Isaac Asimov fue uno de los escritores de ciencia ficción más prolíficos de la historia. Para situarlo, es el autor de la novela “El hombre del bicentenario” llevada al cine con bastante acierto y de “Yo robot”, que Asimov hubiera impedido su estreno.
En casi todas las novelas de Asimov, el protagonista es el ser humano, no hay otros seres diferentes en la galaxia y el desarrollo es una copia de la sociedad humana, solo que en una escala geográfica mucho mayor, la galaxia.
Una de sus novelas más famosas es una trilogía: “Las fundaciones”. En la primera parte, un científico, Hari Seldon, predice la decadencia y caída del orden establecido, el imperio, y los posteriores años de barbarie y oscuridad en donde cualquier tipo de orden desaparece.
Por supuesto, como pasaría ahora, el científico es considerado por el gobierno como un terrorista y es exiliado con un pequeño grupo de sus partidarios. El grupo tiene una misión concreta: realizar una enciclopedia con el compendio del conocimiento humano, para impedir que se pierda.
Pero sobre todo tiene un objetivo: evitar los años de barbarie que parecen inevitables.
En las siguientes partes, el grupo, equipado con los conocimientos acumulados por la historia, armado con la simplicidad de la toma de decisiones, y la tecnología de que dispone es capaz de enfrentarse con el imperio en decadencia, pero fuerte todavía por su tamaño.
La realización de la enciclopedia era solamente una excusa. Es el la consecución del reto: evitar los años de barbarie, lo que mueve a todo el grupo. El desarrollo económico normal, la religión, los comerciantes, la tecnología, progreso.
Según confesó Asimov, su libro estaba basado en otro, escrito por un británico con el título “Decadencia y caída del imperio romano”, y los años de barbarie fueron los de la Edad Media.
Pedro Puig
lunes, 9 de febrero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario