¿Por qué la
evolución hacia el soberanismo de una mayoría de la sociedad catalana?
El punto sin
retorno
La sentencia
sobre el nuevo Estatut (2010), de un Constitucional que es cualquier cosa menos
un órgano de justicia e independiente, supuso sin duda un punto sin retorno
sobre el convencimiento de la mayoría del pueblo catalán de derivar hacia la
consecución de un estado propio.
Perseguir la
victoria total y la humillación de todo un pueblo puede acabar girándose en
contra, como por ejemplo, el mensaje que trasladó el President Montilla a
Zapatero en los meses previos a la sentencia del TC: la tesis de Montilla
era la desafección de Cataluña hacia España. Nadie le hizo caso y se siguió
por parte del estado jugando sucio, poniendo de manifiesto una falta de sensibilidad
que rayaba el insulto.
Se recogían
firmas contra el Estatut, y en algunos casos contra Cataluña; se presionaba
sobre el Constitucional a pesar de que otros estatutos llevaban artículos
copiados del Estatut catalán, y nunca fueron impugnados; se boicoteaban
productos catalanes, se actuaba en contra de la lengua catalana; se reiteraba
en el incumplimiento del presupuesto de Fomento destinado a las
infraestructuras catalanas, que también beneficiaban a todos los españoles, por
ser Cataluña uno de los pasos importantes de las exportaciones de todo el
estado. Incomprensible… a no ser que en el fondo subyazca una exagerada
catalanofobia por parte de nuestros gobernantes, (me quito un ojo si tú pierdes
los dos).
El auge
independentista
La masiva
manifestación del 10 de julio de 2010 en respuesta a la sentencia fue un
comienzo de lo que vendría después. Siguieron las participaciones de un millón
y medio de personas en las Diadas (11 de septiembre) de 2010, 2012, 2013, Vía
Catalana, la V de 2015 y recientemente se repite el éxito en 2016, en las
manifestaciones celebradas en Barcelona, Berga, Lleida, Tarragona y Salt.
Y en clave de
futuro, la cita del 9 de noviembre de 2014: consulta sobre la independencia de
Cataluña, SÍ + SÍ, elecciones 27- S al Parlament del 2015, con un resultado de 72
diputados de la cámara catalana a favor de una república catalana.
Se equivocan
quienes creen que el deseo de ir hacia una República Catalana es debido a un
cambio de posición del mayor partido de la derecha (PDeCAT), este partido
durante su largo periodo de coalición como CIU, nunca manifestó ser
independentista y menos republicano, o de una iluminación divina del
president Mas, o ahora el actual president Puigdemont, atribuyéndoles de
forma peyorativa una visión mesiánica del futuro de Cataluña.
Nada más lejos
de la realidad: nos encontramos frente a un movimiento ciudadano, promovido
desde abajo, fruto del bloqueo
autonómico debido a su falta de financiación, de la humillación, incomprensión,
deslealtad institucional, falta de respeto a las leyes del Parlament y al
marco de convivencia dentro del Estado Español, los catalanes fuimos los que
más votamos la constitución del 78, pero ante la falta de apertura, los más
desilusionados por sus resultados contrarios al encaje de nuestra Nación dentro
de la misma.
¿A eso se le
llaman Autonomía y Democracia? Cataluña es de las comunidades que más impuestos
recaudan y los catalanes, en tanto que ciudadanos españoles, de los que más
pagamos. El gobierno de la Generalitat, repito, por su falta de financiación,
se ha convertido en una gestora, que sólo puede cubrir sus necesidades con “préstamos”
del estado español, el FLA (Fondo de Liquidez Autonómica). Estamos ante un
mecanismo perverso, creado por el ministro Montoro para permitir acceder a
nuestro propio dinero, pero pagando interés. Esto supone un mayor endeudamiento
con el propio estado, que a su vez no nos financia según lo pactado (léase la
cláusula adicional tercera del Estatut), además del expolio económico que
anualmente sufren los ciudadanos de Cataluña por ley. En definitiva, una
situación de ahogo económico intencionado.
Así pues nos
enfrentamos a una sentencia sobre el Estatut de un Constitucional politizado y
desprestigiado, la crisis, y
las respuestas de un Estado Español hostil y centralizador. Todo ello ha
movilizado a la sociedad civil catalana, que a la vez ha arrastrado a la clase
política, porque en democracia, ésta, no lo olvidemos, debería estar al
servicio de sus ciudadanos.
La evolución
del auge soberanista en las encuestas ha sido vertiginosa desde 2010. Este crecimiento del apoyo a la autodeterminación
proviene fundamentalmente del cambio de opinión de dos segmentos de la
sociedad. Por un lado, el nacionalismo tradicional, articulado en torno a la
antigua CIU. Por otro lado parte del sector federalista de la izquierda
catalana, que por los motivos expuestos, ambos han perdido la esperanza de
poder profundizar más en el autogobierno de Cataluña. La centralidad que por
las causas mencionadas ha encontrado la idea de la independencia, da un plus de
beneficio electoral a la coherencia política de ERC, a esto habría que añadir
los grupos de la CUP.
Hay otra
versión tan extendida como intencionada en España, que cree que la escuela catalana es la culpable de este cambio.
Si eso fuera cierto, el sector independentista solo estaría representado por
los jóvenes y éste no es el caso. El apoyo a la independencia es muy
transversal generacionalmente, y presenta muy pocas diferencias entre grupos de
edad. Yo mismo nací en Madrid hace ahora 77 años, fui educado en el “nacionalcatolicismo”.
Soy de habla castellana, no soy nacionalista, quizá por estar vacunado al haber
sido torturado con la asignatura del “Espíritu Nacional”. Milité en el PSC
durante 27 años y soy independentista, pero si no me sintiera profundamente
catalán como actualmente me siento, sólo por el hecho de sentirme demócrata,
estaría a favor del derecho a la autodeterminación, y por lo tanto, que los
catalanes puedan votar su destino como nación.
Aquellos que
piensen que impedirnos votar supondrá que desaparezca el problema, se
equivocan por enésima vez. Cataluña ha resistido durante 300 años y lo
seguirá haciendo hasta la consecución de su reconocimiento como Estado.
La conclusión
Con todos estos
razonamientos, nuestro deber es intentar convencer a los indecisos, para que
con la unidad necesaria, lleguemos a la consecución de nuestra República
Catalana, pues si no conseguimos que todos contemos no habremos logrado la
república de todos.
En definitiva,
los ciudadanos de Cataluña deseamos un país normal como cualquier otro, y queremos vivir en un estado que defienda nuestros
intereses, con capacidad de elaborar nuestras propias leyes, gestionar nuestros
recursos, sus infraestructuras y todos sus servicios, y poder relacionarnos de
igual a igual con los otros países del mundo.
Si no somos
capaces de conseguir las herramientas que nos daría un nuevo estado catalán,
para enfrentarnos a los retos de globalización de este siglo XXI, las
generaciones futuras nos juzgarán. Si en este momento histórico, en el que
tenemos la oportunidad de conseguir nuestra República con valores republicanos,
lo dejáramos pasar, nuestros propios hijos y nietos no nos lo
perdonarían.
Paco Martínez
Miembro de
Súmate y de la sectorial de Jubilados de la ANC
Soy catalán, estoy orgulloso de serlo y siento que existe “algo” que hace diferentes a
los catalanes de los demás, como le pasa a la casi totalidad de las personas en
este mundo (tengo 60 años; nací en Barcelona; creo que España tarde o temprano
será Europa; hablo castellano, catalán, e ingles y francés; he vivido 6 años
fuera de España; yo sí soy nacionalista).
El movimiento independentista creció
cuando el PP impugnó el estatuto e 2010 y el tribunal constitucional aceptó sus
argumentos. Es el único argumento cierto y coherente que he descubierto en su
escrito.
Este
argumento del pretendidamente experto catalán anciano es rotundamente cierto el
único cierto de todo el escrito.(en negrita para
emular al experto).
En septiembre de 2010 al ver la cantidad
de gente que le rodeaba en la calle, Artúr Mas, pensó que había encontrado su
lugar en la historia, además de que podía ocultar el dinero que su partido, y
tal vez él, habían robado. Sí ha existido un iluminado.
“Perseguir la humillación de todo un
pueblo…” .
Nadie es capaz de hacer nada para humillarme, eso me lo enseñó mi padre (solo uno de mis ocho apellidos
catalanes). Personalmente, no me siento humillado por nadie. En las últimas
elecciones, si no me falla mi memoria, la mayoría que ha generado en el parlamento
de Cataluña es más bien escasa y solamente conseguida gracias a alguien que rechaza las leyes y quiere destruir el sistema. A pesar de
su escasa mayoría en el Parlament, no han dudado en intentar humillarme a mi y cualquier persona inteligente cambiando las reglas del juego.
Este
argumento del pretendidamente experto catalán anciano es rotundamente falso. (en negrita para emular al experto).
“Movimiento ciudadano, desde abajo…”
Afirmar esto se hace después de unas
elecciones. Siempre existe el 30% 30% de la población no ha salido de su casa,
que piensan que el resto del mundo los humilla y que son los mejores del mundo,
como en USA o Gran Bretaña, y creen que él y los suyos pueden resolver sus
problemas. (USA 69% participación 49% de votos para Trump (33%); Brexit 70% participación,
51,9 % brexit (37%))
Este
argumento del pretendidamente experto catalán anciano es rotundamente falso. (en negrita para emular al experto).
“…de la humillación, incomprensión,
deslealtad institucional, falta de financiación, …”
Esto parece un rosario entonado por
alguien que no sabe qué decir, ¿de verdad?, ¿esto es un argumento?. ¡Si es que
no me entienden!
Esto
no es ni siquiera un argumento. (en negrita para
emular al experto).
“La evolución del auge soberanista en las
encuestas ha sido vertiginosa desde 2010”
¡Guay! Pues a pesar de esto creo que
apenas llega a la mitad.
Este
argumento del pretendidamente experto catalán anciano es rotundamente falso. (en negrita para emular al experto).
Ni es experto, ni es catalán. ¿Seguro que
es un anciano? Escritos como el suyo deberían llevar a personas inteligentes a
tomar sus propias decisiones, no a seguir iluminados ladrones y sí a hablar con
los que podamos pensar que nos oprimen si as í pensamos para sacar el máximo
partido que podamos, eso sí es inteligente, y arreglar la "cagada" del estatuto impugnado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario