Mi prima Ana María me dijo una vez que era imposible hacer que todo el mundo te quisiera. Hagas lo que hagas alguien pensará que eres un sinvergüenza y otros lo contrario. Después de entender esto ya no quedaba otra: nada que hacer para que parezca, solamente hacer lo que tu educación te dicte para ser lo que eres.
Lo más grande que me he encontrado en esta vida es su relatividad. La imposibilidad de, a pesar de la intención, causar daño incluso a tus amigos. Cuando notas en carne propia la diferencia entre las culturas, entre los puntos de vista, se aprende a encontrar una ventaja en el desacuerdo, a entender porqué el otro dice lo que dice.
A veces uno se siente algo pedante por la ventaja que supone entender la relatividad, sobre todo cuando alguien te habla desde su verdad, que él piensa que es la única verdad en el mundo.
La vida es rica si uno recolecta sus experiencias. También lo es si son muchas. Y se disfruta si, como en la película “Cinema Paraíso”, haces caso a la frase: “Hagas lo que hagas, ¡ámalo!”.
Luego viene lo más difícil: cuando necesitas que alguien, desde su diferencia, haga algo que tú necesitas que haga, normalmente en el ámbito profesional. Me decía un amigo que “…las personas no cambian porque se las agite, se aturden y se bloquean”, yo añado que, aunque sea difícil, a veces se puede agitar a las personas para producir entusiasmo y resultados por encima de sus posibilidades, cualidad solamente en manos de algunos líderes y en algunos momentos determinados. La gente, el escenario todo, es tozudo, muy tozudo y le cuesta cambiar y entenderte, le cuesta seguir los caminos que tu marcas. Tal vez la respuesta en el caso personal y en el caso profesional sea parecida: nada que hacer para que parezca, solamente hacer lo que tu educación te dicte para ser lo que eres.
Los resultados lo miden a uno, lo ponen en su sitio. Y resulta que los resultados también son relativos. Alguien puede entender que has tenido éxito y alguien lo contrario, pero qué mas da, ¿qué es el éxito?
Como decía un motivador (un tal Duró) del que he visto una charla no hace mucho, el éxito depende de la edad:
Cuando eres pequeño, el éxito es no hacerse pis en los pantalones. Cuando creces, tener amigos. De adolescente tener relaciones sexuales.
Cuando eres mayor, el éxito es tener relaciones sexuales, más mayor, tener amigos y más mayor,… no hacerse pis en los pantalones.
La broma de la vida, es que nada es muy importante, solo tu familia. El truco es buscar el éxito entre las grietas de lo que necesariamente has de hacer. Lo demás importa poco,… igual nos vamos a morir.