Abres la puerta y te da la sensación que la alegría es máxima, casi la última posible o la original y desmedida como si te hubieras olvidado de él para siempre, como si tú fueras lo único que le importara en el mundo.
Imagínate que te sucede algo que afecta a tus cimientos, tu amigo del alma o tu mujer te traicionan, duele, debe doler. Inocente es aquel que no ha terminado sus días sin sufrir, el dolor es una parte de nuestra existencia, algo que curte y forma nuestras reacciones, o nuestros sentimientos. El dolor nos hace más sutiles, más desconfiados y más personas, esa realidad más compleja que un conjunto de cosas.
A veces el dolor se convierte en insufrible. La vida es como un circo de tres pistas que impide que te centres en algo y así se puede inmiscuir alterando el desarrollo de la escena o disimulando la cabriola del elefante que parecía tan calmado la ultima vez que lo miraste. Entonces recurres a cualquier cosa, simple disfraz, sucedáneo de la realidad, del bolso bueno que es su olor y que puede contener mucho más que la falsificación. Lo peor de todo es que no puedes distinguir uno de otro, la inmensa alegría de Pipo o el dolor absoluto que lleva asociada la vida misma.
sábado, 15 de abril de 2017
viernes, 14 de abril de 2017
Memoria
Lo tenía en la cabeza pero no era capaz de
recordarlo. Su cabeza estaba concentrada en intentar arreglar lo que había
hecho pero solamente conseguía que las agujas del reloj parecieran ralentizar
el paso del tiempo entremedio de sus esfuerzos. Solo recordaba una parte de la
solución que había encontrado: "paren el mundo que yo me bajo", pero
también los esfuerzos infructuosos que había hecho para encontrar al
maquinista.
Solamente es posible entender el mundo si se
tienen en cuenta una cantidad enorme de pequeños detalles, todos ellos privados
o íntimos: las emociones y los sentimientos,
generados a partir de otra cantidad mucho más elevada de hechos
compartidos y, esta vez, públicos, gobernados por las formas y los
convencionalismos: los estímulos. Incluso estímulos como la soledad y la
lejanía, en principio negativos, pueden generar las emociones más positivas de
un ser humano.
Uno mismo apenas puede entenderse analizando
y estudiando ese pequeño conjunto de emociones. Una misma persona puede generar
sentimientos y emociones diferentes a un mismo estímulo.
No era capaz de comparar otras vidas, si
había sido afortunado o al revés, si por alguna extraña razón, la vida le había
castigado. Sin embargo lo que le había pasado reducía el futuro a un instante,
casi su ausencia y la posibilidad de corregir el balance de historia y futuro
ya no existía, aunque dormir siempre ayuda.
Definitivamente el vinculo entre él y el
mundo se había roto. Y no era debido a un hecho concreto sino a una sucesión de
hechos parecidos, en donde su mal carácter y agresividad habían dejado de ser
útiles para nada. Antaño era capaz de manejarlos, tanto las airadas salidas de
tono como sus consecuencias, pero ahora habían caído fuera de control.
Por momentos volvía a recordar lo que tenía
que hacer y se le olvidaba, no debía ser muy importante. Intentaba pensar en lo
que necesariamente tenía que hacer, seguro que faltaba algo. ¿Podría
hacerlo? Era necesario averiguar si
alguien se vería afectado si él no cumplía.
¡Espera! ¿Como era? ¡Ya recuerdo! ¡Bórrenme
de esto!!
jueves, 13 de abril de 2017
La tierra prometida
Un político holandés que acaba de perder las
elecciones lo tiene claro. Donald Trump
lo tiene claro. Marine Le Pen lo tiene claro. El 37% de los ingleses lo tienen
claro; sus votantes también: Echar a los
árabes y cerrar las fronteras. Nosotros, los de nuestra tribu resolveremos los
problemas, ¡ya está bien que vengan a robarnos! Expresión demasiado parecida
para mi gusto de aquella versión que decía rubios, y ojos azules, de raza aria.
El mundo occidental: Europa y Estados
Unidos, no nos hemos ocupado y hemos generado una "tierra prometida"
en la que la diferente altura de los vasos comunicantes actúa como acelerador
para que otros que tienen mucho menos, sus países no están en la tierra prometida,
intenten venir como sea. Algunos dejan a sus hijos y sus familias, otros
incluso arriesgan sus vidas para atravesar el Mediterráneo, ninguno olvida sus
orígenes pero todos buscan algo mejor.
No sé lo que les hemos hecho a algunos, no
sé si les hemos hecho algo y no sé siquiera quien son, a pesar de que los hemos
bautizado para saber quien es el enemigo. Aborrecen lo que hemos conseguido,
nos matan y mueren después, generando munición para los diferentes Trump que
ahora mandan en la tierra.
En 60 años, toda mi vida, la civilización
occidental ha destruido los tópicos, prejuicios generados quien sabe cuando, y
ha basado su progreso en la igualdad. Ahora incluso el presidente de Europa
retoma los tópicos y acusa a algunos de "mujeriegos y gastones" dando
pie a que en nuestra casa podamos tachar de ladrones a rumanos y árabes, asumiendo que vienen solamente para robar, y
que todos los problemas se resuelven echándolos.
El mundo se ha olvidado de donde viene y
adonde llevan los prejuicios: al no entendimiento y la guerra. La mayor parte
de nosotros no hacemos nada, ni siquiera votamos, ya es hora de levantar la
voz. El mundo está convulso.
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