sábado, 2 de abril de 2011

Música


La música suena en los auriculares. Los auriculares aíslan del resto del avión, pero dejan pasar el ruido de los motores, la eterna compañía, empujando a destino.

Tiempo sin escribir, tiempo sin hablar en público de lo que veo. ¿Acaso ya no veo nada?¿Acaso no hacía falta que lo contara para que realmente lo viera?

Alguien me dijo una vez que cuando eras capaz de organizar algo y hacer que funcione sin tener que intervenir, tu grado de felicidad crece. No preocuparse por la retaguardia, no necesitar visión 360 grados, permite concentrarse en algo concreto.

Tal vez ya haya llegado a mi nivel de rutina. ¿Será que ya he llegado al mínimo que me permite no quejarme?

¡La música!
Parece que la naturaleza solamente es complejidad, para pintar algo solo hace falta captar su textura. Variaciones y construcciones sobre una misma variedad.
Igual que la música. ¿Quién pierde su tiempo en crearla?

Arboles de flores naranjas rosas,… troncos de madera de mil colores. Los cafetales, la calma, el tiempo pasando, sin frío ni calor.

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