No sé si era un niño entonces, define niño, no llevaba pantalones cortos, pero estaba listo para poner a prueba lo que habían enseñado, supongo que muchos coincidirán conmigo en esa definición. Lo que sentí aquella noche fue parecido a lo que me pasó años antes. Entonces sí llevaba pantalones cortos.
Mi padre me llevaba al colegio de las monjas en el que estudiaba, y del que me escapé sin querer. Íbamos en el 850 color caca o en el Ondine plateado, no me acuerdo. Estábamos parados en un semáforo viendo aquella campaña de “25 años de paz”. Supongo que nos habían educado bien y estábamos orgullosos. Ahora que lo pienso, yo también, a pesar de mi corta edad, de que nuestro dictador nos hubiera mantenido al margen de aquella gran guerra. Yo pregunté pero la respuesta no aclaró mis dudas, a mi corta edad no se podía tener algo que no sabes qué es. Pero en el tono de la respuesta me di cuenta de que papá no estaba de acuerdo con algo algo había en aquella campaña.
Hacía poco que me había aprovechado de mis padres que me empujaron más que retenerme para alejarme de ellos y poner en práctica lo que me habían enseñado. Fue una de mis primeras elecciones. Ya de mayor me he dado cuenta de que me había metido en un lío. Hay normalmente dos caminos para llegar a tu destino, uno asfaltado fácil y recto, y otro mucho más difícil y divertido que al vez te impida alcanzarlo. Estábamos en Madrid en casa de unos amigos a los que habíamos conocido en San Sebastián. Él padre era funcionario y no debía ser malo porque organizó el tema de las ikastolas, escuelas vascas, antes de que hasta los muertos me dolieran a mi y se convirtieran en el corolario de las burbujas: un doloroso daño colateral. La amistad entre las familias continuó en el tiempo. Después de que él muriera volvieron a Madrid, y yo también. Mi padre solía venir a y entonces me invitaba a cenar con él, sorprendentemente conocía mas sitios que yo o, como en esta ocasión, visitábamos algún amigo. Cenaba con nosotros la madre, no sé si de él o de ella. En un momento determinado, por la nostalgia de los buenos tiempos o de su prosperidad, las mujeres entones eran a-temporales y su prosperidad no dependía de ellas, comentó que antes los trabajadores iban cantando a trabajar.
Papá fue muy digno y educado hasta que murió, dos rasgos que lo definieron aparte de sus carácter. Su respuesta fue igualmente educada pero sorprendente: “para olvidarse del hambre”. Esta vez no fue su tono sino que entendí su respuesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario