Eran como 20 y desde hacía mucho tiempo
(casi nadie se acordaba desde cuando), se juntaban todos los viernes por la
noche en un bar. Las noches de los viernes estaban marcadas en el calendario de
todos y a nadie se le ocurría faltar.
Mariano llevaba el fondo, nunca se
equivocaba y era capaz de sacar alguna ronda gratis en el bar (algunos dicen
que un día se hizo una votación para ver quien llevaba el fondo, y tuvo mayoría absoluta).
Arturo también participaba en el grupo.
Había estado en otro bar, en el que podía sacar más rondas gratis, les cerraban
una zona para el grupo, tenía billar (él era un magnífico jugador de billar).
Había
llevado a algunos al otro bar algún jueves, estaban encantados; incluso llegaron a
ponerse camisetas con los colores del otro bar. Arturo le planteó a Mariano
cambiar de bar los viernes.
La polémica estaba servida pero decidieron
ignorarla.
La polémica estaba servida y decidieron
resolverla votando, la mayoría decidiría. Y el 18 de Septiembre votaron. 9
personas decidieron cambiar (45%) y 11 decidieron seguir igual (55%).
La polémica estaba servida y decidieron
resolverla votando, la mayoría decidiría. Y el 18 de Septiembre votaron. 11
personas decidieron cambiar (55%) y 9 decidieron seguir igual (45%).
Un año después el grupo, que llevaba “siglos”
pasándoselo bien los viernes, ya no lo hacía.
La polémica estaba servida y decidieron
llegar a un acuerdo. Los meses pares, los últimos viernes del mes quedarían en
el nuevo bar, los dos primeros quedarían en el bar de siempre. Los meses
impares lo harían al revés.
Un año después, las reuniones continuaban, seguían
marcadas en el calendario de todos, a pesar que alguno alguna vez se equivocaba.
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