El otro día visité un almacén en Costa Rica, gestionado por el WMS de uno de los más importantes suministradores de US. Fue una gran sorpresa descubrir que la asignación de las tareas que los operarios debían realizar en el almacén, estaba a cargo de una persona por turno que, para cada tarea, decidía qué recurso debía hacerla.
No sé si otra versión de este mismo WMS u otros WMS de US lo hacen de forma automática e inteligente pero ADAIA® sí lo hace.
La otra sorpresa fue comprobar el precio del proyecto inicial (más del doble que el nuestro) y cómo el suministrador ha conseguido sacarle al cliente una ingente cantidad de dinero por mantenimiento y por cambios de versión.
La política de LEUTER es incluir por el 16% del precio de la licencia un contrato de mantenimiento que cubre la instalación gratuita de nuevas versiones.
Cuando ves en las revistas americanas, por ejemplo MMH, que publican el ranking de los mejores WMS del mundo, hace una lista de 25 suministradores. Por facturación, Leuter debería estar el 20 de esa lista. Por lo que vi en la instalación de Costa Rica, Leuter merecería un análisis más detallado de su WMS.
Nuestro mercado original, pequeño, España, nos ha obligado a desarrollar tecnologías de vanguardia. Por otra parte los grandes WMS de US apenas tienen ninguna instalación en España. Leuter ha hecho instalaciones en 11 países, desde Rusia hasta Chile, en cinco idiomas.
Cualquier trabajo de mover mercancía en un almacén la realiza una pareja de recursos: hombre y máquina. Las máquinas tienen perfiles de trabajo (hacen colas de preparación, o reponen, o ubican,… o un conjunto de esas cosas). También tienen limitaciones (ancho mínimo de pasillo, o altura máxima,…).
Cada vez que una pareja empieza a trabajar o termina una tarea, el sistema analiza las pendientes, para asignarle la que puede hacer, más próxima a su localización. Un algoritmo corrige la asignación en función de lo necesaria que es una tarea o lo retrasada que está (ya se ha ‘vencido’).
Con esta filosofía de asignación se consiguen dos cosas: mayor eficiencia de los recursos y, sobre todo, no dar libertad a los operarios a hacer cualquier cosa que decidan, lo que, inevitablemente, degenera el comportamiento del almacén y acaba haciéndolo desordenado.
Pedro Puig
sábado, 27 de junio de 2009
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