía después, para sacarla, sin apuntarlo en ningún sitio.
Cuando se fundó LEUTER, hace 14 años, la gente compraba radio frecuencia, y lo que realmente disfrutaba era un sistema de gestión de almacén, ADAIA®, que aprovechaba el tiempo real, solo posible gracias a la tecnología.
Este anillo ha permitido conseguir grandísimas cuotas de eficacia y de rigurosidad en los inventarios. La tecnología ha mejorado hasta ser rápida y absolutamente fiable. Los algoritmos han mejorado hasta permitir por sí solos hacer más grande el almacén o la capacidad de los recursos.
Por ejemplo, si un preparador tiene que preparar cinco cajas en un hueco y solamente hay tres, entonces el sistema ordena una reposición y le dice al preparador que coja tres. Si no hay ninguna, ni siquiera le dice que vaya y se ahorra el viaje.
Este grandísimo avance es lo que hoy día llamamos Sistema de Gestión de Almacén en tiempo real (WMS).
Cuando se ha querido mejorar más, se ha echado mano otra vez de la tecnología y los sistemas de gestión de almacén han incorporado diferentes dispositivos tecnológicos que suponen otro anillo en la evolución.
Las empresas compran tecnología: trans elevadores o carruseles que permiten mover la mercancía de forma automática, sin intervención del recurso humano. El coste físico de la tecnología, oculta que siga siendo necesario un sistema de gestión, que incluso los fabricantes de este tipo de tecnología llegan a regalar por comparación de costes.
Lo que sucede con estos sistemas es que, en general, no constituyen un sistema de manipulación único, son perfectos para unas operativas, y caros para otras, por lo que en el almacén conviven con otros sistemas, bajo un SGA único.
Un caso que responde también a este esquema es el Pick to Light. La tecnología que permite poner en un hueco un display y transmitir la información de lo que es necesario coger para la preparación, e identificar al preparador por colores, si hay más de uno. Permite generar reposiciones de forma que el preparador no se pare y tener las manos libres.
La voz es un anillo más. Cuando en un almacén tener las manos libres es algo importante, usar el oído en lugar de la vista para recibir información ahorra tiempo, y usar la voz en lugar de la lectura láser también. Lástima que, hasta ahora, el fabricante que está dominando está tecnología haya limitado su aplicación al uso de un hardware caro y particular. Una vez más, la gente compra tecnología y se da cuenta después de que lo que realmente la hace eficaz es un sistema que permita gestionarla.
No sé en donde acabará el incremento de la eficacia en los almacenes. Si la escasez de mano de obra obligará, aunque no sean eficientes siempre, al uso de sistemas de preparación automáticos; un gran distribuidor ha construido en España por más de 300 millones de euros un almacén casi automático. O si, después de que se apague el impacto mediático de la voz, y cuando los SGA aprovechen esta tecnología, habrá otras nuevas para incorporar, por ejemplo el Visual Picking, que permite tener las manos libres y recuperar la facilidad de transmisión que tiene el sentido de la vista.
De lo que sí estoy seguro es que seguirán existiendo SGA, y que los buenos incorporarán las nuevas tecnologías que surjan en cuanto encuentren su aplicación.
El almacén es una parte de la empresa en donde los avances se ven marcados como en los anillos de crecimiento de un árbol.
Carretillas y estanterías son tecnologías que hoy nos parecen la cosa más normal del mundo, pero que se empezaron a usar en un momento determinado. La gente compra tecnología, una estantería drive-in, por ejemplo, y luego tiene que lidiar con el aprovechamiento de los huecos. Una carretilla puede subir un pallet hasta más arriba de siete metros, pero es necesario saber lo que hemos dejado allá arriba para poder encontrarlo. Igual el papel y la informática sin los cuales sería imposible imprimir la relación de mercancía a preparar para un cliente.
Si pensamos un poco, descubriremos que, para que estas tecnologías se hayan podido usar como las conocemos, ha sido imprescindible aplicar otras como la definición de un pallet, normas de tamaños de pallets, estándares de códigos de barras de los productos,…
En el círculo interior del árbol, las empresas preparan sus pedidos con un listado, ‘a mano o a máquina’, en donde cada línea representa un artículo y una cantidad. En algunos casos, esa línea tiene también la ubicación que tiene asignada el artículo, para facilitar al preparador construir la ruta que debe seguir para prepararlo. En algunos, incluso, la hoja de papel en donde puede proponer un orden establecido. La tecnología del bolígrafo es imprescindible.
Obviamente, para que este sistema asegure el stock, es necesario establecer los oportunos controles posteriores. Los sistemas de control físicos evolucionan en este anillo hasta construir jaulas en los muelles de salida en donde el repaso de los pedidos lo puede hacer un encargado (con responsabilidad), o incluso lo puede hacer el que va a transportar la mercancía (responsabilidad a la fuerza: si no lo hace bien, lo paga).
La mercancía que hay en el almacén, y que debe de guardarse a la espera de preparar los pedidos, se sube a huecos en altura, bajo el atento control de cada operario que, si tiene responsabilidad para manejar una carretilla, la tiene para acordarse más o menos en donde están las cosas. La mercancía en pallets del almacén se coloca encima de las ubicaciones de picking de forma que el encargado de las reposiciones lo tenga fácil, o se guarda ordenada por formatos o tipos.
Un anillo más en la evolución del almacén nace con la tecnología de las impresoras y etiquetas. Se imprimen un número de etiquetas igual al de bultos. De esta forma, el preparador, al terminar su trabajo de pegar una etiqueta en cada caja, comprueba si le sobra alguna. Esto permite reducir el coste de los sistemas de control de pedidos a la salida del almacén.
Pero el almacén se llena y no se puede colocar toda la mercancía encima del hueco de picking, y el carretillero no es suficientemente fiable, y tiene vacaciones. En el siguiente anillo del árbol, se re-inventa un sistema de gestión equivalente al contable. Unas fichas situadas en cajetines en las estanterías reflejan los movimientos de entrada y de salida para saber qué ha entrado y salido en cada ubicación. La informática aporta la tecnología que hace posible guardar las fichas, para poder encontrar después el producto en el almacén. Incluso se pueden hacer un listado de las reposiciones pendientes, diciendo desde donde hay que sacar el producto.
Los códigos de barras y las pistolas de código de barras, otro anillo, permiten identificar la mercancía y los huecos del almacén, de tal forma que leyendo la etiqueta de la mercancía y después la del hueco, se puede guardar la información del lugar en donde se pone un pallet. Esto permite un control riguroso de los inventarios, salvando los problemas que hasta ese momento produce la necesidad de capturar manualmente los datos.
Una de las líneas de crecimiento más importantes tiene ya más de 15 años, es el tiempo real. Disponer de la información en tiempo real, de lo que un operario hace, permite saber en donde están las cosas y, lo que resulta todavía más útil, saber en donde está un operario.
A partir de esta información, que solo es posible por el uso de terminales conectados por radio frecuencia con un sistema informático, se puede diseñar una especie de gran hermano que tome decisiones acerca de lo que un operario debe de hacer a continuación.
Es un sistema el que busca un hueco libre para la mercancía, lo más cerca posible del hueco de picking y es el mismo sistema el que busca la mercancía después, para sacarla, sin apuntarlo en ningún sitio.
Cuando se fundó LEUTER, hace 14 años, la gente compraba radio frecuencia, y lo que realmente disfrutaba era un sistema de gestión de almacén, ADAIA®, que aprovechaba el tiempo real, solo posible gracias a la tecnología.
Este anillo ha permitido conseguir grandísimas cuotas de eficacia y de rigurosidad en los inventarios. La tecnología ha mejorado hasta ser rápida y absolutamente fiable. Los algoritmos han mejorado hasta permitir por sí solos hacer más grande el almacén o la capacidad de los recursos.
Por ejemplo, si un preparador tiene que preparar cinco cajas en un hueco y solamente hay tres, entonces el sistema ordena una reposición y le dice al preparador que coja tres. Si no hay ninguna, ni siquiera le dice que vaya y se ahorra el viaje.
Este grandísimo avance es lo que hoy día llamamos Sistema de Gestión de Almacén en tiempo real (WMS).
Cuando se ha querido mejorar más, se ha echado mano otra vez de la tecnología y los sistemas de gestión de almacén han incorporado diferentes dispositivos tecnológicos que suponen otro anillo en la evolución.
Las empresas compran tecnología: trans elevadores o carruseles que permiten mover la mercancía de forma automática, sin intervención del recurso humano. El coste físico de la tecnología, oculta que siga siendo necesario un sistema de gestión, que incluso los fabricantes de este tipo de tecnología llegan a regalar por comparación de costes.
Lo que sucede con estos sistemas es que, en general, no constituyen un sistema de manipulación único, son perfectos para unas operativas, y caros para otras, por lo que en el almacén conviven con otros sistemas, bajo un SGA único.
Un caso que responde también a este esquema es el Pick to Light. La tecnología que permite poner en un hueco un display y transmitir la información de lo que es necesario coger para la preparación, e identificar al preparador por colores, si hay más de uno. Permite generar reposiciones de forma que el preparador no se pare y tener las manos libres.
La voz es un anillo más. Cuando en un almacén tener las manos libres es algo importante, usar el oído en lugar de la vista para recibir información ahorra tiempo, y usar la voz en lugar de la lectura láser también. Lástima que, hasta ahora, el fabricante que está dominando está tecnología haya limitado su aplicación al uso de un hardware caro y particular. Una vez más, la gente compra tecnología y se da cuenta después de que lo que realmente la hace eficaz es un sistema que permita gestionarla.
No sé en donde acabará el incremento de la eficacia en los almacenes. Si la escasez de mano de obra obligará, aunque no sean eficientes siempre, al uso de sistemas de preparación automáticos; un gran distribuidor ha construido en España por más de 300 millones de euros un almacén casi automático. O si, después de que se apague el impacto mediático de la voz, y cuando los SGA aprovechen esta tecnología, habrá otras nuevas para incorporar, por ejemplo el Visual Picking, que permite tener las manos libres y recuperar la facilidad de transmisión que tiene el sentido de la vista.
De lo que sí estoy seguro es que seguirán existiendo SGA, y que los buenos incorporarán las nuevas tecnologías que surjan en cuanto encuentren su aplicación.
miércoles, 5 de noviembre de 2008
Actualidad logística: Tecnología
La tecnología en los almacenes empieza a aplicarse desde la aplicación de determinados estándares como el pallet, para manejar la mercancía de forma común en todos los almacenes. Carretillas o montacargas son dos de las tecnologías sin las cuales hoy no existirían los almacenes de distribución y muy probablemente, la actual cadena de suministro.
La tecnología, tal y como se usa para mejorar algo, no tiene porqué tener relación con las nuevas tecnologías de la información. Dos tecnologías asociadas a los sistemas de información han marcado una evolución en el almacén: a) el código de barras y b) los terminales de radio frecuencia.
El uso del código de barras proviene de los grandes distribuidores y de su necesidad de identificar de forma unívoca un precio a un producto, lo que ha llevado a la definición de estándares universales (EAN, UPC). El almacén ha aprovechado esta tecnología para identificar los huecos del almacén y los artículos en el sentido más amplio: sus diferentes presentaciones, hasta llegar al pallet.
El propio almacén, usa los terminales de radio frecuencia porque permiten el ‘tiempo real’. La posibilidad de registrar los movimientos de mercancía cuando se producen, y no registrarlos manualmente con posterioridad a su realización, es una ventaja, más que suficiente, para que su aplicación haya sido y esté siendo general.
Como no podría ser de otra forma, los almacenes han requerido sistemas de información específicos para su gestión: los WMS (Warehouse Management Systems) o SGA (Sistemas de Gestión de Almacén). Son estos sistemas los que han permitido aplicar todas las tecnologías que he mencionado y aplicarlas allí en donde han sido más eficaces.
El almacén se beneficia de la implantación de la tecnología en tres fases diferentes.
La primera consiste en asumir el control de la mercancía, cuestión que deja de ser gradual para convertirse en binaria: o se controla o no se controla todo.
Después de conseguir el control, el almacén es capaz de incrementar su eficacia conseguir mejoras operativas en su actividad, y aumentar la calidad de lo que hace con cada mejora, casi siempre, asociada a una reducción de los costes para realizarla.
Un almacén puede, por último, abordar la fase de la información en la que el almacén se convierte en un centro de distribución y es capaz de ser mucho más que un centro de coste: puede permitirse definir sus límites, predecir sus costes ante variaciones de la demanda, en resumen, convertirse en un elemento más para vender el producto que la empresa distribuye.
No hace falta describir los beneficios de un almacén en esta tercera fase. Puede ser considerado, incluso, como una utopía para la dirección de las empresas.
La primera fase es difícil de conseguir sin tecnología, las siguientes son imposibles sin ella.
La tecnología, tal y como se usa para mejorar algo, no tiene porqué tener relación con las nuevas tecnologías de la información. Dos tecnologías asociadas a los sistemas de información han marcado una evolución en el almacén: a) el código de barras y b) los terminales de radio frecuencia.
El uso del código de barras proviene de los grandes distribuidores y de su necesidad de identificar de forma unívoca un precio a un producto, lo que ha llevado a la definición de estándares universales (EAN, UPC). El almacén ha aprovechado esta tecnología para identificar los huecos del almacén y los artículos en el sentido más amplio: sus diferentes presentaciones, hasta llegar al pallet.
El propio almacén, usa los terminales de radio frecuencia porque permiten el ‘tiempo real’. La posibilidad de registrar los movimientos de mercancía cuando se producen, y no registrarlos manualmente con posterioridad a su realización, es una ventaja, más que suficiente, para que su aplicación haya sido y esté siendo general.
Como no podría ser de otra forma, los almacenes han requerido sistemas de información específicos para su gestión: los WMS (Warehouse Management Systems) o SGA (Sistemas de Gestión de Almacén). Son estos sistemas los que han permitido aplicar todas las tecnologías que he mencionado y aplicarlas allí en donde han sido más eficaces.
El almacén se beneficia de la implantación de la tecnología en tres fases diferentes.
La primera consiste en asumir el control de la mercancía, cuestión que deja de ser gradual para convertirse en binaria: o se controla o no se controla todo.
Después de conseguir el control, el almacén es capaz de incrementar su eficacia conseguir mejoras operativas en su actividad, y aumentar la calidad de lo que hace con cada mejora, casi siempre, asociada a una reducción de los costes para realizarla.
Un almacén puede, por último, abordar la fase de la información en la que el almacén se convierte en un centro de distribución y es capaz de ser mucho más que un centro de coste: puede permitirse definir sus límites, predecir sus costes ante variaciones de la demanda, en resumen, convertirse en un elemento más para vender el producto que la empresa distribuye.
No hace falta describir los beneficios de un almacén en esta tercera fase. Puede ser considerado, incluso, como una utopía para la dirección de las empresas.
La primera fase es difícil de conseguir sin tecnología, las siguientes son imposibles sin ella.
Serie Stock 2008
Febrero 2008: ¡ES EL CONCEPTO, NO LAS LETRAS!
La prensa y las publicaciones especializadas están llenas de siglas que conocemos y aceptamos, a veces sin ser conscientes de lo que realmente significan.
Hace 18 años, las compañías informáticas se dedicaban a desarrollar a medida el sistema de nóminas, el de gestión, … la contabilidad. Luego llegó SAP y el concepto ERP (Enterprise Resource Planning), una integración o, intento de integración, de todos los datos y procesos de la empresa en un sistema informático unificado.
Aunque fuera más caro, menos adaptado a las necesidades concretas de una empresa, los que decidían acerca de SAP encontraban ventajas que compensaban el extra coste, como la estandarización, el aprovechamiento de la experiencia de otros, reducir los costes de mantenimiento (no siempre expresados en dinero), y aprovechar la experiencia de profesionales externos para hacer lo más difícil: que la empresa asumiera la herramienta como tal.
Hoy en día, el mercado de los ERP tiene una cuota de mercado muy importante. Un típico ERP no es una sola aplicación informática, porque usa diferentes componentes software y hardware. Es verdad que las bases de datos, cuando se usa un servidor de datos unificado, están contribuyendo a esta unificación. Desde luego, ya casi nadie tiene una aplicación de contabilidad desarrollada in-house.
El siguiente salto permite ofrecer servicios que hace 30 años se llamaban de centro de cálculo y hoy se llaman ASP (Application Service Provider), la unificación se convierte en física, en una línea de comunicaciones.
La evolución de los sistemas de gestión de almacén (Warehouse Management Systems) es parecida. Hace más de 15 años había menos de diez Sistemas de Gestión de Almacén en tiempo real funcionando en España. Hace 10, poco más de cien. Hoy en día, lo normal es que las empresas escojan uno de los existentes en el mercado para gestionar con eficacia su almacén y lo integren en su ERP.
No es necesario hacer un gran esfuerzo para darse cuenta que cada día habrá menos sistemas desarrollados in-house.
LEUTER lleva casi 15 años instalando ADAIA®, el SGA de la compañía. Las compañías que hacen lo mismo que nosotros, empresas con las que compartimos el mercado y a quien más nos gusta ganar en el terreno comercial, NO son todavía nuestros principales competidores.
Nuestros principales competidores son todavía los departamentos de informática internos que están convencidos de que lo que nosotros hemos hecho puede ser emulado fácilmente.
Nuestro siguiente competidor son las empresas que suministran aplicaciones ERP y que intentan añadir un desarrollo a medida para gestionar el almacén, complicando la compatibilidad de versiones futuras de la aplicación.
La tecnología permite que las empresas dispongan de un sistema de información unificado aunque el software esté físicamente en más de un sitio. Es el concepto de ERP lo que es importante. Un ERP funciona perfectamente con diferentes aplicaciones informáticas: la mejor aplicación financiera, la mejor comercial, la mejor logística,… el mejor SGA.
Cuando necesite un SGA y pueda desarrollarlo internamente o encargárselo a su instalador de ERP, no piense solamente en su capacidad de desarrollo informático, piense también en la definición (experiencia logística), implantación (su capacidad logística), el mantenimiento (nuevos requerimientos).
Para gestionar eficazmente un almacén es necesario un buen SGA en tiempo real.
La prensa y las publicaciones especializadas están llenas de siglas que conocemos y aceptamos, a veces sin ser conscientes de lo que realmente significan.
Hace 18 años, las compañías informáticas se dedicaban a desarrollar a medida el sistema de nóminas, el de gestión, … la contabilidad. Luego llegó SAP y el concepto ERP (Enterprise Resource Planning), una integración o, intento de integración, de todos los datos y procesos de la empresa en un sistema informático unificado.
Aunque fuera más caro, menos adaptado a las necesidades concretas de una empresa, los que decidían acerca de SAP encontraban ventajas que compensaban el extra coste, como la estandarización, el aprovechamiento de la experiencia de otros, reducir los costes de mantenimiento (no siempre expresados en dinero), y aprovechar la experiencia de profesionales externos para hacer lo más difícil: que la empresa asumiera la herramienta como tal.
Hoy en día, el mercado de los ERP tiene una cuota de mercado muy importante. Un típico ERP no es una sola aplicación informática, porque usa diferentes componentes software y hardware. Es verdad que las bases de datos, cuando se usa un servidor de datos unificado, están contribuyendo a esta unificación. Desde luego, ya casi nadie tiene una aplicación de contabilidad desarrollada in-house.
El siguiente salto permite ofrecer servicios que hace 30 años se llamaban de centro de cálculo y hoy se llaman ASP (Application Service Provider), la unificación se convierte en física, en una línea de comunicaciones.
La evolución de los sistemas de gestión de almacén (Warehouse Management Systems) es parecida. Hace más de 15 años había menos de diez Sistemas de Gestión de Almacén en tiempo real funcionando en España. Hace 10, poco más de cien. Hoy en día, lo normal es que las empresas escojan uno de los existentes en el mercado para gestionar con eficacia su almacén y lo integren en su ERP.
No es necesario hacer un gran esfuerzo para darse cuenta que cada día habrá menos sistemas desarrollados in-house.
LEUTER lleva casi 15 años instalando ADAIA®, el SGA de la compañía. Las compañías que hacen lo mismo que nosotros, empresas con las que compartimos el mercado y a quien más nos gusta ganar en el terreno comercial, NO son todavía nuestros principales competidores.
Nuestros principales competidores son todavía los departamentos de informática internos que están convencidos de que lo que nosotros hemos hecho puede ser emulado fácilmente.
Nuestro siguiente competidor son las empresas que suministran aplicaciones ERP y que intentan añadir un desarrollo a medida para gestionar el almacén, complicando la compatibilidad de versiones futuras de la aplicación.
La tecnología permite que las empresas dispongan de un sistema de información unificado aunque el software esté físicamente en más de un sitio. Es el concepto de ERP lo que es importante. Un ERP funciona perfectamente con diferentes aplicaciones informáticas: la mejor aplicación financiera, la mejor comercial, la mejor logística,… el mejor SGA.
Cuando necesite un SGA y pueda desarrollarlo internamente o encargárselo a su instalador de ERP, no piense solamente en su capacidad de desarrollo informático, piense también en la definición (experiencia logística), implantación (su capacidad logística), el mantenimiento (nuevos requerimientos).
Para gestionar eficazmente un almacén es necesario un buen SGA en tiempo real.
Marzo 2008: La verdad solo ofende a los idiotas… y a los que creen que es única.
Recientemente he recibido un correo en donde alguien se disculpaba por si me había ofendido su punto de vista. La primera frase de mi réplica es la que titula el artículo, una bonita forma de anular la contra replica de mi interlocutor, antes incluso de escribir la réplica.
Vivimos tiempos en donde los políticos se empeñan en defender verdades absolutas, y las hay, al menos en los terrenos en donde desempeñamos nuestras actividades profesionales. En logística existen algunas cosas básicas que convendrá tener presente siempre, y que nos permitirán tomar decisiones en cualquier situación, incluso en aquellas en las que nuestra experiencia no pueda ayudarnos por ser nuevas.
Sin ánimo de exponer todas las verdades básicas e incluso asumiendo el riesgo de que no todo el mundo las comparta, aquí van las mías.
Cuando algo tiene sentido es fácil explicarlo. Nunca intentes explicar Sentido Común.
Lo que ahorra tiempo cuando estamos de trabajo hasta el cuello y tomamos medidas especiales, también es válido en circunstancias normales.
Hacer las cosas de la misma forma siempre, nos ahorrará tiempo, aunque en algunas ocasiones hubiera sido mejor revisar los procedimientos.
Ante dos soluciones que parecen equivalentes, la mejor es la más simple.
La forma puede convertir algo válido en inválido y viceversa.
Al analizar un problema se debe ver si este es la solución a otro problema anterior, y no perder el tiempo.
Buscar las soluciones aguas arriba; los problemas cada vez son menores y, a lo mejor, los soluciona otro.
Encontrar una solución es solo la mitad del problema; todavía queda convencer a alguien para que nos ayude a ponerla en práctica.
Cuidado con los condicionantes de alguna solución, sobre todo aquellos que perduran en el tiempo.
Explica a la gente que depende de ti que un NO es tan válido como un SÍ, e infinitamente más positivo que un sí sin nada detrás.
Si no entiendes lo que te pide alguien, pregúntale para qué lo quiere.
Incluso aquellas cosas que son evidentes son subjetivas.
Las ideas brillantes son fantásticas, ponerlas en práctica es lo que nos hará triunfar.
Aunque puedas separar lo personal de lo profesional, disfruta por igual de ambas cosas.
Cuando todo vaya bien, ni se te ocurra desconfiar: disfruta.
Como en casi todos los ámbitos de nuestra vida no existen verdades milagrosas que nos permitan hacer todo mejor que otros, ni cosas que de no hacerse provocarán catástrofes, sino un conjunto de cosas, que bien hechas, nos permiten tener éxito en lo que hacemos.
Ojalá los políticos retomaran el sentido común y dejaran de ser catastrofistas e hicieran cosas poco a poco y con atención.
Abril 2008: Estado de excepción
El algoritmo de búsqueda de mercancía que aplicamos en ADAIA®, es el mismo siempre, y muchas veces en los proyectos surgen discusiones acerca del concepto.
“...que porque no hemos escogido este otro que estaba más cerca; o este otro que tenia la cantidad exacta, en lugar de estos dos...”
El criterio fijo es el siguiente:
Primero el criterio de rotación, luego el pallet más vacío, y luego el más lejano al punto de salida.
Con este criterio, respetamos el orden de entrada y salida de mercancía atendiendo a su vida útil; en caso de empate, escogemos aquella mercancía con la que estamos desaprovechando la capacidad de almacenaje, y por último, escogemos la más lejana porque normalmente se ha puesto allí porque no había más espacio en el almacén. Cuando se sirve mercancía, el almacén debe quedar más ordenado.
Servir un pedido urgente más rápido no mejora nuestra calidad de servicio que, por definición, debe de ser estadística. Si alguien no esta de acuerdo con mi punto de vista, que piense en el siguiente ejemplo:
Es por la mañana, está sentado al volante de su coche y guarda su turno para incorporarse, por fin, a la autovía. Como siempre, el típico 'listo' se cuela por la derecha. Da igual si su pedido (dejar a los niños, llegar a la oficina,...) es más urgente que el suyo. Es prácticamente seguro que su 'amigo' llegara antes que Ud., pero es seguro que si hubiera respetado la fila (él y el resto de los listos), Ud., hubiera perdido menos tiempo.
Su jefe se harta de repetirle lo importante que es la calidad de servicio. Cuando le dice: “! … te he dicho cuarenta veces que esto es lo que debes de hacer primero!”, es necesario preguntarle cual de las 40 veces era la cierta. Cuando le pida urgencia para servir un pedido pregúntele si a partir de este momento debe cambiar las prioridades que debe aplicar en su trabajo, o preguntarle cada vez.
Siempre digo a mis colaboradores que cuando tenemos que resolver un problema que se viene repitiendo desde hace tiempo y que provoca inconvenientes crecientes cada día, lo primero es tomar medidas para que el problema no crezca y, después, atacarlo para que deje de producirse.
En termodinámica se define la entropía, “palabro” abstracto, difícil de explicar y que mide el grado de desorden de un sistema; un sistema ordenado tiene máxima entropía y en otro caso es difícil transformarla en energía útil.
En un estado de excepción se suspenden derechos tan básicos, que su uso, en general, se reserva a casos muy especiales, como por ejemplo catástrofes naturales o a los usos y costumbres del dictador de turno.
No pongamos en estado de excepción a nuestro almacén.
Junio 2008: Ensayo y error
Un ingeniero proyecta un puente y no tiene que esperar a construirlo para ver si se cae. Bien es verdad que los barcos existían antes que los ingenieros navales.
La mayor parte de los que trabajamos en Logística en España nos hemos formado sobre el terreno.
Hoy en día ya existen cursos impartidos en algunas universidades (NEBRIJA) o fundaciones privadas (ICIL), que proporcionan los conocimientos y los títulos necesarios para un logístico. Estos cursos permiten reducir el tiempo que cuesta adquirir la experiencia necesaria.
Cualquiera puede arrancar un almacén y empezar a servir pedidos.
El problema empieza con el tamaño, con el flujo, con el control del stock, con los tiempos,....En resumen, empieza en cuanto se entiende el almacén como una pieza más del puzzle que forma una empresa. Y será entonces cuando podremos pensar en el almacén como algo más que como un centro de coste.
Sustituir respuestas como "me falta sitio", por "mi almacén ha estado entre el 93,2% y el 95,8% en los últimos 3 meses", pueden cambiar la imagen que desde la dirección se tiene del almacén (normalmente se confía en la capacidad de trabajo del almacén).
Para dar respuestas de este tipo hacen falta profesionales con experiencia y conocimientos, además de dotar al almacén con Sistemas de Gestión.
El ensayo y error es un procedimiento necesario para adquirir experiencia en cualquier campo. Algunos ensayos pueden ser evitados con algunos conocimientos.
Cuando ponemos en marcha nuestro SGA, ADAIA, contribuimos con nuestra experiencia y eliminamos algunos ensayos, porque conocemos de antemano que no van a funcionar, y, sobre todo, porqué.
Cuando la economía va bien, necesitamos de la Logística para diferenciar nuestros productos y dotarlos de un valor añadido de lo que nuestra competencia no es capaz.
Cuando la economía va mal, la Logística pasa a ser, además, una de las áreas que nos permite ahorrar.
En esta columna he dicho ya antes que la experiencia da conocimientos, y lo contrario no es cierto. Así evoluciona la Logística, como todo.
Julio 2008: Frases y cosas del SIL
Si algo me gusta de mi trabajo es la relación con la gente y ponerme en una situación en donde ves, oyes y compartes cosas con mucha gente. Una feria como el SIL es fantástica para esto. Así que, sin orden ni concierto, quiero compartir frases y cosas que he oído durante su celebración.
Metros cuadrados. Tengo un amigo que pidió y pagó un stand de X metros y le dieron uno de 2X, ¿será verdad? Debo de ser muy malo negociando. Este año batiremos el record del mundo de metros cuadrados de feria. El de metros cuadrados de alfombra en pasillo también.
Llevo mucho tiempo diciendo públicamente que la logística en España soporta solamente para una feria bienal. El SITL en París lo es; Hamburgo es trienal. A lo mejor lo que pasa es que existe el temor de que si Barcelona es bienal, llegará Madrid y ¡zas! hará otra feria. Pues ¡hombre!, ahora ya tenemos feria bianual (sin olvidarme del PILOT en Zaragoza).
Por cierto, si alguien se ha perdido con mis palabras, bienal significa una vez cada dos años; bianual significa dos veces al año.
“Buey da piranha”. Yo creí que ya lo sabía todo acerca de la prueba y error. Resulta que en algunas zonas de Brasil, cuando tienen que atravesar ganado por un río con pirañas, pasan primero a un buey, y mientras se lo están comiendo las pirañas, pasan el ganado aguas arriba; ¿no es genial? A lo mejor solo es otra leyenda urbana, pero aseguro que lo oí contar.
Un amigo mío, responsable de logística de un importante fabricante de neumáticos, que paso por el stand de LEUTER, me dijo algo que debería estar patentado: “…mis neumáticos son los más baratos, pero cuestan una pasta…”. Yo todavía me pongo un abrigo (un loden) que me compré hace 18 años. En su momento me costó una pasta pero,... Creo que esta frase se puede aplicar a muchos buenos productos; quiero pensar que nuestro Sistema de Gestión de Almacenes, ADAIA®, también es algo que sale muy barato, a pesar de que cueste dinero.
Con muy pocas excepciones, todos hemos hablado de economía como si fuéramos Pedro Solbes. Lo que más he oído es que esto (desaceleración, crisis, ruina de los “pobres promotores de la construcción” o como lo queramos llamar) durará, al menos, hasta que cambien al presidente de los EEUU, y empiecen a funcionar allí; seis meses después empezaremos a estar otra vez donde estábamos, aunque no tan bien, ¡éramos tan felices!. ¿Se convertirán esos deseos generales en realidad?
Les diré que nosotros hemos pasado de servir para incrementar los ingresos, a reducir los gastos. Son estas cosas que tiene la logística, que inviertes un poco y los resultados no se hacen esperar. Ahora toca ahorrar costes. ¡Animo!, inviertan el dinero, que sigue existiendo, en esto.
En una mesa redonda en la que tuve el honor de participar, la primera pregunta fue: ¿aprovechamos toda la tecnología posible en logística? Mi respuesta: no en los almacenes, que no todo el mundo usa un Sistema de Gestión de Almacén. Que se trata de saber qué se puede hacer, de conocer los problemas, y eso no viene del conocimiento, ni de la informática, ni de la buena voluntad, viene de la experiencia.
A vueltas con la voz. Para los que venden voz y participaron en la mesa, la voz es la auténtica revolución, una mejora sustancial en la logística de almacenes. Cualquiera puede escucharles decir que obtienen mejoras del 50% en la productividad. Si yo oyera esto, entonces tendría claro que quien me habla no sabe de lo que habla y negaría la mayor, no aporta una mejora sustancial, pero…
La voz (transmisión de información usando voz) funciona, y ADAIA® ya tiene instalaciones de su módulo de voz. Una pregunta que formuló un asistente: ¿para cuando un Terminal que pueda usar voz y teclado y scanner y pantalla simultáneamente, para hacer más cosas que el picking en el almacén? La verdad es que LEUTER ya lo tiene. A su disposición.
De la RfId ya ni hablamos, ¡menos mal!
Agosto 2008: Mis vacaciones y el oso hormiguero
La época de vacaciones, para quien puede disfrutarlas, es un buen periodo para pensar. Leyendo los periódicos, excepto durante los juegos olímpicos, parece que todo debería de ir mal, y me he sentido algo responsable por estar de vacaciones.
No recuerdo de quien era el símil, pero hace muchos años leí que la guerra para un ser humano era como un oso hormiguero para una hormiga. Nunca podrá ver o hacerse una idea de que tamaño o que forma tiene. Hoy me pregunto si la crisis no es algo parecido y nunca seremos capaces de saber porqué, igual que nunca sabremos porqué se ha ido.
Me cuesta mucho pensar que la cantidad de gente que se compraba un piso, costara lo que costara, se haya evaporado. Me cuesta mucho creer que las empresas hayan bajado los sueldos a sus empleados de forma brusca, para que ya no puedan irse a Euro Disney o a veranear. Me cuesta mucho aceptar que mis clientes, después de solicitar un proyecto para mejorar su almacén (es decir, hacer su empresa más eficiente), me digan que el año que viene no van a invertir, que se apretarán el cinturón.
Hace ya más de dos años, un consultor me advertía de que en USA tenían un problema con las hipotecas, y que solo era cuestión de tiempo. La noticia de que el organismo tal o cual ha bajado las previsiones de crecimiento se repite un dia tras otro.
No sé hasta que punto me parece que una crisis se construye por medio de las noticias. Pájaros de mal agüero que cobran por decir cosas diferentes del “no haga nada, porque lo está haciendo muy bien”. Sesudos organismos macro económicos que son incapaces de hacer algo más que una regla de tres (decir que si algo empeora, irá a mal).
Cuando salíamos de la anterior crisis, bastaba con ver las noticias económicas cortas de los periódicos, y ver que tal empresa había conseguido más beneficios. Cuando todas las noticias eran favorables, entonces la crisis había pasado.
No seré yo quien diga que la crisis actual no se resuelve con optimismo, o con la acción o inacción del gobierno,… o tal vez si. De hecho, puestos a pensar, ya he comentado que en vacaciones se dispone de tiempo para pensar, el problema puede tener algún culpable o una explicación. Yo apuesto porque hay un puñado de culpables.
Mi primer candidato son los bancos. Esos entes tremendamente conservadores que ganan montañas de dinero SIEMPRE. Cuando dejan de ganar tanto, es porque prefieren tenerlo ellos, recuerden, el dinero ni se crea ni se destruye, solamente cambia de manos.
Las empresas tienen que afrontar la diferencia de tiempo entre pagar y cobrar, necesitan a los bancos. Cuando se trata de aumentar su capacidad productiva necesitan maquinaria nueva, invertir para mejorar su almacén, por ejemplo. Cuando los bancos no les dan dinero, se asustan, y necesitan reducir las inversiones y los costes, reducir sueldos y personal (podremos pagar a 90, pero no podremos pagar a 100).
Los particulares, que conocen a alguna de las 10 personas de la empresa anterior, no se atreven ni siquiera a pedirle dinero a un banco (da igual, tampoco se lo darían), si ellos corren peligro de perder sus ingresos mensuales. Compran menos a la empresa anterior, y el ciclo continúa.
Otro de los principales candidatos tiene nombre propio: George W. Bush. Durante sus dos mandatos el petróleo ha multiplicado su precio por cuatro, cada día existe más inseguridad en los mercados (hay terroristas en todos los rincones), ha dilapidado el superavit y anulado cualquier capacidad de crecimiento de la economía más poderosa del planeta (seguro que no ha sido capaz de conseguir todo esto él solo).
Seguro que existen más culpables, y que mi reflexión no está asistida de ninguna rigurosidad económica (estoy seguro de que el señor Solbes sabe algo más que hacer reglas de tres). Pido disculpas de antemano a cualquier economista, que pueda leer este artículo, por mis fáciles reflexiones.
Después de todo lo que he dicho, sigo deseando que el oso hormiguero que tenemos encima se vaya a otro hormiguero.
Octubre 2008: VOLVAMOS A LO BÁSICO
Comprobado: los bancos nunca pierden dinero. Si lo hacen mal, los gobiernos van a su rescate con el dinero de todos.
Volver a lo básico significa que:
Los especuladores acaben de perder, es decir, devolver, el dinero de mentira que habían parecido ganar y no nos carguen a los demás con el muerto.
Los empresarios apretemos los dientes, rezando para que cuando necesitemos liquidez, los bancos ya hayan resuelto sus problemas. Que hagamos mejores nuestros productos y servicios.
Cualquier comercial que venda servicios agote su imaginación para demostrar que lo que vende puede hacer ganar más dinero (del de verdad) a quien se lo compra, o a gastar menos; en resumen ser más eficaz y explicárselo a la mayor cantidad de gente posible. Si vende cosas, que convenza de que la suyas son las mejores.
Que los trabajadores recuperen la consciencia de que trabajar es algo más que un derecho, que mañana es mucho más largo que hoy, que es importante aprender, es decir, aumentar su capacidad de hacer más cosas y de hacerlas mejor. Los que lo hagan así asegurarán su mañana.
Me propongo que estas líneas sean las últimas de esta columna que no se refieran a cosas relacionadas con mi pasión de los últimos años: la logística.
EMPECEMOS POR EL COLEGIO
Va Ud. a poner una nota, como en el colegio de antes (entre 1 y 10), a su almacén, para ver el estado de evolución en el que se encuentra.
Muy deficiente (1-2). A duras penas recibe y envía productos. Los inventarios no son exactos, ni siquiera aproximados. El jefe de almacén trabaja mucho más que 40 horas semanales. El almacén está sucio. Hay pallets en los pasillos y en los muelles. Las cosas parecen funcionar bien cuando la presión de servicio es pequeña.
Suspenso (3-4). Recibe y envía la mitad de los pedidos a tiempo. Tiene una cierta sensación de control y cada año mejora el inventario, aunque tiene que mover algunos pallets y hacer esfuerzos de conteo para que más o menos cuadren las cifras. El jefe de almacén trabaja más de 40 horas semanales. El almacén está sucio. Casi siempre hay pallets por en medio de los pasillos y los muelles. Cuando le piden que trabaje más en los picos, contrata empresas de trabajo temporal, dobla turnos y, trabajando mucho, consigue servirlos.
Aprobado (5). Recibe y envía muchos de los pedidos a tiempo. El responsable puede dar fe de lo que tiene, ni le falta ni le sobra, pero tiene el control y los inventarios se pasan con éxito. El jefe de almacén trabaja más de 40 horas semanales. Se limpia el almacén. A veces se tienen que poner pallets en los pasillos porque la mercancía no cabe. Los muelles se gestionan más tiempo casi llenos que casi vacíos. Es capaz de manejar sus recursos para atender a los picos de trabajo.
Bien (6). Recibe y envía la mayor parte de los pedidos a tiempo. Tiene control de todo el stock, los inventarios son fiables y suponen poco trabajo. Auditoría se limita a hacer muestreos en lugar de contarlo todo. El jefe de almacén tiene una jornada de trabajo asumible. El almacén está casi siempre limpio. Solo se ven pallets en los pasillos en momentos puntuales. Es capaz de manejar sus recursos para atender a los picos de trabajo. Tiene un Sistema de Gestión de almacenes en tiempo real.
Notable (7-8). A veces no consigue enviar todos los pedidos a tiempo. El control ya no cuesta el esfuerzo que impida cualquier otra acción. Auditoría se limita a hacer muestreos; no se hacen inventarios. Solo se ven pallets en los pasillos en momentos puntuales. Ha conseguido limitar los picos de trabajo y conocerlos de antemano. Ya puede analizar procesos individuales y mejorarlos, olvidándose de procedimientos establecidos por la costumbre.
Sobresaliente (9-10). Centro de distribución. El almacén ya sabe cuánto cuesta su operación, conoce sus límites. Es capaz de aceptar retos
Póngase una nota con estos criterios. Si le resulta difícil hacerlo, reste dos puntos a la nota que se ponga. Si no aprueba, vaya pensando que con los recursos con que actualmente cuenta no puede mejorar mucho. Necesita forzosamente un Sistema de Gestión de Almacén.
Si lleva mucho tiempo sin pasar de Bien, o si cree que Notable o Sobresaliente quedan lejos de sus posibilidades, entonces su Sistema de Gestión de Almacén no es el adecuado.
Recientemente he recibido un correo en donde alguien se disculpaba por si me había ofendido su punto de vista. La primera frase de mi réplica es la que titula el artículo, una bonita forma de anular la contra replica de mi interlocutor, antes incluso de escribir la réplica.
Vivimos tiempos en donde los políticos se empeñan en defender verdades absolutas, y las hay, al menos en los terrenos en donde desempeñamos nuestras actividades profesionales. En logística existen algunas cosas básicas que convendrá tener presente siempre, y que nos permitirán tomar decisiones en cualquier situación, incluso en aquellas en las que nuestra experiencia no pueda ayudarnos por ser nuevas.
Sin ánimo de exponer todas las verdades básicas e incluso asumiendo el riesgo de que no todo el mundo las comparta, aquí van las mías.
Cuando algo tiene sentido es fácil explicarlo. Nunca intentes explicar Sentido Común.
Lo que ahorra tiempo cuando estamos de trabajo hasta el cuello y tomamos medidas especiales, también es válido en circunstancias normales.
Hacer las cosas de la misma forma siempre, nos ahorrará tiempo, aunque en algunas ocasiones hubiera sido mejor revisar los procedimientos.
Ante dos soluciones que parecen equivalentes, la mejor es la más simple.
La forma puede convertir algo válido en inválido y viceversa.
Al analizar un problema se debe ver si este es la solución a otro problema anterior, y no perder el tiempo.
Buscar las soluciones aguas arriba; los problemas cada vez son menores y, a lo mejor, los soluciona otro.
Encontrar una solución es solo la mitad del problema; todavía queda convencer a alguien para que nos ayude a ponerla en práctica.
Cuidado con los condicionantes de alguna solución, sobre todo aquellos que perduran en el tiempo.
Explica a la gente que depende de ti que un NO es tan válido como un SÍ, e infinitamente más positivo que un sí sin nada detrás.
Si no entiendes lo que te pide alguien, pregúntale para qué lo quiere.
Incluso aquellas cosas que son evidentes son subjetivas.
Las ideas brillantes son fantásticas, ponerlas en práctica es lo que nos hará triunfar.
Aunque puedas separar lo personal de lo profesional, disfruta por igual de ambas cosas.
Cuando todo vaya bien, ni se te ocurra desconfiar: disfruta.
Como en casi todos los ámbitos de nuestra vida no existen verdades milagrosas que nos permitan hacer todo mejor que otros, ni cosas que de no hacerse provocarán catástrofes, sino un conjunto de cosas, que bien hechas, nos permiten tener éxito en lo que hacemos.
Ojalá los políticos retomaran el sentido común y dejaran de ser catastrofistas e hicieran cosas poco a poco y con atención.
Abril 2008: Estado de excepción
El algoritmo de búsqueda de mercancía que aplicamos en ADAIA®, es el mismo siempre, y muchas veces en los proyectos surgen discusiones acerca del concepto.
“...que porque no hemos escogido este otro que estaba más cerca; o este otro que tenia la cantidad exacta, en lugar de estos dos...”
El criterio fijo es el siguiente:
Primero el criterio de rotación, luego el pallet más vacío, y luego el más lejano al punto de salida.
Con este criterio, respetamos el orden de entrada y salida de mercancía atendiendo a su vida útil; en caso de empate, escogemos aquella mercancía con la que estamos desaprovechando la capacidad de almacenaje, y por último, escogemos la más lejana porque normalmente se ha puesto allí porque no había más espacio en el almacén. Cuando se sirve mercancía, el almacén debe quedar más ordenado.
Servir un pedido urgente más rápido no mejora nuestra calidad de servicio que, por definición, debe de ser estadística. Si alguien no esta de acuerdo con mi punto de vista, que piense en el siguiente ejemplo:
Es por la mañana, está sentado al volante de su coche y guarda su turno para incorporarse, por fin, a la autovía. Como siempre, el típico 'listo' se cuela por la derecha. Da igual si su pedido (dejar a los niños, llegar a la oficina,...) es más urgente que el suyo. Es prácticamente seguro que su 'amigo' llegara antes que Ud., pero es seguro que si hubiera respetado la fila (él y el resto de los listos), Ud., hubiera perdido menos tiempo.
Su jefe se harta de repetirle lo importante que es la calidad de servicio. Cuando le dice: “! … te he dicho cuarenta veces que esto es lo que debes de hacer primero!”, es necesario preguntarle cual de las 40 veces era la cierta. Cuando le pida urgencia para servir un pedido pregúntele si a partir de este momento debe cambiar las prioridades que debe aplicar en su trabajo, o preguntarle cada vez.
Siempre digo a mis colaboradores que cuando tenemos que resolver un problema que se viene repitiendo desde hace tiempo y que provoca inconvenientes crecientes cada día, lo primero es tomar medidas para que el problema no crezca y, después, atacarlo para que deje de producirse.
En termodinámica se define la entropía, “palabro” abstracto, difícil de explicar y que mide el grado de desorden de un sistema; un sistema ordenado tiene máxima entropía y en otro caso es difícil transformarla en energía útil.
En un estado de excepción se suspenden derechos tan básicos, que su uso, en general, se reserva a casos muy especiales, como por ejemplo catástrofes naturales o a los usos y costumbres del dictador de turno.
No pongamos en estado de excepción a nuestro almacén.
Junio 2008: Ensayo y error
Un ingeniero proyecta un puente y no tiene que esperar a construirlo para ver si se cae. Bien es verdad que los barcos existían antes que los ingenieros navales.
La mayor parte de los que trabajamos en Logística en España nos hemos formado sobre el terreno.
Hoy en día ya existen cursos impartidos en algunas universidades (NEBRIJA) o fundaciones privadas (ICIL), que proporcionan los conocimientos y los títulos necesarios para un logístico. Estos cursos permiten reducir el tiempo que cuesta adquirir la experiencia necesaria.
Cualquiera puede arrancar un almacén y empezar a servir pedidos.
El problema empieza con el tamaño, con el flujo, con el control del stock, con los tiempos,....En resumen, empieza en cuanto se entiende el almacén como una pieza más del puzzle que forma una empresa. Y será entonces cuando podremos pensar en el almacén como algo más que como un centro de coste.
Sustituir respuestas como "me falta sitio", por "mi almacén ha estado entre el 93,2% y el 95,8% en los últimos 3 meses", pueden cambiar la imagen que desde la dirección se tiene del almacén (normalmente se confía en la capacidad de trabajo del almacén).
Para dar respuestas de este tipo hacen falta profesionales con experiencia y conocimientos, además de dotar al almacén con Sistemas de Gestión.
El ensayo y error es un procedimiento necesario para adquirir experiencia en cualquier campo. Algunos ensayos pueden ser evitados con algunos conocimientos.
Cuando ponemos en marcha nuestro SGA, ADAIA, contribuimos con nuestra experiencia y eliminamos algunos ensayos, porque conocemos de antemano que no van a funcionar, y, sobre todo, porqué.
Cuando la economía va bien, necesitamos de la Logística para diferenciar nuestros productos y dotarlos de un valor añadido de lo que nuestra competencia no es capaz.
Cuando la economía va mal, la Logística pasa a ser, además, una de las áreas que nos permite ahorrar.
En esta columna he dicho ya antes que la experiencia da conocimientos, y lo contrario no es cierto. Así evoluciona la Logística, como todo.
Julio 2008: Frases y cosas del SIL
Si algo me gusta de mi trabajo es la relación con la gente y ponerme en una situación en donde ves, oyes y compartes cosas con mucha gente. Una feria como el SIL es fantástica para esto. Así que, sin orden ni concierto, quiero compartir frases y cosas que he oído durante su celebración.
Metros cuadrados. Tengo un amigo que pidió y pagó un stand de X metros y le dieron uno de 2X, ¿será verdad? Debo de ser muy malo negociando. Este año batiremos el record del mundo de metros cuadrados de feria. El de metros cuadrados de alfombra en pasillo también.
Llevo mucho tiempo diciendo públicamente que la logística en España soporta solamente para una feria bienal. El SITL en París lo es; Hamburgo es trienal. A lo mejor lo que pasa es que existe el temor de que si Barcelona es bienal, llegará Madrid y ¡zas! hará otra feria. Pues ¡hombre!, ahora ya tenemos feria bianual (sin olvidarme del PILOT en Zaragoza).
Por cierto, si alguien se ha perdido con mis palabras, bienal significa una vez cada dos años; bianual significa dos veces al año.
“Buey da piranha”. Yo creí que ya lo sabía todo acerca de la prueba y error. Resulta que en algunas zonas de Brasil, cuando tienen que atravesar ganado por un río con pirañas, pasan primero a un buey, y mientras se lo están comiendo las pirañas, pasan el ganado aguas arriba; ¿no es genial? A lo mejor solo es otra leyenda urbana, pero aseguro que lo oí contar.
Un amigo mío, responsable de logística de un importante fabricante de neumáticos, que paso por el stand de LEUTER, me dijo algo que debería estar patentado: “…mis neumáticos son los más baratos, pero cuestan una pasta…”. Yo todavía me pongo un abrigo (un loden) que me compré hace 18 años. En su momento me costó una pasta pero,... Creo que esta frase se puede aplicar a muchos buenos productos; quiero pensar que nuestro Sistema de Gestión de Almacenes, ADAIA®, también es algo que sale muy barato, a pesar de que cueste dinero.
Con muy pocas excepciones, todos hemos hablado de economía como si fuéramos Pedro Solbes. Lo que más he oído es que esto (desaceleración, crisis, ruina de los “pobres promotores de la construcción” o como lo queramos llamar) durará, al menos, hasta que cambien al presidente de los EEUU, y empiecen a funcionar allí; seis meses después empezaremos a estar otra vez donde estábamos, aunque no tan bien, ¡éramos tan felices!. ¿Se convertirán esos deseos generales en realidad?
Les diré que nosotros hemos pasado de servir para incrementar los ingresos, a reducir los gastos. Son estas cosas que tiene la logística, que inviertes un poco y los resultados no se hacen esperar. Ahora toca ahorrar costes. ¡Animo!, inviertan el dinero, que sigue existiendo, en esto.
En una mesa redonda en la que tuve el honor de participar, la primera pregunta fue: ¿aprovechamos toda la tecnología posible en logística? Mi respuesta: no en los almacenes, que no todo el mundo usa un Sistema de Gestión de Almacén. Que se trata de saber qué se puede hacer, de conocer los problemas, y eso no viene del conocimiento, ni de la informática, ni de la buena voluntad, viene de la experiencia.
A vueltas con la voz. Para los que venden voz y participaron en la mesa, la voz es la auténtica revolución, una mejora sustancial en la logística de almacenes. Cualquiera puede escucharles decir que obtienen mejoras del 50% en la productividad. Si yo oyera esto, entonces tendría claro que quien me habla no sabe de lo que habla y negaría la mayor, no aporta una mejora sustancial, pero…
La voz (transmisión de información usando voz) funciona, y ADAIA® ya tiene instalaciones de su módulo de voz. Una pregunta que formuló un asistente: ¿para cuando un Terminal que pueda usar voz y teclado y scanner y pantalla simultáneamente, para hacer más cosas que el picking en el almacén? La verdad es que LEUTER ya lo tiene. A su disposición.
De la RfId ya ni hablamos, ¡menos mal!
Agosto 2008: Mis vacaciones y el oso hormiguero
La época de vacaciones, para quien puede disfrutarlas, es un buen periodo para pensar. Leyendo los periódicos, excepto durante los juegos olímpicos, parece que todo debería de ir mal, y me he sentido algo responsable por estar de vacaciones.
No recuerdo de quien era el símil, pero hace muchos años leí que la guerra para un ser humano era como un oso hormiguero para una hormiga. Nunca podrá ver o hacerse una idea de que tamaño o que forma tiene. Hoy me pregunto si la crisis no es algo parecido y nunca seremos capaces de saber porqué, igual que nunca sabremos porqué se ha ido.
Me cuesta mucho pensar que la cantidad de gente que se compraba un piso, costara lo que costara, se haya evaporado. Me cuesta mucho creer que las empresas hayan bajado los sueldos a sus empleados de forma brusca, para que ya no puedan irse a Euro Disney o a veranear. Me cuesta mucho aceptar que mis clientes, después de solicitar un proyecto para mejorar su almacén (es decir, hacer su empresa más eficiente), me digan que el año que viene no van a invertir, que se apretarán el cinturón.
Hace ya más de dos años, un consultor me advertía de que en USA tenían un problema con las hipotecas, y que solo era cuestión de tiempo. La noticia de que el organismo tal o cual ha bajado las previsiones de crecimiento se repite un dia tras otro.
No sé hasta que punto me parece que una crisis se construye por medio de las noticias. Pájaros de mal agüero que cobran por decir cosas diferentes del “no haga nada, porque lo está haciendo muy bien”. Sesudos organismos macro económicos que son incapaces de hacer algo más que una regla de tres (decir que si algo empeora, irá a mal).
Cuando salíamos de la anterior crisis, bastaba con ver las noticias económicas cortas de los periódicos, y ver que tal empresa había conseguido más beneficios. Cuando todas las noticias eran favorables, entonces la crisis había pasado.
No seré yo quien diga que la crisis actual no se resuelve con optimismo, o con la acción o inacción del gobierno,… o tal vez si. De hecho, puestos a pensar, ya he comentado que en vacaciones se dispone de tiempo para pensar, el problema puede tener algún culpable o una explicación. Yo apuesto porque hay un puñado de culpables.
Mi primer candidato son los bancos. Esos entes tremendamente conservadores que ganan montañas de dinero SIEMPRE. Cuando dejan de ganar tanto, es porque prefieren tenerlo ellos, recuerden, el dinero ni se crea ni se destruye, solamente cambia de manos.
Las empresas tienen que afrontar la diferencia de tiempo entre pagar y cobrar, necesitan a los bancos. Cuando se trata de aumentar su capacidad productiva necesitan maquinaria nueva, invertir para mejorar su almacén, por ejemplo. Cuando los bancos no les dan dinero, se asustan, y necesitan reducir las inversiones y los costes, reducir sueldos y personal (podremos pagar a 90, pero no podremos pagar a 100).
Los particulares, que conocen a alguna de las 10 personas de la empresa anterior, no se atreven ni siquiera a pedirle dinero a un banco (da igual, tampoco se lo darían), si ellos corren peligro de perder sus ingresos mensuales. Compran menos a la empresa anterior, y el ciclo continúa.
Otro de los principales candidatos tiene nombre propio: George W. Bush. Durante sus dos mandatos el petróleo ha multiplicado su precio por cuatro, cada día existe más inseguridad en los mercados (hay terroristas en todos los rincones), ha dilapidado el superavit y anulado cualquier capacidad de crecimiento de la economía más poderosa del planeta (seguro que no ha sido capaz de conseguir todo esto él solo).
Seguro que existen más culpables, y que mi reflexión no está asistida de ninguna rigurosidad económica (estoy seguro de que el señor Solbes sabe algo más que hacer reglas de tres). Pido disculpas de antemano a cualquier economista, que pueda leer este artículo, por mis fáciles reflexiones.
Después de todo lo que he dicho, sigo deseando que el oso hormiguero que tenemos encima se vaya a otro hormiguero.
Octubre 2008: VOLVAMOS A LO BÁSICO
Comprobado: los bancos nunca pierden dinero. Si lo hacen mal, los gobiernos van a su rescate con el dinero de todos.
Volver a lo básico significa que:
Los especuladores acaben de perder, es decir, devolver, el dinero de mentira que habían parecido ganar y no nos carguen a los demás con el muerto.
Los empresarios apretemos los dientes, rezando para que cuando necesitemos liquidez, los bancos ya hayan resuelto sus problemas. Que hagamos mejores nuestros productos y servicios.
Cualquier comercial que venda servicios agote su imaginación para demostrar que lo que vende puede hacer ganar más dinero (del de verdad) a quien se lo compra, o a gastar menos; en resumen ser más eficaz y explicárselo a la mayor cantidad de gente posible. Si vende cosas, que convenza de que la suyas son las mejores.
Que los trabajadores recuperen la consciencia de que trabajar es algo más que un derecho, que mañana es mucho más largo que hoy, que es importante aprender, es decir, aumentar su capacidad de hacer más cosas y de hacerlas mejor. Los que lo hagan así asegurarán su mañana.
Me propongo que estas líneas sean las últimas de esta columna que no se refieran a cosas relacionadas con mi pasión de los últimos años: la logística.
EMPECEMOS POR EL COLEGIO
Va Ud. a poner una nota, como en el colegio de antes (entre 1 y 10), a su almacén, para ver el estado de evolución en el que se encuentra.
Muy deficiente (1-2). A duras penas recibe y envía productos. Los inventarios no son exactos, ni siquiera aproximados. El jefe de almacén trabaja mucho más que 40 horas semanales. El almacén está sucio. Hay pallets en los pasillos y en los muelles. Las cosas parecen funcionar bien cuando la presión de servicio es pequeña.
Suspenso (3-4). Recibe y envía la mitad de los pedidos a tiempo. Tiene una cierta sensación de control y cada año mejora el inventario, aunque tiene que mover algunos pallets y hacer esfuerzos de conteo para que más o menos cuadren las cifras. El jefe de almacén trabaja más de 40 horas semanales. El almacén está sucio. Casi siempre hay pallets por en medio de los pasillos y los muelles. Cuando le piden que trabaje más en los picos, contrata empresas de trabajo temporal, dobla turnos y, trabajando mucho, consigue servirlos.
Aprobado (5). Recibe y envía muchos de los pedidos a tiempo. El responsable puede dar fe de lo que tiene, ni le falta ni le sobra, pero tiene el control y los inventarios se pasan con éxito. El jefe de almacén trabaja más de 40 horas semanales. Se limpia el almacén. A veces se tienen que poner pallets en los pasillos porque la mercancía no cabe. Los muelles se gestionan más tiempo casi llenos que casi vacíos. Es capaz de manejar sus recursos para atender a los picos de trabajo.
Bien (6). Recibe y envía la mayor parte de los pedidos a tiempo. Tiene control de todo el stock, los inventarios son fiables y suponen poco trabajo. Auditoría se limita a hacer muestreos en lugar de contarlo todo. El jefe de almacén tiene una jornada de trabajo asumible. El almacén está casi siempre limpio. Solo se ven pallets en los pasillos en momentos puntuales. Es capaz de manejar sus recursos para atender a los picos de trabajo. Tiene un Sistema de Gestión de almacenes en tiempo real.
Notable (7-8). A veces no consigue enviar todos los pedidos a tiempo. El control ya no cuesta el esfuerzo que impida cualquier otra acción. Auditoría se limita a hacer muestreos; no se hacen inventarios. Solo se ven pallets en los pasillos en momentos puntuales. Ha conseguido limitar los picos de trabajo y conocerlos de antemano. Ya puede analizar procesos individuales y mejorarlos, olvidándose de procedimientos establecidos por la costumbre.
Sobresaliente (9-10). Centro de distribución. El almacén ya sabe cuánto cuesta su operación, conoce sus límites. Es capaz de aceptar retos
Póngase una nota con estos criterios. Si le resulta difícil hacerlo, reste dos puntos a la nota que se ponga. Si no aprueba, vaya pensando que con los recursos con que actualmente cuenta no puede mejorar mucho. Necesita forzosamente un Sistema de Gestión de Almacén.
Si lleva mucho tiempo sin pasar de Bien, o si cree que Notable o Sobresaliente quedan lejos de sus posibilidades, entonces su Sistema de Gestión de Almacén no es el adecuado.
Crisis: Editorial LeuterComunica Noviembre
Después de 15 años, en LEUTER hemos conseguido hacer muchas cosas de forma fácil, casi por inercia. Algo está cambiando en el mundo. Los especuladores han conseguido crear un mundo paralelo, en el que la riqueza viene derivada del pelotazo. El problema es que su mundo estaba basado en el nuestro y, desgraciadamente, su derrumbe nos está arrastrando en forma de desconfianza entre bancos, entre países, entre consumidores, entre todos.
Los dinosaurios, los especuladores, se batirán en retirada. Los triunfadores serán aquellos que sepan volver a lo básico. El mérito de hacer las cosas cuando se hacen bien; buscar resultados en cosas mínimas que van haciendo el trabajo bien hecho; las ganas de emprender, de crear, de innovar; de no dar por sentado que algo se pueda conseguir hasta que no se hace el esfuerzo necesario para que suceda. Cosechar éxitos, sentirse orgulloso de los resultados.
LEUTER empezó así y volverá a ser así. Formamos, estoy seguro, un equipo de gente fantástica. Gente que es capaz de hacer las cosas bien. La experiencia nos asiste. Tenemos una misión que cumplir, desde siempre: hacer que la sociedad, la logística, los almacenes puedan sacar beneficio de nuestra experiencia.
Algo está cambiando en el mundo, volvamos al sentido común, al esfuerzo de todos por conseguir los mejores resultados. Seguro que vamos a hacerlo.
Cuento: Ministerio de asuntos internos
Un ejemplo de que el dinero puede hacer mucho más que el esfuerzo de muchos, es el anuncio pagado por una empresa americana, Nike, en donde uno de nuestros mejores deportistas, Pau Gasol, catalán por más señas, advierte de que hay algo más que nuestro país nos admire, y que es más importante que el mundo admire a nuestro país.
La bandera enorme que Federico Trillo dejó en la plaza de Colón, el invento de la letra de un himno, la conciencia que nuestros políticos intentan despertar en nosotros, con nuestro dinero, se queda a la altura del betún viendo el anuncio que, lo confieso, servirá para que yo elija NIKE siempre que pueda.
Just do it (¡Hazlo!) o ¡Podemos! o Yes, we can!
La bandera enorme que Federico Trillo dejó en la plaza de Colón, el invento de la letra de un himno, la conciencia que nuestros políticos intentan despertar en nosotros, con nuestro dinero, se queda a la altura del betún viendo el anuncio que, lo confieso, servirá para que yo elija NIKE siempre que pueda.
Just do it (¡Hazlo!) o ¡Podemos! o Yes, we can!
Cuento: La feria
La feria es uno de los lugares más falsos y más tramposos que uno se pueda encontrar. Las carabinas que sirven para conseguir regalos están trucadas para que no disparen bien y, aún así, los regalos valen menos que lo que se paga por un tiro.
Y sin embargo, los niños se mueren por ir a la feria, y disfrutan lo que no está en los escritos.
La feria de La Granja es parecida a cualquier otra feria ambulante. Luces para que todo parezca más grande, puestos de saltar, puestos de hamburguesas, coches de choque, y las versiones modernas de los tiovivos, con motos, coches de bomberos, de policías,…
También hay atracciones hinchables. Este año la ballena incluso se movía y los niños se tiraban desde la boca.
Los feriantes están escondidos. Detrás de la música, de la alegría de los niños, sus adustas caras reflejan que algo no es, tampoco, como parece. Cuando apaguen la ilusión aquí, se irán allá, y la rutina no es consejera de ninguna ilusión, la rutina genera el mundo real que está detrás de la feria.
Etiquetas:
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Cuento: Lo que vale la pena
¿Qué vale la pena, qué no, y por qué cosas merece la pena trabajar o esforzarse?
¿Te imaginas un huerto con árboles frutales en flor que se transforman en violines?
¿Por qué tópicamente los hombres se sientan delante del televisor a ver el futbol o los deportes, perdiéndose el crecer de sus hijos o un maravilloso atardecer?
¿Qué pasaría si decidiéramos que la poesía no aportaba nada para incrementar la felicidad de los que la escriben?
¿Por qué un buen cuadro es mejor que una buena foto? ¿Por qué un lienzo contiene algo más que la imagen que representa?
¿Por qué es necesario mantener ordenada una casa para poder vivir en ella?
Cuando era joven, joven de verdad, 18 años, cuando quería cambiar el mundo, el fútbol sólo era circenses,… y los que trabajaban iban cantando, para exteriorizar su felicidad o tal vez para ocultar su falta de panem.
Después de todo este tiempo de hacer cosas, de ver gente, situaciones, países, reacciones y personas, seres humanos y más seres humanos, he comprendido que nada de todo lo anterior tiene sentido y cualquier cosa lo tiene.
Lo que alguien haga porque quiere hacerlo. Lo que alguien mire, oiga o sienta porque quiera mirar, oír o sentir.
Basta con pensar que existen muchos millones de personas que comen perro, para poner en duda si esto está bien o no.
Basta con pensar que existen millones de personas que tienen más de una esposa como para que dudemos de nuestra ética (perdón por trivializar el concepto).
Basta con que queramos, para aceptar la ética como única aunque, eso sí, respetando que otros la tengan diferente.
Educar a nuestros hijos, leer, analizar, pensar, tener opiniones, respetar a los demás, la amistad,… pero también el fútbol, las mujeres, el trabajo bien hecho en cualquier cosa.
Creo que la vida es una suma de cosas y que la importancia de cada cosa depende de cada uno.
¿Te imaginas un huerto con árboles frutales en flor que se transforman en violines?
¿Por qué tópicamente los hombres se sientan delante del televisor a ver el futbol o los deportes, perdiéndose el crecer de sus hijos o un maravilloso atardecer?
¿Qué pasaría si decidiéramos que la poesía no aportaba nada para incrementar la felicidad de los que la escriben?
¿Por qué un buen cuadro es mejor que una buena foto? ¿Por qué un lienzo contiene algo más que la imagen que representa?
¿Por qué es necesario mantener ordenada una casa para poder vivir en ella?
Cuando era joven, joven de verdad, 18 años, cuando quería cambiar el mundo, el fútbol sólo era circenses,… y los que trabajaban iban cantando, para exteriorizar su felicidad o tal vez para ocultar su falta de panem.
Después de todo este tiempo de hacer cosas, de ver gente, situaciones, países, reacciones y personas, seres humanos y más seres humanos, he comprendido que nada de todo lo anterior tiene sentido y cualquier cosa lo tiene.
Lo que alguien haga porque quiere hacerlo. Lo que alguien mire, oiga o sienta porque quiera mirar, oír o sentir.
Basta con pensar que existen muchos millones de personas que comen perro, para poner en duda si esto está bien o no.
Basta con pensar que existen millones de personas que tienen más de una esposa como para que dudemos de nuestra ética (perdón por trivializar el concepto).
Basta con que queramos, para aceptar la ética como única aunque, eso sí, respetando que otros la tengan diferente.
Educar a nuestros hijos, leer, analizar, pensar, tener opiniones, respetar a los demás, la amistad,… pero también el fútbol, las mujeres, el trabajo bien hecho en cualquier cosa.
Creo que la vida es una suma de cosas y que la importancia de cada cosa depende de cada uno.
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vida
Cuento: Nieve
La gente que conozco, y que identifico como feliz, consigue hacer de la rutina del día a día su motor.
La nieve me devuelve siempre hacia un pasado de crío. Era raro ver nevar, diferente, lo mas alejado de la rutina.
Cuando se es un crío los minutos pasan como horas,... lentamente, ¿falta mucho?
Siempre me ha emocionado la historia de Xoroi, el ser 'diferente' de Menorca, y matado por 'diferente', ... y por la nieve.
Cuenta la leyenda que todos perseguían al monstruo hasta que su rastro desaparecía al borde de un acantilado. Nunca pudieron dar con él.
Un día sucedió que la nieve cayó sobre Menorca, y siguieron sus huellas hasta la cueva,... y le mataron.
Cualquier turista conoce hoy la cueva que lleva su nombre, homenaje a un ser 'diferente', ... y a la nieve.
Hoy, la nieve me provoca una sensación de quietud; el tiempo se detiene; pisar la nieve sin ruido, el aire quieto, seco y frío en la garganta.
La eficacia, supongo que un concepto incomprensible para mi Petit Prince, es lo que mueve mi mundo de hoy; que poco entienden de cosas importantes los adultos, diría el Principito.
Las personas eficaces, además de querer lo que hacen, única forma de poner de su lado la rutina, son constantes, son predecibles.
Para que te identifiquen como feliz, hay que amar lo que haces,... y también te tiene que gustar la nieve.
La nieve me devuelve siempre hacia un pasado de crío. Era raro ver nevar, diferente, lo mas alejado de la rutina.
Cuando se es un crío los minutos pasan como horas,... lentamente, ¿falta mucho?
Siempre me ha emocionado la historia de Xoroi, el ser 'diferente' de Menorca, y matado por 'diferente', ... y por la nieve.
Cuenta la leyenda que todos perseguían al monstruo hasta que su rastro desaparecía al borde de un acantilado. Nunca pudieron dar con él.
Un día sucedió que la nieve cayó sobre Menorca, y siguieron sus huellas hasta la cueva,... y le mataron.
Cualquier turista conoce hoy la cueva que lleva su nombre, homenaje a un ser 'diferente', ... y a la nieve.
Hoy, la nieve me provoca una sensación de quietud; el tiempo se detiene; pisar la nieve sin ruido, el aire quieto, seco y frío en la garganta.
La eficacia, supongo que un concepto incomprensible para mi Petit Prince, es lo que mueve mi mundo de hoy; que poco entienden de cosas importantes los adultos, diría el Principito.
Las personas eficaces, además de querer lo que hacen, única forma de poner de su lado la rutina, son constantes, son predecibles.
Para que te identifiquen como feliz, hay que amar lo que haces,... y también te tiene que gustar la nieve.
Cuento: El tramoyista
El tenor y la soprano estaban sobre el escenario. Él, con casi cincuenta años cantaba con la experiencia, había vivido años mejores. Ella había encontrado con él algo de paz en el camerino, antes de la función.
La vida de los dos había llevado caminos similares: juventud, ilusión, trabajo y normalidad,… rutina.
Estaban cantando con profesionalidad uno de esos duetos de opera en donde los dos se declaran amor y entusiasmo mutuo, con el escenario partido en dos y es como si no se oyeran. El fondo del escenario era el jardín de la casa de ella, a donde él había acudido para estar más cerca, y hacer más doloroso el amor no correspondido.
Entonces pasó algo fuera de lo normal. El tramoyista cometió un error y bajó un escenario diferente. En lugar del jardín, bajo el del atardecer anaranjado que debía venir un acto después.
Al ver el error, el tenor y la soprano sintieron volver las primeras ilusiones, cuando el espectáculo, el amor del público, que todo saliera bien, eran importantes. Se esforzaron por poner algo más de su parte en el dueto: recuerdos de días en los que la música era lo único.
Las notas que iban saliendo de sus gargantas crecían y crecían y se esparcían por la sala, ocultando el error del escenario. Ella contestaba y él se cada vez sentía más verdadero el dueto. El dueto se convirtió en algo fuera de lo normal, diferente de lo que habían hecho en los últimos años, día a día.
Al terminar, la ovación del público se comió la sala y duró varios minutos. Hoy todavía se recuerda el dueto que fueron capaces de cantar dos artistas después de una vida profesional normal, en una circunstancia anormal y que convirtió esos minutos en lo más grande que los dos habían vivido siempre.
La vida de los dos había llevado caminos similares: juventud, ilusión, trabajo y normalidad,… rutina.
Estaban cantando con profesionalidad uno de esos duetos de opera en donde los dos se declaran amor y entusiasmo mutuo, con el escenario partido en dos y es como si no se oyeran. El fondo del escenario era el jardín de la casa de ella, a donde él había acudido para estar más cerca, y hacer más doloroso el amor no correspondido.
Entonces pasó algo fuera de lo normal. El tramoyista cometió un error y bajó un escenario diferente. En lugar del jardín, bajo el del atardecer anaranjado que debía venir un acto después.
Al ver el error, el tenor y la soprano sintieron volver las primeras ilusiones, cuando el espectáculo, el amor del público, que todo saliera bien, eran importantes. Se esforzaron por poner algo más de su parte en el dueto: recuerdos de días en los que la música era lo único.
Las notas que iban saliendo de sus gargantas crecían y crecían y se esparcían por la sala, ocultando el error del escenario. Ella contestaba y él se cada vez sentía más verdadero el dueto. El dueto se convirtió en algo fuera de lo normal, diferente de lo que habían hecho en los últimos años, día a día.
Al terminar, la ovación del público se comió la sala y duró varios minutos. Hoy todavía se recuerda el dueto que fueron capaces de cantar dos artistas después de una vida profesional normal, en una circunstancia anormal y que convirtió esos minutos en lo más grande que los dos habían vivido siempre.
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Tramoyista
Política: Dos, Doscientos, Dos mil
Dos personas pueden cubrir sus necesidades básicas fácilmente. Entiendo por necesidades básicas las que permiten obtener comida y eliminar los residuos que producen. En la filmografía americana podemos encontrar innumerables ejemplos de náufragos o escenarios idílicos en donde esto es posible.
En los años sesenta, hastiados de lo que se estaba creando: la sociedad de consumo, surgieron las comunas de los hippies. Intentaban contraponer el orden establecido en nuestra civilización, demostrando que era posible que doscientos seres humanos vivieran como dos, para conseguir un ideal de libertad.
Un buen intento, pero algo muy básico no funcionó, o más bien, funcionó como debía. Quedaba bien ser identificado como un antisistema y juntarse con otros parecidos de parecidas ideas. La demostración de que no funcionó es obvia: hoy no existe.
Cuando las dos personas pasan a ser doscientas, es necesario que, para mantener las relaciones que justifican la creación del grupo, se resuelvan las pequeñas cosas del día a día, la intendencia.
La naturaleza única de las cosas cambia solo por el tamaño, es decir, el mismo problema que es para dos comer y eliminar sus residuos, pasa a ser otro problema muy diferente cuando de dos, pasan a dos mil, no porque el problema cambie, solamente por porque lo hace su tamaño.
La solución a este segundo problema exige que surjan en el grupo, personas “capaces” que puedan resolverlo, y esto, obligatoriamente, genera clases: la de aquellos que esperan que se solucione todo, solamente por su decisión de pertenencia al grupo, y la de aquellos que pasan a la acción y resuelven.
Esta situación tiende, irreversiblemente, a que los que trabajan acaben saliendo del grupo porque lo consideran de justicia y los que no, porque a pesar de las expectativas, no son capaces de subsistir.
Si pensamos en la diferencia de tamaño entre dos y doscientos (contar dos euros es un segundo, contar 200 puede ser un minuto), y lo que radicalmente cambia el mismo problema, intentemos imaginar la situación cuando se trate de 2 millones (contar dos millones de euros, moneda a moneda, nos lleva,… 7 días).
Los individuos ‘capaces’ tienen dos virtudes fundamentales que normalmente van de la mano. Lo primero es que son capaces de representar el ideal del grupo, entender y representar los elementos diferenciales. La segunda virtud es que son capaces en el sentido literal, de resolver, de ejecutar o de hacer cualquier cosa que sea necesaria, para el interés del grupo.
En este caso sigue siendo necesaria la existencia de individuos “capaces”. Ya no pueden resolverlo todo por sí mismos, y crean una organización, en donde los no capaces deben aportan su grano de arena para resolver los problemas.
Hablando de organizaciones, a lo largo de la historia de la civilización se pueden encontrar muchos ejemplos de organizaciones diferentes, con cualidades y defectos o con aspectos o conductas positivas y negativas, según el filtro que apliquemos.
Nadie se atrevería a criticar a la civilización Griega (Platón, Aristóteles,...), y sin embargo, desde el punto de vista de nuestra civilización actual, deberíamos de haberlos invadido y reducido a escombros, ¡tenían esclavos!, independientemente de si los consideramos sirvientes; los esclavos no votaban y no tenían nada que ver con el sistema.
No sé si sigo influido por la filmografía nortemericana o es real, pero la sociedad Azteca tenía conocimientos que tardaron cientos de años en ser descubiertos en nuestra civilización. Deberíamos de haberlos invadido y reducido a escombros para que abrazaran la fe: ¡sacrificaban vírgenes en honor a sus dioses!
El mundo musulmán inventó los números, y el cero y la hospitalidad. Deberíamos haberles invadido y reducido a escombros para que abrazaran nuestro sistema de paridad. ¡Consideran a las mujeres como un objeto maltratable!, ¡ocultan sus atributos tras asfixiantes telas, para evitar despertar deseos impuros! Deberíamos haberle quitado un pedazo de sus tierras, y crear una civilización parecida a la nuestra en su interior, como ya hicimos con Israel.
Incluso en nuestra civilización occidental, podemos encontrar desviaciones enfermizas relativamente recientes: ¡El nazismo!, Un sistema democrático permitió establecer a Hitler una dictadura. ¡Hoy día, la mayor democracia del mundo tiene un campo de concentración en Guantánamo!
Uno de los ejemplos más recientes es el de Irak, en donde un dictador impide que su pueblo se mate entre sí, pero es chulo (prepotente), incómodo, y además no nos da petróleo barato. Deberíamos de haberlo invadido y matado al dictador para que puedan volverse a matar entre ellos. Es un hecho consumado.
No se puede criticar ninguna organización humana por su definición o sus fundamentos, ni por sus efectos secundarios, ni por sus desviaciones.
Hasta ahora, solamente he hablado de las dos necesidades básicas. Pero me gustaría reflexionar si es básica o no la necesidad de ir a Euro Disney (valga este absurdo, que sería el mismo que comprar una camiseta a la moda, o una TFT de alta resolución, o un iPhone).
Aunque cualquiera que piense que la sociedad de dos en la playa sea la perfecta, la sociedad (solamente por el número), va creando empresas, carreteras, servicios, sueños y estableciendo como resolver otras necesidades que, aunque parezcan superfluas, acaban siendo tan importantes como las básicas (justicia, educación, ocio,…).
Ante esta situación, real, solo caben dos opciones: rechazar las necesidades superfluas y volver al inicio de este artículo, o asumir el mundo real que muchas organizaciones, la civilización, muchos errores y el trabajo y la ilusión de millones seres humanos han construido, con sus ventajas y sus defectos.
Para que todas esas cosas existan, para que se puedan considerar necesidades básicas (ya sé que es un absurdo), es necesario una organización con una complejidad mayúscula, en el cual los “capaces” no tienen necesariamente que ocupar el poder. En una organización así, la inmensa mayoría de la población queda al margen de cualquier tipo de implicación (porque no quiere o porque se siente incapaz), en ninguna organización común.
La civilización Occidental ya está muy por encima de los 2 millones, hablamos de casi 1.000 millones (siguiendo con el cuento de los euros, nos costaría un mes, 24 horas al día, contar 1.000 millones de monedas de un euro).
Uno de los pilares de cualquier organización es la de elegir a los realmente “capaces”. En nuestra sociedad nos hemos dado un sistema para elegir a las personas que crean y modifican la organización, es una parte de lo que denominamos democracia.
Diferentes personas en diferentes circunstancias crean diferentes organizaciones. La elección de los que ostentan el poder es sustancial para construirlas.
“La democracia es la peor forma de gobierno, excepto todas las otras formas que se han probado de tiempo en tiempo”. Esta frase es de Winston Churchill, en 1947 (por cierto, esta es la cita correcta, no como la usó Kennedy años después: “…el menos malo de los sistemas…”).
Cuando las organizaciones creadas por la democracia no funcionan se le puede echar la culpa original a la democracia:
“Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan Parlamento.” Nelson Mandela 1998.
Hoy en día, en todas las democracias que me vienen a la cabeza (no es algo riguroso, solamente un convencimiento personal basado en mis ejemplos conocidos), otra figura, que no son las personas capaces, ha devenido en árbitro en la designación de los “capaces”: los partidos políticos. Les achaco gran parte del mérito y de la culpa de la situación de deterioro de nuestra civilización.
Sería inocente pensar que los avances sociales actuales hubieran sido posibles sin los partidos políticos. Pero también los creo insuficientes y también los creo exagerados.
Insuficientes porque las situaciones de desigualdad siguen existiendo en todos los ámbitos de nuestra vida.
Exagerados porque han permitido, por parte de la mayoría, establecer un sistema de vida torticero en donde algunas cosas se producen sin ninguna necesidad de esfuerzo para conseguirlas, lo que a su vez, genera una falta del dinamismo que debería permitir establecer ciertas reglas en el mérito, que no tienen que corresponder solamente a “tanto tienes tanto eres”, y que me parecen imprescindibles en cualquier fase de la vida. La propiedad o el control de algo se han convertido en moneda de cambio que los partidos políticos usan habitualmente para su perpetuación.
Los partidos políticos han hecho mediocre la elección de los “capaces”. El poder reside en algo que no necesita demostrar nada, en las siglas, no en los candidatos. Así, ninguna persona que llega a dirigir, puede poner en duda la organización vigente, a la que le debe su elección, ni la forma de elegir a los capaces.
Alguien capaz debería de poner en duda cosas fundamentales, y con la mediocridad imperante de los líderes políticos en el mundo, esto no es posible hoy en día, y con el poder de los partidos políticos, desgraciadamente, tampoco será posible mañana.
Veamos las dos características que debía tener una persona ‘capaz’ en una organización menor. La asunción de pertenencia a un grupo, compartir su definición exige ser diferente de algo. Esta característica es la que llamamos liderazgo.
En mi juventud universitaria con el ambiente revuelto lleno de transición y reivindicaciones, individuos como yo (quiero creer no manipulados) subían a la tarima de una clase y me convencían de que había que hacer esto o lo otro, incluso de que era necesario correr riesgos corriendo delante de ‘los grises’.
Estoy convencido de que existen muchas personas que en diferentes momentos pueden representar este papel, y estoy seguro de que en la clase política no es encuentra ni la mínima parte de ellos.
SI levantamos la vista para tomar perspectiva, su movilización exige alguna injusticia, alguna diferencia a alcanzar con respecto a ‘lo normal’, o una confrontación de dos cosas. En mi opinión, esa es la razón de que este tipo de personas, con esta característica, se vean pocos, en nuestras sociedades, acomodadas y seguras en su propia definición y existencia.
Necesitamos algo parecido a un invento, o no, como el cambio climático, por ejemplo, que pueda ser un negocio, para que existan personas valiosas que busquen metas elevadas o enarbolen este tipo de banderas (Yes, we can?).
La otra característica, la capacidad, se consigue por el conjunto de capacidad personal intelectual, aprendizaje, experiencia y solo tangencialmente por la cultura. Personas capaces en el mundo hay muchas, ya que consiguen resolver los retos parciales que la sociedad crea día a día.
Volviendo a mis partidos políticos, la competencia interna no es el mejor caldo de cultivo (lo digo externamente sin haber participado en ninguna organización de este tipo, aunque sí tratado con personas que sí pertenecen), para obtener personas capaces. La lucha de poder no es siempre algo en lo que triunfen los más capaces sino los más sociables, los más hábiles en las relaciones personales, en suma, no los más capaces.
En cuanto a la formación en liderazgo, considero que tampoco es posible que los partidos políticos engendren a auténticos líderes. Volviendo a mis tiempos de universidad, no me cabe duda de que entonces los que se afiliaban eran los convencidos de que podían aportar algo, los que tenían ideales, los que querían crear, cambiar. Hoy en día, me temo que la afiliación es más bien sinónimo de conseguir un sueldo extra o una diversión que, si no se ofende nadie, es comparable a unas vacaciones en Euro Disney.
Por esto, porque los partidos políticos no son capaces de proponer a la sociedad individuos capaces, creo que la magnitud de los partidos políticos es una rémora para la democracia.
Y podemos trabajar u opinar sobre cosas prácticas, pequeñas modificaciones que mejorarían nuestro sistema sin tener que romperlo, sin que eso suponga rasgarse las vestiduras y acusar a quien lo plantea de anti demócrata.
Imaginemos que exigimos más votos para ser re elegido que para ser elegido; imaginemos que 8 años no es ni un mínimo ni un límite; imaginemos que obligamos a nuestros políticos a ponerse de acuerdo impidiendo que existan mayorías absolutas; separemos de verdad los tres poderes;…
Recuerden que la afirmación de “un hombre un voto”, desapareció en cuanto aplicamos la ley D’Hont, o dejamos que Jeff Bush fuera el arbitro que asignó 27 delegados a su hermano para que fuera el peor presidente de la historia de EEUU,… y encima fue re elegido con el miedo de sus compatriotas.
También entiendo que la tecnología ayudará como lo ha hecho en todos los ámbitos de nuestra vida, haciendo que las elecciones no sean un proceso tan costoso en tiempo y en dinero como lo son hoy en día.
En los años sesenta, hastiados de lo que se estaba creando: la sociedad de consumo, surgieron las comunas de los hippies. Intentaban contraponer el orden establecido en nuestra civilización, demostrando que era posible que doscientos seres humanos vivieran como dos, para conseguir un ideal de libertad.
Un buen intento, pero algo muy básico no funcionó, o más bien, funcionó como debía. Quedaba bien ser identificado como un antisistema y juntarse con otros parecidos de parecidas ideas. La demostración de que no funcionó es obvia: hoy no existe.
Cuando las dos personas pasan a ser doscientas, es necesario que, para mantener las relaciones que justifican la creación del grupo, se resuelvan las pequeñas cosas del día a día, la intendencia.
La naturaleza única de las cosas cambia solo por el tamaño, es decir, el mismo problema que es para dos comer y eliminar sus residuos, pasa a ser otro problema muy diferente cuando de dos, pasan a dos mil, no porque el problema cambie, solamente por porque lo hace su tamaño.
La solución a este segundo problema exige que surjan en el grupo, personas “capaces” que puedan resolverlo, y esto, obligatoriamente, genera clases: la de aquellos que esperan que se solucione todo, solamente por su decisión de pertenencia al grupo, y la de aquellos que pasan a la acción y resuelven.
Esta situación tiende, irreversiblemente, a que los que trabajan acaben saliendo del grupo porque lo consideran de justicia y los que no, porque a pesar de las expectativas, no son capaces de subsistir.
Si pensamos en la diferencia de tamaño entre dos y doscientos (contar dos euros es un segundo, contar 200 puede ser un minuto), y lo que radicalmente cambia el mismo problema, intentemos imaginar la situación cuando se trate de 2 millones (contar dos millones de euros, moneda a moneda, nos lleva,… 7 días).
Los individuos ‘capaces’ tienen dos virtudes fundamentales que normalmente van de la mano. Lo primero es que son capaces de representar el ideal del grupo, entender y representar los elementos diferenciales. La segunda virtud es que son capaces en el sentido literal, de resolver, de ejecutar o de hacer cualquier cosa que sea necesaria, para el interés del grupo.
En este caso sigue siendo necesaria la existencia de individuos “capaces”. Ya no pueden resolverlo todo por sí mismos, y crean una organización, en donde los no capaces deben aportan su grano de arena para resolver los problemas.
Hablando de organizaciones, a lo largo de la historia de la civilización se pueden encontrar muchos ejemplos de organizaciones diferentes, con cualidades y defectos o con aspectos o conductas positivas y negativas, según el filtro que apliquemos.
Nadie se atrevería a criticar a la civilización Griega (Platón, Aristóteles,...), y sin embargo, desde el punto de vista de nuestra civilización actual, deberíamos de haberlos invadido y reducido a escombros, ¡tenían esclavos!, independientemente de si los consideramos sirvientes; los esclavos no votaban y no tenían nada que ver con el sistema.
No sé si sigo influido por la filmografía nortemericana o es real, pero la sociedad Azteca tenía conocimientos que tardaron cientos de años en ser descubiertos en nuestra civilización. Deberíamos de haberlos invadido y reducido a escombros para que abrazaran la fe: ¡sacrificaban vírgenes en honor a sus dioses!
El mundo musulmán inventó los números, y el cero y la hospitalidad. Deberíamos haberles invadido y reducido a escombros para que abrazaran nuestro sistema de paridad. ¡Consideran a las mujeres como un objeto maltratable!, ¡ocultan sus atributos tras asfixiantes telas, para evitar despertar deseos impuros! Deberíamos haberle quitado un pedazo de sus tierras, y crear una civilización parecida a la nuestra en su interior, como ya hicimos con Israel.
Incluso en nuestra civilización occidental, podemos encontrar desviaciones enfermizas relativamente recientes: ¡El nazismo!, Un sistema democrático permitió establecer a Hitler una dictadura. ¡Hoy día, la mayor democracia del mundo tiene un campo de concentración en Guantánamo!
Uno de los ejemplos más recientes es el de Irak, en donde un dictador impide que su pueblo se mate entre sí, pero es chulo (prepotente), incómodo, y además no nos da petróleo barato. Deberíamos de haberlo invadido y matado al dictador para que puedan volverse a matar entre ellos. Es un hecho consumado.
No se puede criticar ninguna organización humana por su definición o sus fundamentos, ni por sus efectos secundarios, ni por sus desviaciones.
Hasta ahora, solamente he hablado de las dos necesidades básicas. Pero me gustaría reflexionar si es básica o no la necesidad de ir a Euro Disney (valga este absurdo, que sería el mismo que comprar una camiseta a la moda, o una TFT de alta resolución, o un iPhone).
Aunque cualquiera que piense que la sociedad de dos en la playa sea la perfecta, la sociedad (solamente por el número), va creando empresas, carreteras, servicios, sueños y estableciendo como resolver otras necesidades que, aunque parezcan superfluas, acaban siendo tan importantes como las básicas (justicia, educación, ocio,…).
Ante esta situación, real, solo caben dos opciones: rechazar las necesidades superfluas y volver al inicio de este artículo, o asumir el mundo real que muchas organizaciones, la civilización, muchos errores y el trabajo y la ilusión de millones seres humanos han construido, con sus ventajas y sus defectos.
Para que todas esas cosas existan, para que se puedan considerar necesidades básicas (ya sé que es un absurdo), es necesario una organización con una complejidad mayúscula, en el cual los “capaces” no tienen necesariamente que ocupar el poder. En una organización así, la inmensa mayoría de la población queda al margen de cualquier tipo de implicación (porque no quiere o porque se siente incapaz), en ninguna organización común.
La civilización Occidental ya está muy por encima de los 2 millones, hablamos de casi 1.000 millones (siguiendo con el cuento de los euros, nos costaría un mes, 24 horas al día, contar 1.000 millones de monedas de un euro).
Uno de los pilares de cualquier organización es la de elegir a los realmente “capaces”. En nuestra sociedad nos hemos dado un sistema para elegir a las personas que crean y modifican la organización, es una parte de lo que denominamos democracia.
Diferentes personas en diferentes circunstancias crean diferentes organizaciones. La elección de los que ostentan el poder es sustancial para construirlas.
“La democracia es la peor forma de gobierno, excepto todas las otras formas que se han probado de tiempo en tiempo”. Esta frase es de Winston Churchill, en 1947 (por cierto, esta es la cita correcta, no como la usó Kennedy años después: “…el menos malo de los sistemas…”).
Cuando las organizaciones creadas por la democracia no funcionan se le puede echar la culpa original a la democracia:
“Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan Parlamento.” Nelson Mandela 1998.
Hoy en día, en todas las democracias que me vienen a la cabeza (no es algo riguroso, solamente un convencimiento personal basado en mis ejemplos conocidos), otra figura, que no son las personas capaces, ha devenido en árbitro en la designación de los “capaces”: los partidos políticos. Les achaco gran parte del mérito y de la culpa de la situación de deterioro de nuestra civilización.
Sería inocente pensar que los avances sociales actuales hubieran sido posibles sin los partidos políticos. Pero también los creo insuficientes y también los creo exagerados.
Insuficientes porque las situaciones de desigualdad siguen existiendo en todos los ámbitos de nuestra vida.
Exagerados porque han permitido, por parte de la mayoría, establecer un sistema de vida torticero en donde algunas cosas se producen sin ninguna necesidad de esfuerzo para conseguirlas, lo que a su vez, genera una falta del dinamismo que debería permitir establecer ciertas reglas en el mérito, que no tienen que corresponder solamente a “tanto tienes tanto eres”, y que me parecen imprescindibles en cualquier fase de la vida. La propiedad o el control de algo se han convertido en moneda de cambio que los partidos políticos usan habitualmente para su perpetuación.
Los partidos políticos han hecho mediocre la elección de los “capaces”. El poder reside en algo que no necesita demostrar nada, en las siglas, no en los candidatos. Así, ninguna persona que llega a dirigir, puede poner en duda la organización vigente, a la que le debe su elección, ni la forma de elegir a los capaces.
Alguien capaz debería de poner en duda cosas fundamentales, y con la mediocridad imperante de los líderes políticos en el mundo, esto no es posible hoy en día, y con el poder de los partidos políticos, desgraciadamente, tampoco será posible mañana.
Veamos las dos características que debía tener una persona ‘capaz’ en una organización menor. La asunción de pertenencia a un grupo, compartir su definición exige ser diferente de algo. Esta característica es la que llamamos liderazgo.
En mi juventud universitaria con el ambiente revuelto lleno de transición y reivindicaciones, individuos como yo (quiero creer no manipulados) subían a la tarima de una clase y me convencían de que había que hacer esto o lo otro, incluso de que era necesario correr riesgos corriendo delante de ‘los grises’.
Estoy convencido de que existen muchas personas que en diferentes momentos pueden representar este papel, y estoy seguro de que en la clase política no es encuentra ni la mínima parte de ellos.
SI levantamos la vista para tomar perspectiva, su movilización exige alguna injusticia, alguna diferencia a alcanzar con respecto a ‘lo normal’, o una confrontación de dos cosas. En mi opinión, esa es la razón de que este tipo de personas, con esta característica, se vean pocos, en nuestras sociedades, acomodadas y seguras en su propia definición y existencia.
Necesitamos algo parecido a un invento, o no, como el cambio climático, por ejemplo, que pueda ser un negocio, para que existan personas valiosas que busquen metas elevadas o enarbolen este tipo de banderas (Yes, we can?).
La otra característica, la capacidad, se consigue por el conjunto de capacidad personal intelectual, aprendizaje, experiencia y solo tangencialmente por la cultura. Personas capaces en el mundo hay muchas, ya que consiguen resolver los retos parciales que la sociedad crea día a día.
Volviendo a mis partidos políticos, la competencia interna no es el mejor caldo de cultivo (lo digo externamente sin haber participado en ninguna organización de este tipo, aunque sí tratado con personas que sí pertenecen), para obtener personas capaces. La lucha de poder no es siempre algo en lo que triunfen los más capaces sino los más sociables, los más hábiles en las relaciones personales, en suma, no los más capaces.
En cuanto a la formación en liderazgo, considero que tampoco es posible que los partidos políticos engendren a auténticos líderes. Volviendo a mis tiempos de universidad, no me cabe duda de que entonces los que se afiliaban eran los convencidos de que podían aportar algo, los que tenían ideales, los que querían crear, cambiar. Hoy en día, me temo que la afiliación es más bien sinónimo de conseguir un sueldo extra o una diversión que, si no se ofende nadie, es comparable a unas vacaciones en Euro Disney.
Por esto, porque los partidos políticos no son capaces de proponer a la sociedad individuos capaces, creo que la magnitud de los partidos políticos es una rémora para la democracia.
Y podemos trabajar u opinar sobre cosas prácticas, pequeñas modificaciones que mejorarían nuestro sistema sin tener que romperlo, sin que eso suponga rasgarse las vestiduras y acusar a quien lo plantea de anti demócrata.
Imaginemos que exigimos más votos para ser re elegido que para ser elegido; imaginemos que 8 años no es ni un mínimo ni un límite; imaginemos que obligamos a nuestros políticos a ponerse de acuerdo impidiendo que existan mayorías absolutas; separemos de verdad los tres poderes;…
Recuerden que la afirmación de “un hombre un voto”, desapareció en cuanto aplicamos la ley D’Hont, o dejamos que Jeff Bush fuera el arbitro que asignó 27 delegados a su hermano para que fuera el peor presidente de la historia de EEUU,… y encima fue re elegido con el miedo de sus compatriotas.
También entiendo que la tecnología ayudará como lo ha hecho en todos los ámbitos de nuestra vida, haciendo que las elecciones no sean un proceso tan costoso en tiempo y en dinero como lo son hoy en día.
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Democracia,
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La crisis: Algo se está moviendo debajo de nuestros pies
Podemos darnos cuenta racionalmente, ignorarlo o entrar en reclamaciones de porqué nadie nos avisó. Una situación como la que vivimos no se arregla con optimismo, ni tan siquiera echándole la culpa a alguien.
Durante los últimos años hemos vivido una situación en donde los retos que se nos han planteado han sido decidir la marca del televisor Tft que íbamos a comprar, la fecha del viaje a Euro Disney, o a cuanto precio podíamos vender nuestra casa, y el precio de la nueva.
Recuerdo uno de esos realyties que ponen en la tele, al que invitan a un personaje famoso, y 100 ciudadanos hacen sus preguntas. Recuerdo que se levantó una persona, mucho más joven que yo, y preguntó que a ver qué pasaba, por qué él... ¡NO podía comprarse una casa!
Recuerdo mis años de esfuerzo, trabajar más allá de lo que mi jefe me pedía, los sábados, las clases particulares, el bocata de calamares (era lo más barato que quitaba el hambre), las noches de no poder dormir, porque no llegaba a final de mes.
Hace ya demasiado tiempo que nuestros jóvenes, al buscar trabajo, le dan demasiada importancia al horario y al salario, olvidándose de preguntar qué van a aprender y de qué les va a servir trabajar. Hemos cambiado la meta; ahora ya no es llegar sino salir, estar, sin necesidad de merecerlo, y nuestras sociedades se han apalancado en la comodidad, en la seguridad, en que el esfuerzo no es necesario si no es recompensado inmediatamente.
En nuestra sociedad de consumo, las personas tenemos claramente diferenciadas dos facetas en nuestra vida: cuando gastamos, y cuando ganamos dinero.
Si alguien no está de acuerdo en esta de declaración, probablemente deberíamos hablar a otro nivel, empezar por la teoría y de algo que hoy NO es nuestra realidad: la sociedad de consumo.
Las dos cosas son igualmente necesarias... y dependientes. No me voy a poder gastar el dinero que cuesta una televisión Tft hasta que no haya ganado suficiente dinero como para pagarla. No me voy a poder llevar a Euro Disney a los niños hasta que no ahorre suficiente dinero como para pagarlo. No me voy a meter en una hipoteca de más del 30% del dinero que entra en mi casa al final de mes.
También es verdad que alguien nos lo puso fácil. No te preocupes, que yo te dejo dinero para que te compres la Tft y te lleves a tus pobres niños a Euro Disney, ¡ah!, y por cierto, aquella maravillosa casa que te gustaría, si te la quieres comprar, yo te dejo el dinero y ya me lo devolverás, cuando puedas, no te preocupes, no te preocupes, no te preocupes,... y ¡zas!
Pero no, la culpa tampoco es suya. ¿De verdad nos creímos que esto no era un cuento?
Damos demasiadas cosas por naturales. Las empresas funcionan porque los empresarios deciden arriesgar su dinero, pero también porque son capaces de sumar más que los sumandos, porque el entusiasmo que generan, la profesionalidad que suman, es capaz de generar valor donde antes no lo había.
Ese valor es el que permite ganar dinero, es el que permite gastarlo. El esfuerzo de todos y cada uno de nosotros para que nuestras empresas nos puedan pagar más, gracias a nuestra APTitud (hay que aprender siempre, sin perder un minuto) y a nuestra ACTitud (hay que esforzarse, ser positivo, echarle ganas), delante de cualquier reto que nos ponga nuestro trabajo.
De esta manera volveremos a estar en la carrera, los buenos llegarán más lejos y enseñarán a los demás a llegar más rápido. Algunos conseguirán más cosas, conseguirán ser envidiados, pero no como especuladores, ni como tiburones, sino como gente capaz, gente con mérito.
La lastima es que estamos demasiado acomodados para una revolución.
La lástima es que nuestros hijos están jugando a la play.
La lástima es que nuestros gobernantes se olvidaron de la política, hace mucho tiempo, cuando entraron en el partido.
La lástima es que nos olvidamos de esforzarnos.
Movamos el trasero: claro que podemos, es cosa de cada uno de nosotros.
Empujemos a nuestros jóvenes, ellos también pueden cambiar el mundo.
Enseñemos a nuestros hijos, ahora que vamos a tener tiempo,... o solamente con el ejemplo.
Busquemos líderes, ánimo para ellos, no hace falta tener pedigree, solamente aptitud (capacidad) y actitud (entusiasmo y ganas).
Pedro Puig (2/11/08)
Durante los últimos años hemos vivido una situación en donde los retos que se nos han planteado han sido decidir la marca del televisor Tft que íbamos a comprar, la fecha del viaje a Euro Disney, o a cuanto precio podíamos vender nuestra casa, y el precio de la nueva.
Recuerdo uno de esos realyties que ponen en la tele, al que invitan a un personaje famoso, y 100 ciudadanos hacen sus preguntas. Recuerdo que se levantó una persona, mucho más joven que yo, y preguntó que a ver qué pasaba, por qué él... ¡NO podía comprarse una casa!
Recuerdo mis años de esfuerzo, trabajar más allá de lo que mi jefe me pedía, los sábados, las clases particulares, el bocata de calamares (era lo más barato que quitaba el hambre), las noches de no poder dormir, porque no llegaba a final de mes.
Hace ya demasiado tiempo que nuestros jóvenes, al buscar trabajo, le dan demasiada importancia al horario y al salario, olvidándose de preguntar qué van a aprender y de qué les va a servir trabajar. Hemos cambiado la meta; ahora ya no es llegar sino salir, estar, sin necesidad de merecerlo, y nuestras sociedades se han apalancado en la comodidad, en la seguridad, en que el esfuerzo no es necesario si no es recompensado inmediatamente.
En nuestra sociedad de consumo, las personas tenemos claramente diferenciadas dos facetas en nuestra vida: cuando gastamos, y cuando ganamos dinero.
Si alguien no está de acuerdo en esta de declaración, probablemente deberíamos hablar a otro nivel, empezar por la teoría y de algo que hoy NO es nuestra realidad: la sociedad de consumo.
Las dos cosas son igualmente necesarias... y dependientes. No me voy a poder gastar el dinero que cuesta una televisión Tft hasta que no haya ganado suficiente dinero como para pagarla. No me voy a poder llevar a Euro Disney a los niños hasta que no ahorre suficiente dinero como para pagarlo. No me voy a meter en una hipoteca de más del 30% del dinero que entra en mi casa al final de mes.
También es verdad que alguien nos lo puso fácil. No te preocupes, que yo te dejo dinero para que te compres la Tft y te lleves a tus pobres niños a Euro Disney, ¡ah!, y por cierto, aquella maravillosa casa que te gustaría, si te la quieres comprar, yo te dejo el dinero y ya me lo devolverás, cuando puedas, no te preocupes, no te preocupes, no te preocupes,... y ¡zas!
Pero no, la culpa tampoco es suya. ¿De verdad nos creímos que esto no era un cuento?
Damos demasiadas cosas por naturales. Las empresas funcionan porque los empresarios deciden arriesgar su dinero, pero también porque son capaces de sumar más que los sumandos, porque el entusiasmo que generan, la profesionalidad que suman, es capaz de generar valor donde antes no lo había.
Ese valor es el que permite ganar dinero, es el que permite gastarlo. El esfuerzo de todos y cada uno de nosotros para que nuestras empresas nos puedan pagar más, gracias a nuestra APTitud (hay que aprender siempre, sin perder un minuto) y a nuestra ACTitud (hay que esforzarse, ser positivo, echarle ganas), delante de cualquier reto que nos ponga nuestro trabajo.
De esta manera volveremos a estar en la carrera, los buenos llegarán más lejos y enseñarán a los demás a llegar más rápido. Algunos conseguirán más cosas, conseguirán ser envidiados, pero no como especuladores, ni como tiburones, sino como gente capaz, gente con mérito.
La lastima es que estamos demasiado acomodados para una revolución.
La lástima es que nuestros hijos están jugando a la play.
La lástima es que nuestros gobernantes se olvidaron de la política, hace mucho tiempo, cuando entraron en el partido.
La lástima es que nos olvidamos de esforzarnos.
Movamos el trasero: claro que podemos, es cosa de cada uno de nosotros.
Empujemos a nuestros jóvenes, ellos también pueden cambiar el mundo.
Enseñemos a nuestros hijos, ahora que vamos a tener tiempo,... o solamente con el ejemplo.
Busquemos líderes, ánimo para ellos, no hace falta tener pedigree, solamente aptitud (capacidad) y actitud (entusiasmo y ganas).
Pedro Puig (2/11/08)
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