A veces, muy pocas veces, lo notas con algún golpe, algo descascarillado, pero normalmente no necesita casi nada para funcionar. Su sonrisa y su mirada no necesitan baterías adicionales y siempre mira de frente. Sin necesidad de decírselo, hace siempre lo que tiene que hacer. Cuando le pides una opinión siempre obtienes una respuesta, más apasionada a más cerca la plantees de su tribu y de sus creencias. En general, de forma gratuita, te devuelve o una sonrisa o una mirada inquisidora que intenta averiguar el porqué de la pregunta. Cual animal salvaje protegiendo la entrada de su casa te la puedes encontrar, hinchada, aparentando lo que es y lo que no es. Nunca las respuestas o las posturas tienen un doblez, que para eso está el carácter, para eso está ella. A veces un metro sesenta y dos parece enorme, a veces un metro sesenta y dos parece tan concentrado.
Y cuando consigue algún tipo de energía, que para eso tiene paneles captores, siempre buscando, entonces es un derroche de actividad, un derroche de sensatez y de eficacia. Entonces disecciona las preguntas, da las respuestas acertadas y valiosas, más allá de su forma. Si además de energía consigues captar su interés y hacerte como de su tribu, entonces todo entra en resonancia y parece que el mundo es pequeño para quedar inexplorado. Los más grandes retos se convierten en certidumbres propias de un solo paso más en la vida.
Y cuando algo transmite energía negativa y roza a su tribu, entonces el cielo se llena de nubes tormentosas, los relámpagos se convierten en gigantes golpeando nubes y montañas y el mundo sabe que tiene que ir con cuidado, porque algo que tiene la fuerza de cambiarlo a golpes, anda suelto.
Sí, si le dices fuerte dirá que cuidado, que sus pilas solo son de litio. Pero dile a ella, cuídala, riégala un poco, dale energía y podrás disfrutar del espectáculo de la vida en primera fila.
Lo que pasa es que como parece que no necesita pilas a veces se te olvida, con lo fácil que es agarrar la regadora del jardín, o susurrarle cuatro palabras al oído,…, cuidarla. ¡Es tan fácil la vida con ella! !Es un objeto tan valioso! ¡Es tan fácil olvidarse,... porque no parece que sea un objeto tan delicado!.
Y cuando consigue algún tipo de energía, que para eso tiene paneles captores, siempre buscando, entonces es un derroche de actividad, un derroche de sensatez y de eficacia. Entonces disecciona las preguntas, da las respuestas acertadas y valiosas, más allá de su forma. Si además de energía consigues captar su interés y hacerte como de su tribu, entonces todo entra en resonancia y parece que el mundo es pequeño para quedar inexplorado. Los más grandes retos se convierten en certidumbres propias de un solo paso más en la vida.
Y cuando algo transmite energía negativa y roza a su tribu, entonces el cielo se llena de nubes tormentosas, los relámpagos se convierten en gigantes golpeando nubes y montañas y el mundo sabe que tiene que ir con cuidado, porque algo que tiene la fuerza de cambiarlo a golpes, anda suelto.
Sí, si le dices fuerte dirá que cuidado, que sus pilas solo son de litio. Pero dile a ella, cuídala, riégala un poco, dale energía y podrás disfrutar del espectáculo de la vida en primera fila.
Lo que pasa es que como parece que no necesita pilas a veces se te olvida, con lo fácil que es agarrar la regadora del jardín, o susurrarle cuatro palabras al oído,…, cuidarla. ¡Es tan fácil la vida con ella! !Es un objeto tan valioso! ¡Es tan fácil olvidarse,... porque no parece que sea un objeto tan delicado!.