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domingo, 14 de agosto de 2016

No cuenten conmigo

Las dos veces he dicho lo mismo: que gobierne el PP pero que no lo haga sólo. Entre otras razones porque el PP llena la escena de demasiados  "por mi bien" o "es lo único que se puede hacer" y acaba haciendo lo que le da la gana, como no reformar lo que no funciona, intentar explicarme cómo debo vivir, o recortar servicios en lugar de hacerlos más baratos y, sobre todo, dejando lo publico sembrado de corrupción, como si lo público fuera tan suyo como su solución. También creo es el menos malo, aunque no sé si había otra forma de sacarnos del pozo en                                                              estábamos.

Entre varios tienen que reformar cosas importantes: la ley electoral, las autonomías, el Senado, el crecimiento sostenible,... Lo dije en diciembre y lo he vuelto a decir en junio, ya no lo volveré a decir más, si no se ponen de acuerdo, hagan lo que quieran que yo me desentiendo de votar, ... y de pagar impuestos, y de trabajar para hacer más grande mi país. Estamos detrás de Hungría en el medallero en los JJOO, también me quito de sentirme orgulloso de Rafa Nadal, ¡que se vaya a vivir a Montecarlo!

Ya no confío en que las cosas cambien cuando le doy mayoría absoluta a algún partido y parece ser que tampoco si no lo hago. Necesito líderes y políticos, no gobernantes. Gente que me diga cómo van a vivir mis hijos y me ilusione.

Yo ya he votado lo mismo, ¡dos veces! Desde luego, que no cuenten conmigo para votar otra vez. Ojalá que mi NO voto se entienda a la forma de Aznar: ¡váyanse señores!

miércoles, 29 de junio de 2016

Por si no quedó claro hace seis meses


SÍ, quiero que vuelva a gobernar el PP (por eso le he dado más votos que a nadie), aunque NO, no quiero que siga haciéndolo como hasta ahora (por eso no le he dado suficientes votos). NO, no quiero que gobierne el PSOE (por eso le he dado menos votos que nunca, otra  vez, y mucho menos si se alía con Podemos).

CIUDADANOS es limpia porque es nueva y tiene ideas nuevas porque es muy joven (por eso le he dado sólo el cuarto puesto). En lo único que he cambiado es que algunos votos que les di en Diciembre se los he devuelto al PP para facilitar que se pongan de acuerdo. 

Sigo muy cabreado con el sistema: con la corrupción, con la alternancia, con el inmovilismo, contra la intolerancia que genera el sistema cuando le doy suficientes votos a algún partido, aunque ahora mi nivel de cabreo ya ha llegado al límite (por eso he votado a PODEMOS como tercera fuerza, pero con menos votos que en Diciembre).

El CAMBIO que he votado es que el PP NO lo siga haciendo igual, a saber: porque es lo único, porque es por mi bien, porque impone sus puntos de vista,…; que la alternativa no es buena automáticamente, como hasta ahora. No quiero un gobierno progresista  como dicen ¿qué es esto? Ni de izquierdas ¿qué es esto? Lo que quiero es un CAMBIO para hacer muchas cosas que solamente se pueden hacer entre varios: quitar el Senado, reformar la ley electoral, mejorar la reforma laboral, la justicia, garantizar las pensiones, mejorar nuestra Constitución…

Ningún votante ha entendido que las tres fuerzas no se pusieran de acuerdo por el cambio, si ahora no lo hacen, sus líderes jamás podrán volver a hacer nada. Si no se ponen de acuerdo ahora tampoco, ¡que cambien a las personas!

¡Ah! Y si me vuelven a preguntar, seguiré respondiendo lo mismo pero, probablemente, ni conteste.

lunes, 9 de mayo de 2016

Di varios

Yo era muy joven, apenas empezaba a trabajar. Recuerdo una comida con mi jefe de entonces. Me había hecho una pregunta y le dije que tenía tres cosas que decirle. Estaba seguro de lo que iba a decirle, era joven y en cualquiera de las cosas que hacía intentaba demostrar seguridad y confianza. Tenía la sensación de que la comida era muy importante en mi vida, era mi jefe, mayor razón para demostrar seguridad en mi mismo.

Mi jefe no me felicitó por las cosas que le dije, las escuchó atentamente, pero no pareció impresionado por mi seguridad, ni las puso en duda, ni me dio las gracias por mis elaboradas opiniones. 

Con aire cansino, se limitó a decirme algo que me sorprendió y que no entendí en aquel momento.
-   Nunca digas tres, di varias, de esta forma, siempre podrás añadir alguna más.
Por supuesto le repliqué que si decía tres es porque había tres cosas y no cuatro, intentaba demostrar seguridad. 

La comida bajó mi respeto por aquel jefe, reforzó mis opiniones ya que él no las contradijo y pensé que había aprovechado la oportunidad que me brindó aquella comida. Su frase casi pasó inadvertida para mi.

El paso del tiempo me ha recordado aquella comida muchas veces, si fue una oportunidad no la aproveché. Ahora sé que muchas veces las formas son más importantes que el fondo, que es más valiosa la prudencia que la seguridad, y he descubierto que las cosas cambian con una velocidad pasmosa. Aquella frase ha pasado a ser importante.

Ahora ya sé que, por mucho que estén seguros, que no se puede decir en clave política, ¡No se puede hacer otra cosa que lo que estoy haciendo!, o ¡Jamás pactaré con el Partido Popular! Quien dice cualquiera de esas dos cosas no demuestra la capacidad suficiente para gobernar. Además, es posible que los dos estén condenados por el electorado, su jefe, a pactar y a hacer las cosas de forma diferente a como las han estado haciendo.

¡Mejor dijeran varios en lugar de demostrar lo seguros que están!

jueves, 21 de abril de 2016

¿Os dais cuenta?

Mi opinión es que debemos cambiar las caras de nuestros políticos, y muchas cosas del sistema actual. Por ejemplo lo que hace que, para que algo avance, debemos darle mayoría absoluta a alguien. Esto solo sirve para explicar los vaivenes en sentidos opuestos, para explicar la corrupción,… Necesitamos políticos nuevos.

Como hipótesis, supongo que los votantes dirán lo mismo que el 20 de diciembre. Es lo que dicen las encuestas que reflejan lo que la gente cree que ha de pasar, no lo que van a votar.

Imaginemos que seguimos pensando que el PP debe participar en gobernar pero que no puede seguir gobernando como hasta ahora. Esto quiere decir que no podemos darle la mayoría absoluta. Pero si le damos un escaño menos de los que necesita le dirá su Majestad: 
- Señor, lo mejor es que hable con Pedro Sánchez, que yo no conseguiré de nadie el escaño que me hace falta.   
- Pero Mariano, ¿no crees que puedes convencer a alguien y darle algo?
- Señor, esto es imposible, he hecho, y seguiré haciendo, lo único que se puede hacer, España no tiene ninguna otra opción. Por eso hemos ganado las elecciones, su Majestad.
- Entonces, ¿porqué no puedes hablar con nadie?
(A más votos le demos, con más fuerza usará su argumento.)

El PSOE no puede gobernar, por eso le seguiremos dando menos votos que nunca y cuando Pedro Sánchez hable con su Majestad:
- Pedro, no sé si sabrás que Mariano me ha dicho que hable contigo, ¿crees que puedes llegar a acuerdos?
- Majestad, los españoles han votado un gobierno de cambio, pero realmente me han votado a mi, no al Sr. Rajoy. Muy difícil será si no consigo que Pablo me apoye, es mi colega, y odia al Sr. Rajoy lo mismo que yo. Será fácil convencer a esos novatos de Ciudadanos.
- Majestad si Ud. me lo encarga le aseguro que tendremos gobierno enseguida, creo que me vendrá bien vivir en La Moncloa.

A PODEMOS le podemos seguir dando nuestro voto de cabreo, nuestro aviso a los políticos de verdad, de que están jugando con fuego, para ver si entienden de una vez que cuando les decimos que pacten es para que lo hagan, cuando les decimos que metan en la cárcel a los corruptos, lo que queremos decir es que no usen la política para robar y, si lo hacen, que devuelvan lo que han robado si se les pilla. Si no nos hacen caso los cambiaremos por otros.

Algunos de los detalles que hemos visto reclaman que hagamos un voto útil:
- Es muy fácil disfrazarse de Spiderman y grabar un vídeo contra los deshaucios.
- Es difícil entender que cuando eres alcaldesa, tus opiniones no le interesan a nadie, y no debes de tenerlas, debes defender la opinión de TODOS los votantes.
- Es muy fácil entrar en una capilla católica pública y quitarse la camisa (no he conseguido averiguar si también se quitó el sujetador)
- Es muy difícil eludir las responsabilidades por hacerlo.
Es muy fácil llevar a tu bebé al Congreso.
- Es muy difícil explicarle a todas las madres, que cobran menos que los hombres, que ellas no pueden llevar sus bebes al trabajo.
- Es muy fácil darle un beso en la boca a otro tío.
- No es nada baladí pronunciarse si se puede o no llevar burka por la calle.
- Es muy fácil cambiarle de nombre a la plaza de Juan Carlos I.
- Es muy difícil saber cómo evitar que unos colegas titiriteros te engañen.
- Es muy fácil decir que decidan ellos
- Es más difícil darse cuenta que ellos no son el 48% de la población.
-               

¿Os dais cuenta que para votar lo mismo no podemos escoger la misma papeleta? Creo que lo único que podemos hacer para seguir diciendo lo mismo es votar a políticos, aunque no nos gusten, los del PP al PP, los del PSOE al PSOE y el resto, a nuevos políticos, y estos no están en PODEMOS.

(Siento descalificar a nadie, pero yo no solo estoy harto de los políticos, sino también de los que se creen que no llevar corbata, olvidarse de las formas, les da derecho a tener una opinión más autorizada que la mía).

martes, 8 de marzo de 2016

Diputados y diputadas


Decir "ciudadanos y ciudadanas" es incorrecto. "Ciudadanos" incluye ambos géneros. 
Decir "diputados y diputadas" es incorrecto. "Diputados" incluye los dos géneros (todos).

(Ver nota de la Real academia de la lengua, al final)

George Bush hijo hizo una contribución extraordinaria a la incultura planetaria poniendo en duda oficialmente a Charles Darwin y su teoría de la evolución.

Será que fomentar la incultura es moderno, o es lo que propone Podemos.  
¡O es que también quiere la vicepresidencia de la Real Academia!
¡Creo que ya no pueden ser, ni siquiera, el voto del cabreo!

Los ciudadanos y las ciudadanas, los niños y las niñas

Este tipo de desdoblamientos son artificiosos e innecesarios desde el punto de vista lingüístico. En los sustantivos que designan seres animados existe la posibilidad del uso genérico del masculino para designar la clase, es decir, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: Todos los ciudadanos mayores de edad tienen derecho a voto.

La mención explícita del femenino solo se justifica cuando la oposición de sexos es relevante en el contexto: El desarrollo evolutivo es similar en los niños y las niñas de esa edad. La actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda en razones extralingüísticas. Por tanto, deben evitarse estas repeticiones, que generan dificultades sintácticas y de concordancia, y complican innecesariamente la redacción y lectura de los textos.

El uso genérico del masculino se basa en su condición de término no marcado en la oposición masculino/femenino. Por ello, es incorrecto emplear el femenino para aludir conjuntamente a ambos sexos, con independencia del número de individuos de cada sexo que formen parte del conjunto. Así, los alumnos es la única forma correcta de referirse a un grupo.

Real academia de la lengua española.

jueves, 3 de marzo de 2016

Aunque ya lo sepan

Pues no, al PP no le ha servido de nada que no le diera suficientes votos para que no siguieran gobernando como lo estaban haciendo. Por lo visto, lo único que saben hacer es lo que hacían, y está claro que, aunque ellos no quieran reconocerlo, como votante no me gusta. Da la sensación que  están en la posesión de una verdad que no he sido capaz de entender. El "pasa palabra"del presidente, que entendí como estratégico, no lo era.

Recuerden, aunque les haya dado suficientes votos para ganar, he ido con mucho cuidado para que no sigan gobernando solos.

Y, curiosamente el PSOE, al que le di menos votos que nunca, ha hecho el primer ejercicio de responsabilidad de acuerdo con lo que voté, y se ha ganado de nuevo un poco del respeto que había perdido. Ya por fin han entendido que no es derogar, sino mejorar. Su contestación positiva al rey, que al principio solo entendí como ansia de poder, no fue así.

Parece que esa urgencia por asaltar el poder, esa falta de formas que a algunos pueden parecer simpáticas a primera vista, solamente reflejan esto: ausencia de capacidad. Las formas también son importantes. Espero que si me vuelven a preguntar, mi cabreo ya no sea un buen argumento para votar a PODEMOS. Ellos solamente han demostrado que están a la altura mediática. Ya he demostrado mi cabreo, ahora tendré que votar algo útil.

Y qué decir de esos jóvenes sin experiencia que voté en cuarto lugar. Pues sí, no tuvieron la suficiente experiencia para luchar contra esta afirmación, pero han demostrado que la tienen y que son capaces, que son responsables y que pueden hacer mucho por España. Ojalá que entre todos le demos a CIUDADANOS la capacidad de "hacer" que les negamos antes.

Si dios no lo remedia y me vuelven a preguntar, tendré en cuenta estos cambios, creo. Sin embargo tal vez no haga falta porque se trata de una cuestión de caras y no de partidos. Tal vez algunos deberían dar un paso atrás, quitar su cara de crispación o de inacción (Hernando, o Rajoy, por ejemplo) .
¿Cómo vamos a hacer presidente a Pedro Sánchez?, se preguntan, y no se dan cuenta de que eso es mucho menos malo que hacer vice presidente a Pablo Iglesias.

Aunque no lo entendieran entonces, tienen que hablar, como ya dije en las pasadas elecciones.

domingo, 7 de febrero de 2016

Por si les interesa

SÍ, quiero que vuelva a gobernar el PP (por eso le he dado más votos que a nadie), aunque NO, no quiero que siga haciéndolo como hasta ahora (por eso no le he dado suficientes votos). NO, no quiero que gobierne el PSOE (por eso le he dado menos votos que nunca).
CIUDADANOS es limpia porque es nueva y tiene ideas nuevas porque es joven (por eso le he dado sólo el cuarto puesto). Además, su líder es catalán e intentará resolver el problema, no enterrarlo. Estoy muy cabreado con el sistema: con la corrupción, con la alternancia, con el inmovilismo, contra la intolerancia que genera el sistema cuando le doy suficientes votos a algún partido, (por eso he votado a PODEMOS como tercera fuerza).

El CAMBIO que he votado es que el PP NO lo siga haciendo igual, a saber: porque es lo único, porque es por mi bien, porque impone sus puntos de vista,…; que la alternativa no es buena automáticamente, como hasta ahora. El cambio NO es un gobierno progresista ¿qué es esto? Ni de izquierdas ¿qué es esto? El CAMBIO es hacer muchas cosas que solamente se pueden hacer entre varios: quitar el Senado, reformar la ley electoral, mejorar la reforma laboral, la justicia, garantizar las pensiones, mejorar nuestra Constitución…

Ningún votante entendería que las tres fuerzas no se pusieran de acuerdo por el cambio.
Si no se ponen de acuerdo, ¡que cambien a las personas y vuelvan a hablar!

Los de PODEMOS no llevan corbata, pero son muy listos y, si los que defienden el sistema no se ponen de acuerdo, ellos lo desmontarán piedra por piedra y montaran uno nuevo, como ya hicimos hace 40 años.

Ningún votante entendería que nadie se pusiera de acuerdo con ellos, “… no lo veo…”, como decía alguien, por eso quieren la exclusiva, y participar para garantizar el control, es ahora o nunca.


¡Ah! Y si me vuelven a preguntar, seguiré respondiendo lo mismo, cada vez un poco mas cabreado.

Paquito Pérez Alcalá, DNI 43.526.979Z

martes, 1 de junio de 2010

Elecciones



El domingo ha amanecido con sol, un poco diferente de toda la semana que ha estado lloviendo, con un tiempo desapacible que provocaba sueño.

La verdad es que el día de hoy empezó ayer. Me fui a cenar pero había ley seca y entiendo que esto vació los restaurantes, como si la gente no pudiera comer sin algo de líquido con alcohol, o una simple cerveza que llevarse al gaznate. Supongo que por eso también hoy ha amanecido diferente, soleado.

Es curioso pero saliendo a la calle desde el hotel, además del cambio climático que se ha producido, mi olfato, sentido difícil de aplacar con cualquier tipo de ley, se acuerda de un olor característico que mi mente identifica con el puerto de San Sebastián: olor a sardinas a la brasa.

En la calle han desaparecido los coches para dar lugar a una muchedumbre, o debería decir dos, porque mientras una pasea, la otra hace una ordenada y resignada cola para ir a votar en Bogotá.

El ambiente es festivo y en la terraza en donde me siento a desayunar, a la vista de la gente, armado con un libro que leer, es domingo, hay un grupo de gente con camisetas verde. Entonces recuerdo que ayer, otra vez ayer, leí en el periódico algunas instrucciones para ir a votar en las que se contestaba sin ambiguedades a una pregunta, ¿Puedo ir con una camiseta en donde figure mi candidato preferido? Recuerdo que me sorprendió al leerlo, NO claro..

Exagerando, no debería ser posible acudir a votar con cara de tonto enterado, porque seguro que me identificaban, ni de azul turquesa o rosa, porque en seguida sabrían a quien voto. Y claro, este grupo de verde es claro a quien votaban, a un matemático a quien nadie entiende y que pertenece al partido verde, pero que ha cometido el error de no decir que odiaba profundamente al enemigo de Colombia, que hoy en día es Chaves.

Oí, también ayer, hablar al actual presidente, alguien nada exaltado, bien preparado, con el verbo fluido, dando información a diestro y siniestro sin leer un papel. Según conversaciones es quien ha permitido que un extranjero como yo haya venido a este país a hacer negocios, y no a que me secuestren, única cosa a la que un extranjero podía venir aquí hace 8 años.

El helicóptero de la policía sobrevuela bajo a la muchedumbre, pero parece casi como ruido de fuegos artificiales, no parece que esté controlando nada, solo verificando que las sardinas a la brasa estén en posición.

Están votando en Bogotá.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Política: Dos, Doscientos, Dos mil

Dos personas pueden cubrir sus necesidades básicas fácilmente. Entiendo por necesidades básicas las que permiten obtener comida y eliminar los residuos que producen. En la filmografía americana podemos encontrar innumerables ejemplos de náufragos o escenarios idílicos en donde esto es posible.

En los años sesenta, hastiados de lo que se estaba creando: la sociedad de consumo, surgieron las comunas de los hippies. Intentaban contraponer el orden establecido en nuestra civilización, demostrando que era posible que doscientos seres humanos vivieran como dos, para conseguir un ideal de libertad.

Un buen intento, pero algo muy básico no funcionó, o más bien, funcionó como debía. Quedaba bien ser identificado como un antisistema y juntarse con otros parecidos de parecidas ideas. La demostración de que no funcionó es obvia: hoy no existe.

Cuando las dos personas pasan a ser doscientas, es necesario que, para mantener las relaciones que justifican la creación del grupo, se resuelvan las pequeñas cosas del día a día, la intendencia.

La naturaleza única de las cosas cambia solo por el tamaño, es decir, el mismo problema que es para dos comer y eliminar sus residuos, pasa a ser otro problema muy diferente cuando de dos, pasan a dos mil, no porque el problema cambie, solamente por porque lo hace su tamaño.

La solución a este segundo problema exige que surjan en el grupo, personas “capaces” que puedan resolverlo, y esto, obligatoriamente, genera clases: la de aquellos que esperan que se solucione todo, solamente por su decisión de pertenencia al grupo, y la de aquellos que pasan a la acción y resuelven.

Esta situación tiende, irreversiblemente, a que los que trabajan acaben saliendo del grupo porque lo consideran de justicia y los que no, porque a pesar de las expectativas, no son capaces de subsistir.

Si pensamos en la diferencia de tamaño entre dos y doscientos (contar dos euros es un segundo, contar 200 puede ser un minuto), y lo que radicalmente cambia el mismo problema, intentemos imaginar la situación cuando se trate de 2 millones (contar dos millones de euros, moneda a moneda, nos lleva,… 7 días).

Los individuos ‘capaces’ tienen dos virtudes fundamentales que normalmente van de la mano. Lo primero es que son capaces de representar el ideal del grupo, entender y representar los elementos diferenciales. La segunda virtud es que son capaces en el sentido literal, de resolver, de ejecutar o de hacer cualquier cosa que sea necesaria, para el interés del grupo.

En este caso sigue siendo necesaria la existencia de individuos “capaces”. Ya no pueden resolverlo todo por sí mismos, y crean una organización, en donde los no capaces deben aportan su grano de arena para resolver los problemas.

Hablando de organizaciones, a lo largo de la historia de la civilización se pueden encontrar muchos ejemplos de organizaciones diferentes, con cualidades y defectos o con aspectos o conductas positivas y negativas, según el filtro que apliquemos.

Nadie se atrevería a criticar a la civilización Griega (Platón, Aristóteles,...), y sin embargo, desde el punto de vista de nuestra civilización actual, deberíamos de haberlos invadido y reducido a escombros, ¡tenían esclavos!, independientemente de si los consideramos sirvientes; los esclavos no votaban y no tenían nada que ver con el sistema.

No sé si sigo influido por la filmografía nortemericana o es real, pero la sociedad Azteca tenía conocimientos que tardaron cientos de años en ser descubiertos en nuestra civilización. Deberíamos de haberlos invadido y reducido a escombros para que abrazaran la fe: ¡sacrificaban vírgenes en honor a sus dioses!

El mundo musulmán inventó los números, y el cero y la hospitalidad. Deberíamos haberles invadido y reducido a escombros para que abrazaran nuestro sistema de paridad. ¡Consideran a las mujeres como un objeto maltratable!, ¡ocultan sus atributos tras asfixiantes telas, para evitar despertar deseos impuros! Deberíamos haberle quitado un pedazo de sus tierras, y crear una civilización parecida a la nuestra en su interior, como ya hicimos con Israel.

Incluso en nuestra civilización occidental, podemos encontrar desviaciones enfermizas relativamente recientes: ¡El nazismo!, Un sistema democrático permitió establecer a Hitler una dictadura. ¡Hoy día, la mayor democracia del mundo tiene un campo de concentración en Guantánamo!

Uno de los ejemplos más recientes es el de Irak, en donde un dictador impide que su pueblo se mate entre sí, pero es chulo (prepotente), incómodo, y además no nos da petróleo barato. Deberíamos de haberlo invadido y matado al dictador para que puedan volverse a matar entre ellos. Es un hecho consumado.

No se puede criticar ninguna organización humana por su definición o sus fundamentos, ni por sus efectos secundarios, ni por sus desviaciones.

Hasta ahora, solamente he hablado de las dos necesidades básicas. Pero me gustaría reflexionar si es básica o no la necesidad de ir a Euro Disney (valga este absurdo, que sería el mismo que comprar una camiseta a la moda, o una TFT de alta resolución, o un iPhone).

Aunque cualquiera que piense que la sociedad de dos en la playa sea la perfecta, la sociedad (solamente por el número), va creando empresas, carreteras, servicios, sueños y estableciendo como resolver otras necesidades que, aunque parezcan superfluas, acaban siendo tan importantes como las básicas (justicia, educación, ocio,…).

Ante esta situación, real, solo caben dos opciones: rechazar las necesidades superfluas y volver al inicio de este artículo, o asumir el mundo real que muchas organizaciones, la civilización, muchos errores y el trabajo y la ilusión de millones seres humanos han construido, con sus ventajas y sus defectos.

Para que todas esas cosas existan, para que se puedan considerar necesidades básicas (ya sé que es un absurdo), es necesario una organización con una complejidad mayúscula, en el cual los “capaces” no tienen necesariamente que ocupar el poder. En una organización así, la inmensa mayoría de la población queda al margen de cualquier tipo de implicación (porque no quiere o porque se siente incapaz), en ninguna organización común.

La civilización Occidental ya está muy por encima de los 2 millones, hablamos de casi 1.000 millones (siguiendo con el cuento de los euros, nos costaría un mes, 24 horas al día, contar 1.000 millones de monedas de un euro).

Uno de los pilares de cualquier organización es la de elegir a los realmente “capaces”. En nuestra sociedad nos hemos dado un sistema para elegir a las personas que crean y modifican la organización, es una parte de lo que denominamos democracia.

Diferentes personas en diferentes circunstancias crean diferentes organizaciones. La elección de los que ostentan el poder es sustancial para construirlas.

“La democracia es la peor forma de gobierno, excepto todas las otras formas que se han probado de tiempo en tiempo”. Esta frase es de Winston Churchill, en 1947 (por cierto, esta es la cita correcta, no como la usó Kennedy años después: “…el menos malo de los sistemas…”).

Cuando las organizaciones creadas por la democracia no funcionan se le puede echar la culpa original a la democracia:

“Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan Parlamento.” Nelson Mandela 1998.

Hoy en día, en todas las democracias que me vienen a la cabeza (no es algo riguroso, solamente un convencimiento personal basado en mis ejemplos conocidos), otra figura, que no son las personas capaces, ha devenido en árbitro en la designación de los “capaces”: los partidos políticos. Les achaco gran parte del mérito y de la culpa de la situación de deterioro de nuestra civilización.

Sería inocente pensar que los avances sociales actuales hubieran sido posibles sin los partidos políticos. Pero también los creo insuficientes y también los creo exagerados.

Insuficientes porque las situaciones de desigualdad siguen existiendo en todos los ámbitos de nuestra vida.

Exagerados porque han permitido, por parte de la mayoría, establecer un sistema de vida torticero en donde algunas cosas se producen sin ninguna necesidad de esfuerzo para conseguirlas, lo que a su vez, genera una falta del dinamismo que debería permitir establecer ciertas reglas en el mérito, que no tienen que corresponder solamente a “tanto tienes tanto eres”, y que me parecen imprescindibles en cualquier fase de la vida. La propiedad o el control de algo se han convertido en moneda de cambio que los partidos políticos usan habitualmente para su perpetuación.

Los partidos políticos han hecho mediocre la elección de los “capaces”. El poder reside en algo que no necesita demostrar nada, en las siglas, no en los candidatos. Así, ninguna persona que llega a dirigir, puede poner en duda la organización vigente, a la que le debe su elección, ni la forma de elegir a los capaces.

Alguien capaz debería de poner en duda cosas fundamentales, y con la mediocridad imperante de los líderes políticos en el mundo, esto no es posible hoy en día, y con el poder de los partidos políticos, desgraciadamente, tampoco será posible mañana.

Veamos las dos características que debía tener una persona ‘capaz’ en una organización menor. La asunción de pertenencia a un grupo, compartir su definición exige ser diferente de algo. Esta característica es la que llamamos liderazgo.

En mi juventud universitaria con el ambiente revuelto lleno de transición y reivindicaciones, individuos como yo (quiero creer no manipulados) subían a la tarima de una clase y me convencían de que había que hacer esto o lo otro, incluso de que era necesario correr riesgos corriendo delante de ‘los grises’.

Estoy convencido de que existen muchas personas que en diferentes momentos pueden representar este papel, y estoy seguro de que en la clase política no es encuentra ni la mínima parte de ellos.

SI levantamos la vista para tomar perspectiva, su movilización exige alguna injusticia, alguna diferencia a alcanzar con respecto a ‘lo normal’, o una confrontación de dos cosas. En mi opinión, esa es la razón de que este tipo de personas, con esta característica, se vean pocos, en nuestras sociedades, acomodadas y seguras en su propia definición y existencia.
Necesitamos algo parecido a un invento, o no, como el cambio climático, por ejemplo, que pueda ser un negocio, para que existan personas valiosas que busquen metas elevadas o enarbolen este tipo de banderas (Yes, we can?).

La otra característica, la capacidad, se consigue por el conjunto de capacidad personal intelectual, aprendizaje, experiencia y solo tangencialmente por la cultura. Personas capaces en el mundo hay muchas, ya que consiguen resolver los retos parciales que la sociedad crea día a día.

Volviendo a mis partidos políticos, la competencia interna no es el mejor caldo de cultivo (lo digo externamente sin haber participado en ninguna organización de este tipo, aunque sí tratado con personas que sí pertenecen), para obtener personas capaces. La lucha de poder no es siempre algo en lo que triunfen los más capaces sino los más sociables, los más hábiles en las relaciones personales, en suma, no los más capaces.

En cuanto a la formación en liderazgo, considero que tampoco es posible que los partidos políticos engendren a auténticos líderes. Volviendo a mis tiempos de universidad, no me cabe duda de que entonces los que se afiliaban eran los convencidos de que podían aportar algo, los que tenían ideales, los que querían crear, cambiar. Hoy en día, me temo que la afiliación es más bien sinónimo de conseguir un sueldo extra o una diversión que, si no se ofende nadie, es comparable a unas vacaciones en Euro Disney.

Por esto, porque los partidos políticos no son capaces de proponer a la sociedad individuos capaces, creo que la magnitud de los partidos políticos es una rémora para la democracia.

Y podemos trabajar u opinar sobre cosas prácticas, pequeñas modificaciones que mejorarían nuestro sistema sin tener que romperlo, sin que eso suponga rasgarse las vestiduras y acusar a quien lo plantea de anti demócrata.

Imaginemos que exigimos más votos para ser re elegido que para ser elegido; imaginemos que 8 años no es ni un mínimo ni un límite; imaginemos que obligamos a nuestros políticos a ponerse de acuerdo impidiendo que existan mayorías absolutas; separemos de verdad los tres poderes;…

Recuerden que la afirmación de “un hombre un voto”, desapareció en cuanto aplicamos la ley D’Hont, o dejamos que Jeff Bush fuera el arbitro que asignó 27 delegados a su hermano para que fuera el peor presidente de la historia de EEUU,… y encima fue re elegido con el miedo de sus compatriotas.

También entiendo que la tecnología ayudará como lo ha hecho en todos los ámbitos de nuestra vida, haciendo que las elecciones no sean un proceso tan costoso en tiempo y en dinero como lo son hoy en día.