De cuando los primeros gobiernos socialistas se apuntaba la necesidad de tener algo de déficit para reducir la distancia con el resto de Europa, teníamos confianza, nos lo creímos.
Cuando gobernaba Aznar, el lema era no tener déficit, nos lo creímos.
En 2007, las cuentas españolas arrojaban un superavit del 0,8%. Almunia se granjeaba la enemistad de todos al proponer sanciones para Alemania, que había superado el 3% de déficit, límite que marcaba el pacto de estabilidad, firmado unos meses antes por todos los ministros de economía de la UE.
Cuando llegó la crisis financiera, desde Obama hasta Zapatero, dijeron que era necesario salvar al sistema financiero y todos invirtieron lo que no tenían, déficit, nos lo creímos. Cayeron no se cuantos bancos en USA y en Europa. No en España, que tenía un buen sistema bancario gracias a Luis Ángel Rojo, un profesional no político. Pero regalábamos 400€ a todo quisque, ¡teníamos tanto talante!.
En nuestro país, el problema del sector financiero se tradujo en que nuestros bancos se dieron cuenta de que estaban haciendo algo mal, y se cargaron el entramado que hacía posible el milagro español: la construcción y, de paso, se llevaron por delante a muchas pequeñas y medianas empresas, sin importarles lo que hacían. ¡Ya no había dinero gratis para comprarse un Porsche Cayene!
Después de la crisis financiera, desde Obama hasta Zapatero, dijeron que era necesario invertir, generar déficit. USA, Inglaterra y España son los campeones, llegando por encima del 10%, nos los creímos.
(Rajoy nunca decía nada, parecía insinuar que le parecía un disparate, pero no iba a ir contra Obama, Merkel y compañía).
Ahora, con el inicio de la recuperación en USA y la UE, aunque lenta, desde Obama hasta Zapatero, dicen que es necesario no tener déficit, y nos los creemos.
(Rajoy nunca dice nada, pero ahora sabe cómo reducir el déficit y no nos lo cuenta, nos prefiere muertos, y nos lo creemos).
Vota en blanco ¡Pásalo!
Para que otros vengan y se den cuenta de que la economía, a más grande mejor, que los países solamente deberían de ser lengua, tradiciones, cultura y municipios… Los países sobran y, si no fuera por los partidos políticos y los gobernantes que tenemos, ya nos habríamos dado cuenta antes.
¡Que no deberíamos tener tres ejércitos! ¡Ni 25! ¡Uno solo, como máximo!
Se trata de ver qué queremos y conseguirlo más barato. No escribir una carta al banco como han hecho Zapatero, Papandreu, Sarkozy,…como la que he recibido, en la que un hipotecado le anuncia al banco que va a pagar un 5% menos, igual que el gobierno, reducir la partida actual de gastos.
(De las autonomías, ni hablo).
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