Los mejores cuadros que he visto son los que se pintan en una ventana cuando vas en tren o en coche. Cambian continuamente, eso es lo bueno que tienen.
Ahora el verde con lluvia que lo impregna todo de humedad. Otras veces la frustración del trabajo rutinario o la tozudez del mundo que lo ensombrece todo; y la niebla cuando cambias de tren, casi siempre al comienzo, por la mañana. Y el orgullo de ser independiente que tiene un color de dorado a naranja. Otras veces el verano con sus azules luminosos de mi Mediterraneo parecen ser lo único existente. Otras veces ves liebres, o lloras o eres feliz o estás solo o ves aviones,... ahora los verticales troncos del pinar.
De repente cambias de tren en la estación y el cuadro ya no es verde, tal vez azul, tal vez lejano, de otro color, de otro tiempo. Todo se pinta en tu ventana, y dos personas ven cuadros diferentes a pesar de mirar la misma.
Cuando te acercas al final del viaje te preguntas porqué no le has hecho fotos a las cosas, ¿qué es el viaje sin fotos? Te preguntas porqué no has sido capaz de captar las pinceladas. Pero no es verdad, sí que las tienes, y van contigo a cuestas y a veces alguien escribe unas cuantas en un papel. Siempre en un recuerdo que se te manifiesta en los ojos o en la mente dispuestos a saltar de improviso, sin llamarlos. Felicidad ¿cuanta?. Lo innombrable mejor no nombrarlo.
Muchos momentos, muchos recuerdos. Sigue mirando por la ventana, el paisaje cambiará pero el viaje es tuyo; los cuadros son tuyos y recuerda que las pinceladas en un buen cuadro son parte de él
Gracias
lunes, 26 de noviembre de 2012
Añoranza (para Ignacio)
La añoranza es un caballero con armadura que te hace más difícil disfrutar de la vida.
La añoranza te hace ser "bien nacido", es decir agradecer a tu vida pasada quien eres y porqué.
La añoranza se dispara por los sentidos, colores, olores, sabores, ruidos y, a veces, por el tacto, aunque este tenga menos memoria.
Con la añoranza sumas lo que eres a lo que fuiste.
A la añoranza se la combate con mi frase favorita, que tú ya conoces: "hagas lo que hagas, ¡ámalo!".
Estoy seguro que a ti la añoranza te aporta, tú eres el caballero de la armadura orgulloso de llevarla.
Me siento orgulloso de ti con añoranza y sin añoranza…
¡Aunque te añoro!
sábado, 26 de mayo de 2012
La revoluci'on
Ayer oí una teoría que, si no es por el interlocutor,
descartaría por imposible de aplicar. Mi compañero de cena abogaba por
compartir un bien preciado y limitado ahora: el trabajo.
Por una parte el escenario soñado por los sindicatos: el
pleno empleo y contemplar como una
desgracia pagada entre todos no tenerlo, y de otra tratarlo como un bien
escaso, poniendo al servicio de su reparto el dinero del actual desempleo.
Estamos en un tiempo en el que la ideología poco tiene que
ver con la realidad y su alteración. La fuerza/impulso de nuestras ideas de
juventud ya no es un motor y está agotado. La persecución de utopías, la
seguridad ante un futuro de igualdad universal, la confianza en la capacidad
del género humano para perseguir el desarrollo, la innovación, la generación de
retos, la existencia de minorías contrarias,…. Estamos en la misma situación
que viven las hormigas cuando el oso hormiguero ataca su hormiguero, no
entendemos nada, algo de una dimensión diferente está pasando.
Estoy tan alejado de las afirmaciones que he oído
últimamente, que achacan al actual partido en el gobierno acciones para
conseguir ideológicamente lo que querían, como si la crisis fuera un invento de
Zapatero; como de las que, en su momento, le achacaban a él su mera existencia.
Estoy muy de acuerdo en que cualquier solución, (por cierto,
ninguna solución que pueda imaginar contempla repetir la situación de bienestar
anterior), vendrá de un cambio rotundo, ya sea en el punto de vista, ya sea de un
análisis tan “revolucionario” como el que plantea mi amigo.
Ahora tenemos a Hollande que actuará como contrapeso de la
segura y radical Merkel. Si vas a USA verás la cantidad de obra pública en
construcción que contradice 180 grados la doctrina europea. Recuerdo la defensa
de Felipe González de la necesidad de déficit para el progreso. Recuerdo la
última época de Solbes y la primera de Rato agarrándose al déficit cero casi como
una religión ¿dos personas inteligentes pueden tener ideas contrarias y aún así
no estar totalmente equivocados? ¿Alguien está equivocado? ¿Se trata de darle
la vuelta a la vara que controla los designios de nuestra historia?
Tengo opiniones acerca del planteamiento de mi amigo. Esas
opiniones se desarrollan desde la altura del barro, de ver lo que parece ser
una realidad: el trabajo en un bien escaso. Y desde el barro hay dos opciones:
o lo repartimos como decía mi amigo, o creamos más. Yo creo que esto último no
sería tan difícil, aunque sí lento.
¿Más trabajo? En
nuestro mundo viven unos 7.000 millones de almas. Solamente una pequeña
parte, ¿1.000 millones?, vivimos en crisis, con nuestro progreso, nuestro
estado del bienestar y nuestras infraestructuras impagadas. Los problemas del
resto de gente poco tienen que ver, están mucho más abajo en la pirámide de
Maslow. Creo que le llamamos dumping social a la capacidad de trabajar con
menor coste. El trabajo barato se aleja de nuestras fronteras apoyado por lo
que nuestra civilización ha conseguido: “transportar los productos del trabajo
a bajo coste”, la logística global.
También tengo ideas, que no opiniones, si planteamos el
problema actual como la crisis de un sistema, al cual solamente encontraríamos
soluciones mejorando o cambiando el sistema. Busquemos el punto de vista del
oso hormiguero, cambiemos de dimensión. Devolvamos algo de protagonismo a la
ideología.
¿Qué nos falta para
que la ley física de los vasos comunicantes atraiga al resto del mundo a buscar
lo que USA y Europa han conseguido y hacer más difícil el dumping social? Pues
yo creo que lo mismo que nos separa de volver a tener una crisis como la actual,
probablemente para los hijos de mis nietos, después de un periodo de
prosperidad sin precedentes.
Con el paso del tiempo, los mercados se están haciendo cada
día más globales. La discusión de si son mejores los pañales “Pampers” o los
“Dodot” se ha convertido en tan universal como la de Messi-Ronaldo, MacDonald o
Burguer King. L´Oreal copa el tiempo de anuncios en la TV en todo el mundo. Casi
en todas partes puedes dejar tu dinero en una oficina del HSBC o del Santander.
¿Ha llegado Nestle a un nivel de dominio del mercado global como para resolver
el problema del hambre en el mundo? ¿Acaso lo que llamamos mercados y las
empresas que se mueven en ellos han abusado del anarquismo racional de
Jefferson?
Hace poco tiempo, 25 años, en España estábamos convencidos
de que era necesario acercar el poder de decisión al ciudadano. Era una
reacción contraria al centralismo anterior, una necesidad de dar protagonismo a
gente nueva. También necesitábamos compensar egos potentes que creían que todo
era mejorable si lo hacían ellos. Todo lo que perseguíamos lo ha conseguido el
progreso y no la compleja estructura administrativa que diseñamos para
lograrlo. Hoy día pagamos nuestros impuestos, nos relacionamos con alguien
“superior” que puede alterar nuestras vidas, vemos información de lo que pasa
en todo el mundo, incluso podemos ver lo que gana Nestle y lo cerca que está de
resolver el hambre en el mundo a través de una pantalla de ordenador, ¡todos!
Algo ha cambiado, ¡y mucho¡
¿Sí? Pues yo creo que no.
Las estructuras administrativas que creamos en España hace
25 años son las mismas, la estructura política de USA y Europa la misma, el
sistema democrático que creamos hace 300 años, no ha cambiado, a pesar de
generar Hitler, Chavez, la dinastía Kirschner o la Putin. La ONU ha cambiado
pero los países del mundo ¡son más! Los
mercados son globales, pero el poder sigue siendo local. ¿Quién controla al
HSBC, al Santander, a Johnson y Johnson,…?¿Quien le ha explicado a Nestle que
su misión real ¿lo es? es resolver el hambre en el mundo?
El problema es que toda la estructura que creamos para
defender nuestro mundo tiene como misión ignorar que el mundo ha cambiado,
¡sería su desaparición o cambio! Estamos ante la confusión entre el qué, nuestra propia definición
(ideales, utopías, igualdad,…), con el con
qué, las herramientas que usábamos para definirnos. El con qué nunca va a
cambiar. Siempre se va a oponer, incluso aunque tenga que reprimir. Necesitamos
gente, corrientes de opinión, indignados, tendencias,… todo puede contar si lo
hace con capacidad, sin enfrentamientos, teniendo en cuenta la situación actual
y que, actuando desde la globalidad, cambie la organización de nuestro mundo
como realmente ha cambiado nuestro mundo.
jueves, 17 de mayo de 2012
La trastienda del paraíso
Un hombre con traje y
corbata empuja su maleta con ruedas fuera del hotel. El coche, azul, es un
utilitario pequeño. Un gallo canta en la finca vecina. El mar se distingue
apenas del cielo a la tenue luz de la mañana. El fresco de esa hora alivia el
calor de estos dos días. Las farolas están encendidas todavía.
Lo mejor de la isla de Menorca es que
sigue igual. Rotondas, rondas, pagar para aparcar, algo más grande, pero las
paredes siguen siendo de un blanco deslumbrante y el mar sigue siendo más
transparente que el cristal.
Dos días antes llegué al
aeropuerto con el lienzo en blanco. Alquiler del coche en el aeropuerto. Lo
primero dejar la maleta, búsqueda de hotel en el sur, Biniali, una casa que conocía convertida en hotel, ya vuelve a ser
una casa privada, ¡qué pena! Lo siguiente llenar el estómago. En Maó pido una
ensaimada ¡que no tienen! ¿Todo sigue igual? Voy a Binibeca, un antiguo pueblo blanco de pescadores y compro una toalla de playa. Para qué
preguntarse porqué Menorca no está lleno de típicos pueblos de pescadores como
este sitio único, lo que denota su impostura, precioso.
En la cala de Binisafuller están varias
recatadas menorquinas tomando el sol. Está calmado, el agua está fría, es el
paraíso. Los recuerdos también son el paraíso: a las tres de la tarde, salía del cuartel, cogía la moto, me quitaba el
uniforme, y me iba a Binisafuller, la frescura del agua, la calma del aire. La
cala tiene una textura de arena especial. Las algas secas de la orilla son
suaves. El sol no castiga como afuera de la cala, el mar esta plano, es
transparente, algunos peces van y vienen huyendo de mis pies. Sorprende el
amarillo de las boyas. Otra vez el salado del mar, la sensación de secarse
acumulando sal por toda la piel. Torret tiene la misma arena blanca de siempre,
el baño vuelve a ser frio, pero el baño de sol caliente.
El plan dice que mi estómago
sigue vacío y ya es hora de comer. La fantástica sensación de quitarse la sal
en una ducha de agua dulce sigue siendo la misma. Doña Rosita, un apartamento que alquilamos algún verano, sigue existiendo,
Calas Fonts en Villa Carlos un pueblecito en la boca del puerto de Maó sigue igual, a pesar de que ahora se llama Es
Castell. En L´Irene se sigue comiendo bien, aunque de menú, que es de día.
De nuevo al coche. Camino
del viento, al norte, los faros de Cavallería y Favaritx esperan. Menorca se
pone verde en invierno, todavía lo está. Es Grau, S´Arenal d´en Castell, Addaia,
verdadero objetivo del viaje, poquísimos adosados. En Presili y Capifort hay
gente, poca, una pareja retoza desnuda y medio escondida a lo lejos, ¿porqué
dos coches?
Menorca se puede controlar, una isla de 60x20 km, poco tiempo es mucho, y Monte Toro en el centro de la isla es perfecto para darse cuenta que todo tiene
su sitio sin que haga falta ver Google Maps. Hay una carrera ciclista para subir: “Mónica,
menys vici y mes bici” (menos vicios y más bicicleta) reza una pancarta. ¿Quién
será Mónica?
No me baño, el sol no obliga,
pero Ca LoTirant y Pregonda siguen igual. El camino a Cavallería está
asfaltado hasta el final. Unas cabras marrones con los ojos amarillos se saltan
la tanca del faro, a pesar de no ser personal autorizado, creo. En el
acantilado, mirando hacia abajo se ven volando las gaviotas. ¡Buen sitio para
dibujar el faro!
En Fornells, el restaurante Espla está
cerrado por la noche, todavía no es temporada, pero en Es Cranc prometen una caldereta
de Llagosta memorable, que resulta serlo, al igual que el espectáculo de ver cómo
se trata el turismo extranjero en un negocio familiar que vive de él.
Intento llegar a Xoroi una discoteca en una cueva en el sur, pero
el agotamiento frena mi camino y me lleva a dormir. En el hotel, todos los
ingleses, con un silencio sepulcral y educado, escuchan a tres elásticas
negritas, una de ellas la más gruesa, que tras una buena voz solamente consigue
sentar a los turistas que no demuestran ninguna efusividad, más allá del
iluminado azul de la piscina. Me voy a dormir.
Nos vamos al otro lado de la isla, hacia Ciutadella. Ahora sí
puedo llevarme una ensaimada que no debe llegar al final del camino. Cala Galdana es un sitio precioso que el turismo intenta estropear, pero que es casi imposible.por muchos esfuerzos que se hagan. El baño es como el de
un niño, largo camino hasta que el agua llega hasta el bañador. Está calmado, el agua está fría, es el paraíso.
Cala Mitjana, la de al lado de Galdana a
la que antes solo se podía ir por barco, ahora tiene un camino asfaltado e
indicado. La ensaimada se va haciendo pequeña. Alaior, Mercadal, Ferrerías,…
Ciutadella está llena de rotondas, pero en una aparece “platjes”, es la mía,
seguro que Macarella es una. Está más lejos de lo que pensaba. Aquí ni siquiera
existen intentos de estropearla, el chiringuito parece inofensivo, no hay
cobertura. Cuatro o cinco barcos están anclados a 100 metros de la orilla,
suspendidos por una masa de cristal en forma de agua. Sigue estando fría. Está calmado, el agua está fría, es el paraíso.
Ya
casi es la hora, una pena no quedarse más allá del baño del sol secando la
piel. Ya no queda ensaimada.
Ignorando la moderna ronda,
cruzar Ciutadella es muy lento, a pesar de que ahora, en temporada baja, se
puede ver que la hora no es adecuada para ver a mucha gente por la calle. La
casa de Sisi y Papi está en el mismo sitio. Se están bañando al lado, otro
paraíso, el agua cristal de nuevo, fría pero refrescante. Sisi y Papi están
igual. La comida increíble y me llevo unos higos confitados que serán un tesoro
para una noche de cena en Madrid.
El camino de vuelta a Maó es
rápido, Ferrerías, Mercadal, Alaior, poca gente por la carretera. Me da tiempo
de darme una ducha antes de ir a ver a mi prima Ana María. Jesús y mi prima
siguen igual.
La corbata solo tiene
sentido al llegar al aeropuerto.
domingo, 13 de mayo de 2012
Viaje a adaia
La lucha es feroz: recordar la realidad o mirar la puerta de
embarque para la última escala hacia adaia: “¡que si te quieres ir y dejarme da igual, vete cuando quieras!”, la
puerta está en la zona B. “Tenemos que
insistir en cobrar esto para poder pagar la nómina.”. La forma de hablar,
el acento de las personas del bar del aeropuerto de Mallorca ya es como lo recordaba.
Una caja de ensaimada de Mallorca me trae recuerdos de un
sabor. Lástima que el olor solamente
viaje en la imaginación, porque sino, ahora estaría oliendo a higueras, viento
y mar, estoy cerca…
¿Porqué en Menorca la gente no siente la necesidad de vivir
permanentemente buscando nuevas cosas fuera de la isla y vivir feliz?¿Cual es el
secreto? “Tal vez mi forma de mandar siempre ha sido la misma. ¡Si hubiera
encontrado a alguien!” En el tablón de anuncios del aeropuerto de Palma ya
se anuncia la puerta B30 para embarcar el vuelo 8482 a Mahón, Menorca.
El bullicio del puerto de Ciutadella, la calma del de Maó,
el tacto de la arena de Binisafuller,… No he hecho planes todavía, solo
sorpresa, dejándolo a la imaginación: no tengo ni coche ni hotel ni siquiera se
lo que voy a hacer al llegar. “A las 8:00
correo y documentos, a las 9:00 llamadas, a las 10:00 reuniones,…”, ya
vamos caminando hacia el avión, que ha tendido la escalerilla para subir. Los
recuerdos, necesariamente aparcados y condensados en un lugar de mi cabeza
empiezan a expandirse y a crecer, a ocupar un lugar de mi atención.
Recuerdo que la calma de Menorca solamente se veía afectada
por la dureza del sol en agosto que te obligaba a hacer esfuerzos para
ocultarte del calor y buscar cada día una hermosa cala diferente para
refrescarte en el Mediterráneo. Pero ahora es primavera y el comandante ha
anunciado 16 grados.
¿Y dónde encontraré el secreto? Cuando era joven no conseguí
encontrarlo. Todos los días en una isla de 60 x 20 km que se puede ver entera
desde Monte Toro, sin necesidad de huir cruzando el mar para buscar otras
cosas, tal vez lo contrario de lo que he hecho toda mi vida.
¿Existirá el hotel Binialí? ¿Estará abierto? ¿Estarán las
higueras como antes? Habrá que ir a Fornells y a adaia y al puerto y al faro y
a Binisafuller, y a Macarella, y al centro y al puerto, y a Calesfonts,… ¿no
sería necesario hacer un plan? ¿podré ir a todos esos lugares?
El faro se llamaba Favaritx, con las dos playas casi siempre
vacías; y el viento en Cavallería, habrá que ir para ver si el mar ya ha sido capaz
de hacerle algo más que cosquillas a los acantilados; supongo que Galdana
seguirá siendo un sitio raro fuera de temporada, como aquella vez en primavera que
fuimos toda la familia. ¡Muchos sitios para ir! No sé si seré capaz de ir a Xoroi
por la noche, ¿existe la noche? Porque ahora es solamente el momento de llegar
a mi apartamento en Madrid y tumbarme sin fuerzas, rendido en la cama sin
apenas darme cuenta que es de noche. La injusticia que refleja la leyenda de
Xoroi: lo encontraron y lo mataron porque era diferente. La crueldad inocente
que tienen a veces las cosas más bonitas: la nieve que permitió encontrarle. “Lo
que el viento se llevó”, nunca me había preguntado por el título de esta
película, pero ahora veo que es casi inevitable que algún destino, el viento, borre y se
lleve por delante una parte de nuestras vidas, sin poder hacer nada por evitarlo.
Me imagino que las estrellas que se veían desde la terraza
de Doña Rosita, el apartamento que alquilamos un par de años, no habrán cambiado, y en el mes de Agosto seguirán estando. Pero
quien sabe, porque el mismo pueblo en donde estaba ha cambiado de nombre, de Villa Carlos a Es Castell,
tal vez se vean diferentes. Mirar las estrellas era una parte de la victoria
lograda contra el sol que, ignorante de nuestros esfuerzos por derrotarlo
durante el día, se retiraba para dar paso al fresco de la noche, y descubrir un
negro luminoso salpicado de estrellas de
diferentes brillos. Habrá que ir a Binibeca y comprobar que el turismo puede
crear algo viejo partiendo de algo, no se siquiera si existente, pueblo de
pescadores.
¿Pescar? Creo recordar que es cuando estuve más cerca del
secreto. Intentaba llenar el silencio con palabras, y acababa llenándolo con
silencios solamente alterados con el “ha picado” y la excitación de sacar el
pez del agua para quitarle el anzuelo que se le había clavado en la boca y
devolverlo al mar. Era inútil, pero el tiempo pasaba, la luz seguía, el mar
siempre ahí,… ¿Estará por ahí el secreto?
El avión ha cruzado toda la isla desde Ciutadella a Maó,
solo para enseñármela. Ojalá que vuelva a llenar el silencio con silencios, ojalá
que en solo dos días sea capaz de encontrar Sa Calma.
Etiquetas:
Menorca
lunes, 9 de abril de 2012
Un poco de humanidad, ¡quién no ha tenido un sueño!
Cuando se arregle nuestra crisis no vamos a comprarnos
otra vez un coche caro, una tft cara, un viaje a Disney con los niños o una
casa. Los padres de familia volveremos a hacer nuestras cuentas para ver lo que
nos podemos permitir para llegar a fin de mes; el ama de casa se volverá a
preguntar cuántas veces a la semana se puede comer carne; tendremos más vida
familiar; viajaremos menos,…Si queremos comprar un coche iremos al banco y nos
mirarán con recelo, preguntando si tenemos dinero para pagar el crédito. Solo
algunos serán capaces de viajar. Solo algunos habrán conseguido asegurar una
vida sin agobios. Solo algunos podrán comprar una casa.
Y las empresas intentarán a ganar el mercado, como antes, y
competirán con otras. Y volverán a tener beneficios suficientes como para
invertir. Los bancos tendrán dinero, porque lo ganarán (a veces me pregunto qué
parte de esto no entiendo), y tendrán suficiente como para prestarlo a las
empresas, que invertirán, generando puestos de trabajo y haciendo mejores
productos que faciliten nuestra vida.
Quien sea ambicioso volverá a tener el sueño de
triunfar, trabajará de sol a sol para conseguirlo, pensará en sus hijos y la
forma de hacerles más fácil el camino, asegurándoles su educación. El mérito,
la capacidad y el esfuerzo volverán a representar esos valores que se hundieron
en el mar de la mediocridad general.
Y si esto es así, es fácil saber cuándo acabará
la crisis. Las cifras del paro dejarán de crecer. El estado será más eficaz
quitando duplicidades, vigilando y cuidando de nuevo nuestro dinero. El dinero
de impuestos que pagamos equilibrará lo que recibimos en forma de servicios. Las
empresas volverán a disputarse el dinero que ganemos, que volverá a ser
importante.
Y volveremos a buscar los libros de utopías, y
nos preguntaremos de verdad para que sirven las cosas, y volveremos a soñar
para vivir y no al revés.
A mi mente racional, además, le gustaría: que
hubiera menos países, menos políticos y que fueran los mejores de nosotros,
mejorar nuestro sistema político, que el principio de los vasos comunicantes
permitiera exportar el desarrollo a todo el mundo,…
domingo, 25 de marzo de 2012
Santi
A los 18 años está claro lo que está bien y lo que está mal. En general cuando se es joven existen menos colores y tonalidades intermedias. Te recomiendo que te leas “La Prudencia” de Baltasar Gracián, que está en mi cuarto. La prudencia es una virtud que casi nunca acompaña a la juventud. El refranero español dice: “Somos eslavos de nuestras palabras y dueños de nuestros silencios.”. Hay gente más arriesgada que otra para tomar decisiones. Hay gente más radical que otra para entender de qué color es la vida. Crecer implica casi siempre ser más prudente y madurar es una asignatura que es fácil de aprobar pero es la máxima satisfacción si se consigue dominar.
Probablemente la energía que se desperdicia al analizar las cosas, la necesaria prudencia que es necesario involucrar en una decisión medida y pensada, son enemigas de la juventud. Pero muchas veces la osadía de la juventud y su coraje ha llevado al mundo a cosas impensables y buenas. Estoy convencido de que todas las decisiones buenas requieren de cierta dosis de osadía y de riesgo.
La relatividad, darse cuenta que nadie tiene la razón en exclusiva, que dos opiniones enfrentadas pueden tener parte de razón cada una, la diferencia entre los seres humanos, entre sus culturas, la educación que han tenido, sospechar que algo no es cierto,… Ojalá cuanto antes te puedas dar cuenta de todas estas diferencias antes de emitir opiniones. Casi siempre, la ventaja la tiene el que más información haya podido conseguir y no me refiero a la suma de informaciones sino a su disparidad. Busca opiniones diferentes, no parecidas a las tuyas. Escúchalas y aprenderás. Nada es completamente cierto ni completamente falso.
Casi todos los seres humanos tienen la capacidad de modificar o influir en el entorno cercano en donde viven. Solo algunos seres humanos excepcionales pueden influir en un entorno más general. Desearte que seas uno de ellos, que la relatividad y la prudencia te acompañen. Sé radical ahora, sé prudente siempre. Que tus decisiones arriesgadas sean fruto de tu reflexión y entonces no tengas miedo en seguir tu intuición.
Este mundo no está cambiando como debería, yo creo que hemos llegado a un fin de ciclo que nadie se atreve a certificar. Estás empezando tu vida y lo que hagas con ella son tus decisiones, y tus méritos estarán relacionados con ellas.
sábado, 4 de febrero de 2012
Los talibanes y el delpilfarro
Al fin leo en el periódico alguna voz cualificada que se
atreve a criticar el talibanismo
económico imperante: Javier Solana, el otro día en El País.
Que sí, que todo el mundo está de acuerdo en que es
necesario gastar lo que se tiene y que gastar lo que no se tiene nos ha
conducido a una catástrofe económica en cuanto hemos tenido que pagarlo. Pero
el problema es tomarse dos mil hamburguesas y no comer otra cosa, el problema
no es una hamburguesa.
En estos años de gastar más de lo que teníamos, todos los
estamentos ligados con la construcción se han forrado, todos los estamentos
ligados con la especulación se han forrado. Los banqueros se han forrado. Se
han forrado los que no tenían ningún mérito, sino los que estaban ahí para forrase.
Nuestro problema ha aumentado por ellos.
El “progreso” se ha apoderado de nosotros. Algunos
propietarios de casas viven entre paredes que no se merecen. Hemos disfrutado
de infraestructuras, comodidad y una forma de vivir a la que ya nunca podremos
renunciar. Esto tiene un efecto bueno: nos hará mover el trasero, cuando se nos
quite la depresión, para llegar a disfrutar de todo esto pero pagándolo. Yo
creo que el desarrollo de España ha circulado parejo al despilfarro.
Somos como el tiburón que si para de nadar se asfixiará por falta de respiración. Ya que nuestros políticos no están para buscar la solución evidente: incorporar al progreso a los países que todavía no consumen, empujemos un poco al tiburón y hagamos que nade para que las empresas puedan pedir dinero prestado y generar puestos de trabajo. Ahora no hay dinero, dicen, ¿seguro? antes no era tan grave depreciar.
Tal vez sea necesario gastar un poco más de lo que se tiene
para hacer que todo camine, al menos las empresas. Una empresa es difícil que invierta con dinero del empresario.
Creo que el margen de maniobra que un consumidor tiene entre
no tener trabajo, y gastar menos de lo imprescindible y tener trabajo y gastar
algo más de lo que tiene será suficiente para despertar la imaginación de las
empresas para hacer cosas nuevas y buscar dinero para hacerlas.
La diferencia entre tener trabajo y tener un buen trabajo, probablemente no empuje a nadie a hacer nada o tal vez solamente empuje a pedir dinero prestado para hacer aquello que no podemos hacer.
Harto de Merkozy y de la Merkel que solamente con un punto de vista se dedican a practicar el talibanismo y están condenando al tiburón a dejar de nadar. Bienvenidos otros puntos de vista, otras opiniones, porque con la “actual verdad oficial” no vamos a ninguna parte ¿qué es un dictador?
Etiquetas:
Javier Solana
Suscribirse a:
Entradas (Atom)