sábado, 1 de octubre de 2016

Estrategia

Estrategia

Un líder político es alguien a quien otros políticos escogen en función, sobre todo, de la cualidad del líder de adelantarse al ..."que pasara si...". Los líderes escogidos por los movimientos asamblearios o por militantes pueden tener o no esta última cualidad, y tener solamente la del ardor guerrero con el que defienden algunas ideas simples.

Tenemos una España dominada por dos partidos políticos, que alternan la acción de gobierno y de corrupción. El propio juego político hace que los dos partidos políticos se detesten, desprecien o ridiculicen las acciones del otro partido. Otros dos partidos surgen para sustituir a los primeros debido, sobre todo,  a la corrupción instalada por los muchos años de poder de los primeros. Llamamos a esto el final del bipartidismo.

El PSOE escoge a un candidato en primarias. Este candidato en lugar de separarse lo más posible de su antagonista, se alía con ellos allá en donde puede, habla de ellos como si fuera posible un "gobierno progresista" común. Esto satisface a las bases, pero no tiene en cuenta el objetivo a largo plazo: ganar las elecciones, si es posible, con mayoría absoluta.

Los electores, cada vez más cabreados con los dos partidos originales votan al tercero y cuarto, convencidos que son iguales pero sin historias de corrupción y con líderes nuevos.

Si el PSOE quería ganar a su rival hubiera tenido en cuenta que después de n votaciones, el resultado es que seguiría gobernando el PP. Este es el único escenario al que hubiera conducido el "no es no". El "si es no" surgido de una negociación con el PP hubiera permitido elegir el momento de decir "no es no".

No aliarse con los rivales hubiera impedido que estos ganaran votos, y perderlos junto con el cargo de secretario general.

Se ha equivocado, no era bueno.